Abril 2009

[Jorge Moreno Bulbarela]

Hola, amigos. Antonio escribe:

Parque vacío.
Una hoja seca cae
en la rayuela.

El sonido repetido de la sílaba "ca" me hace sentir que la hoja cae y se arrastra ligeramente... Después, la palabra rayuela me recuerda el juego de los chamacos de la secundaria -los albañiles también lo juegan-; pero no, rayuela me lleva a las novelas de Cortázar, es lo que en México se conoce como "avión". Y el haiku es un "Modelo para armar"; el lector puede, si vive en estas fértiles montañas, imaginar el ocaso de una sola hoja o, si se encuentra en el altiplano o en zona templada -allende el mar o la línea ecuatorial-, puede percibir la llegada del otoño y su contraste con un juego infantil.

Orzas y Palmira, desde diferentes puntos de la misma península, sienten el mismo viento y lo expresan, cada uno, a su manera:

Hay viento;
a ratos por la tapia
asoman hojas nuevas.

Viento en el muro.
Una rama aparece.
desaparece...

Estamos dentro de la misma naturaleza, quizá por eso hay haikus que se sincronizan como las ondas de las partículas elementales.

Un abrazo.
Jorge