Enero 2011

Haikus destacados por los participantes del foro
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Elías
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Enero 2011

Mensaje por Elías »

Con más razón porque no siempre tengo tiempo de comentar los haiku de los foros, me gusta poner mi modesto granito de arena en esta sección, sin más pretensiones que agradeceros a todos y todas vuestro empeño en compartir. Un abrazote

mañana nubosa-
tras la puerta derruida
el llanto de un perro


Todo en el haiku, parte por parte, parece “hostil”; y sin embargo su lectura completa nos transmite una imagen entrañable. En el haiku también se cumplen las leyes de la Gestalt, en las que el todo es mucho más que la suma de las partes. La gris mañana, la puerta derruida y la desapacible idea de un animal llorando, consiguen finalmente una atmósfera sugerente que nos atrae, invitándonos a traspasar esa puerta…

erguido el roble
sobre la densa niebla...
sol invernal


“mañanita de niebla, tarde de paseo” o “no hay niebla sin sol”. De entre la niebla, un roble que sabíamos erguido, pero que en ese ambiente nos parece un aspecto novedoso, llamativo, a resaltar. Y al final nos aguarda… ese sol de invierno. Bien compuesto.


Un temblor en el estanque,
rozó el agua la golondrina.


¿Cuándo hacerlo en dos? Pues un ejemplo: aunque con 3 podría ponerse un kireji a mitad del segundo, aquí resulta difícil cuadrar con ritmo en esos tres versos, perdería mucho o todo. Por ello, siempre arriesgada, pero sabia elección para brindarnos esta extraordinaria estampa.

Cerca del río,
en la chopera sin hojas
una silla vieja.


A la autenticidad del Onitsura, se le suma la interrelación de Issa. En haiku-dô, comentando su haiku “al borde del río/el culo de una olla/hace dormir a una mariposa” se habla de la importancia de la relación, porque “el haiku no es sino la relación entre seres”. Lo natural y lo artificial, por ejemplo, también tienen formas de conexión. Y ésta, no es sino otra demostración, maravillosa, de dicha afirmación: río-chopera- ¡sin hojas! -pero eso sí, con una - silla vieja.

Rezuma el bosque.
Se ha llenado de hongos
la rama muerta


Ya lo comenté en su día cuando lo leí porque me impresionó. Hoy lo vuelvo a hacer, porque a cada lectura, el sabor es nuevo y/o más intenso. El descomunal pero coherente zoom, el juego vida-muerte, húmedo-seco, macro-micro vegetación… están conseguidos con tanta naturalidad y sencillez, que no hay forma de olvidarlo.

Humea el café.
Esa última estrella
antes del alba.


Una gran serie la que se nos presenta, realmente muy buena. Escojo éste como podría haber siso otro, pero quizá éste se preste especialmente a comentar. Uno lo lee y le pasa toda una larga película por la cabeza. Es pura sugerencia, sobre lo cotidiano de ayer y antesdeayer, y sobre lo novedoso e incierto de lo que pasará hoy. ¡tan concreto y tan abierto! El café, en una cocina, en aroma y sabor… enmarcando todo el proceso universal del alba. Me encanta.

hilos pegajosos -
la muda de una araña
se balancea


Por algún motivo (o por varios) las arañas acaban poniendo muy nerviosa a la gente. A mí sencillamente, pequeñas o grandes, me transmiten cierta sensación de “magia”. Esa capacidad de hilar, de crear esas redes… Y su muda al crecer. El movimiento que se nos refiere aquí, frente al estatismo que se le supone a lo pegajoso, en un haiku donde la araña no es la protagonista, sino sus productos: hilos y mudas, es realmente atractivo. ¡cómo no ver la imagen al leerlo!

La datilera,
racimos amarillos
al sol y al viento.


Te trasladas al Levante, quieras o no, Por el árbol, el producto, por el sol y por ese viento, seguramente de Levante también. Todo el haiku en sí ahonda en colores, aromas, frutos, aires y ambientes propios de la tierra, de alguien que la vive y la transmite con esta frescura…

Viento de invierno;
los frutos de la melia
se balancean


Poca es la gente, a buen seguro, que repara en los frutos de la melia, y menos aún quien se decide a contarnos de ellos. Los fríos vientos de invierno de la tierra del haijin, finalmente reflejados en los apenas centímetros de juego que tienen los frutos de la melia para balancearse. Es la impresión…el pellizco que hace de un grupo pequeño de letras toda la gran magia del haiku.

Año Nuevo;
el sol entibia
un cuenco con uvas.


El encanto de año nuevo, que viene a ser una quinta estación a la hora de escribir o leer haiku. En estas 15 sílabas, se nos narra toda una transición de un año a otro. No lo dice, pero es ¡tan evocador, tan sugerente! Difícil no imaginar la fría noche movidita de despedida en contraposición con la paz y el solecito del despertar con algunos restos de la noche: alguien no cumplió con el rito completo de las 12 uvas. El año nuevo nos acoge a todos y nos brinda su luz y calor. Gracias a todos y todas y ¡Que así sea!
Crepitaciones / La niebla está calando / en el rescoldo
de Mavi
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