Movimiento y quietud a través de esta selección.
Mirta nos hace ver cómo el viento mueve las plantas:
cuarto en silencio -
contemplar en las plantas
el viento
Joan Anton, al trasladar al castellano su haiku, crea una onomatopeya que nos hace escuchar cómo levanta el vuelo una hoja:
Brisa otoñal.
Levanta la hoja roja
del ciruelo
Gorka, sigue el flujo de un arroyo, y sus palabras fluyen y apresan ese sonido que sugiere el murmullo del agua:
En el arroyo
que fluye entre el hayedo,
gotas de lluvia
Jordi, en la ciudad, capta el contraste entre las luces y las sombras que se desplazan:
escaparates -
entre luces de colores
avanzan dos sombras
El movimiento se vuelve quietud, una quietud en pleno otoño, como la que nos presenta Radoslav:
Ahora inmóviles
sobre el agua estancada -
hojas de otoño
La temperatura desciende por las noches, nos dice, a través de la piel, en qué estación nos encontramos, como le sucedió a Hadaverde:
De pronto, el frío...
la luna entre las hojas
de la palmera.
Y de día, cuando se despeja el cielo, se ve la madurez de los frutos que impresionaron a Destellos:
Sol de noviembre,
Ya tomaron color
Las mandarinas.
Pero llega un momento en que la quietud y el movimiento se encuentran, se equilibran; las palabras de Annur se deslizan y se detienen en este haiku:
lluvia en el río
en un tronco varado
la garza real
Noviembre 2012
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Noviembre 2012
Si miro con cuidado la nazuna florece junto al seto Bashoo