una de mis últimas "adquisiciones" ha sido el libro titulado "Haikus para niños". Aunque el prólogo era alentador y la autora (Luz del Olmo) conoce el haiku y, de hecho, nombra a Matsuo Basho y "Sendas de Oku" (libro en el que se ha inspirado) ya dice que los haikus tratan de la naturaleza y de las estaciones aunque, resalta, "no siempre tiene que ser así".
Dentro ya, nos encontramos con algunos haikus como estos:
Agua en el mar,
agua del agua,
llanto de nubes.
Silencio quieto.
Despiertan azucenas,
se mueve el viento.
Duermen cenizas.
No sueñan nunca, nada.
Llama a la llama.
Los nenúfares,
lágrimas de colores
en el estanque.
Quizá es asumible los "pseudo-haikus" que se hacen a lo largo y ancho de internet por gente que toma lo que el mismo desea del haiku, pero aún da más tristeza estas cosas en gente que, supuestamente, conoce el género. Aunque lo que más pena me da, como maestro, es que los niños, a quien van dedicados los haikus, tendrán una aproximación irreal al haiku. Claro, que al menos, será una aproximación. Yo también me aproximé al haiku con Benedetti, lo cual, a pesar de mis primeros y horrendos haikus me hizo conocer algo más este género que nos une.
Un abrazo. Antonio.