Diciembre 2010

Haikus destacados por los participantes del foro
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Elías
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Diciembre 2010

Mensaje por Elías »

Los comentarios que aquí se hacen, no pretenden sentar dogma alguno ti tan siquiera vincular mi impresión "formalmente" al hecho de si una composición es haiku o no, es buena o no, etc, etc. No me siento capacitado ni de lejos. Sencillamente traslado lo que me llega, filtrado por el pensamiento y forma de expresarme (si es acertada o no, no me interesa en este tipo de comentaros mensuales). Pura catarsis. Ni una sóla pretensión ni extrapolación posible.

viento del norte -
al inclinarse el álamo,
la nieve del volcán


Es la propia naturaleza (el álamo) la que nos impide disfrutar de la naturaleza (la nieve del volcán, el frío en el gran generador de calor). Pero es también la propia naturaleza, la que parece querer solucionarnos el problema y ahí nos envía ese viento del norte que nos permite el disfrute. Muchos elementos de la naturaleza en un reducido espacio que sólo estructurados de forma tan selecta, evitan sensación de amontonamiento y toman un perfecto sentido, ninguno sobra… ninguna falta. ¡Qué gran haiku!

Río crecido
El hielo cubre el barro
de las orillas


Ya es sorpresa ver un río crecido en algunas zonas. Reparar además en que donde no hay movimiento, en las orillas, se congela, es otra sorpresa. Que debajo queda el barro genera la triple sorpresa que en principio sólo parecía generar el hielo. Me encanta

Campo sembrado.
El estiércol humea
en el corral


Es el mismo espacio, el mismo entorno, pero vamos de lo abierto a lo cerrado. Es la época de que según qué se siembre, el estiércol humee. Perfectamente encuadrado en tiempo y espacio. Imposible no leerlo y releerlo…

Entrando al crematorio -
Bajo los pies el pedregullo...
y cuántos trinos


Se sea creyente o no se sea, los componentes culturales de tierra y cielo son los que son. Seguramente se vivía un momento de paso entre tierra y cielo. La haijin siente bajos sus pies ese pedregullo (expresión tan de la tierra) pero no se le escapa todo lo que llega del cielo, los trinos. Un momento de transición que por seguro o sabido, no deja de emocionar, el momento del paso de tierra a cielo. Queda un nudo en la garganta. Se sea o no creyente

Sobre las piedras
de la vieja fuente,
la llovizna.


Humildes piedras, como las de León Felipe. De una fuente. Vieja. Con lluvia que por ser humilde, es hasta llovizna. Breve y humilde como todo un gran haiku

Solo el viento
después que han florecido
las habas


De las habas, hablamos normalmente del fruto. De pelarlas y comerlas. De algo a priori poco refinado. Aquí han florecido. Y tras ese espectáculo de la naturaleza, tan sólo el viento (¿tan sólo?) , que nos llega como sutil, evocador. Si de las habas me llega su floración, ese viento no me puede llegar huracanado. Una maravilla, de las de anotar, vaya que sí.

unos geranios
helados tras la noche
los otros no


Haiku de Mu-I. Recuerda al de Chiyo “Campo de otoño. / Hay hierbas que florecen, / y otras que no” … pero al contrario. El frío ha llegado igual para todos, pero la naturaleza de cada uno les ha permitido aguantar o no. Se lee, y deja un regusto a todo el sabor de los clásicos…

cesó la lluvia-
el árbol deshojado
lleno de gotas


Temas recurrentes (y no por ello de menos interés) son las gotas de lluvia o rocío sobre las hojas. Aquí el haijin repara en que aún sin hojas, al árbol no le faltan las gotas. Ya no hay lluvia, ya no hay hojas pero ahí están, ¡las gotas! Y la suerte que tenemos de que alguien lo presencie y nos lo cuente así, con un extraordinario 5-7-5

Bosque quemado-
sobre la ceniza
luz de luna.


Los ciclos del bosque no son de 28 días, pero por desgracia algunos, tras su fase creciente (de cientos de años) y de plenitud (igualmente), les llega un rápido periodo menguante y fase nueva de casi inexistencia. Deja un rastro absolutamente deprimente que al haijin no se le escapa, aunque tal vez esa luna, tan blanca, brillando sobre lo oscuro de la ceniza, augure un futuro de resurgir. Y son todo elucubraciones, porque el haijin dejó perfectamente descrita la escena sin simbolismo alguno, y es el lector el que lo recrea, “víctima” de la sugerencia. ¡El regreso de la naturaleza!

Cielo blanquecino...
De las ramas cuelgan
ciruelas pasas.


El cielo blanquecino hubiera quitado brillo al ciruelo en flor. Pero en este momento, por contrario, resalta el fruto. Son de esas frutas que aún deshidratadas se pueden consumir, siguen siendo “útiles”. En algunas sociedades son recolectadas y usadas para nutrir a los enfermos (sabrosas y muy energéticas), pero en este caso afortunadamente, dejadas en el árbol para poder disfrutar de esta joya de haiku.

Lluvia de invierno;
pone en orden sus plumas
una urraca


En la línea del hokku de uno de los más célebres renga (primera lluvia invernal), nos llega otro de esos haiku que emocionan. El encuadre, la observación y cómo se desarrolla algo tan breve y tan sublime al tiempo. La sugerencia se recrea conforme se lee: se ve, se siente… sin un miligramo de elucubración… directo a la línea de flotación de la sensibilidad.

A todas y todos, muchas gracias por todo esto que son mucho más que palabras.
Crepitaciones / La niebla está calando / en el rescoldo
de Mavi
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