Septiembre 2007

Haikus destacados por los participantes del foro
Responder
Avatar de Usuario
Palmira
--------------------
Mensajes: 593
Registrado: 06/Ene/2007 22:06

Septiembre 2007

Mensaje por Palmira »

Saludos otoñales.
Aquí tenéis mi selección de septiembre.

primeras luces,
cobran forma los muebles
de mi cuarto.
(R.Langer)

La luz nos muestra el mundo, todo lo que estaba ahí pero que la noche
oscurecía. Parece que al nacer el día, todo vuelve a nacer, como nosotros
al despertar. La luz devuelve su apariencia a lo cotidiano.
Lo familiar, nos envuelve y nos arropa.

cerco de piedra-
las orejas del burro
sobresaliendo.
(María)

Este haiku ya me conmovió desde el primer momento, precisamente
porque no tiene pretensiones, sino la misma sencillez de las orejas
del burro que asoman. Ese detalle nos hace evocar al animal completo,
su humilde presencia, la evidencia de su existencia que, tal vez, habíamos
olvidado.

patio anegado -
en la noche el sonido
del aguacate

Esta vez Jorge nos deleita con el sonido del fruto que cae al agua, que
interrumpe el silencio de la noche como el canto de un pájaro o el gruñido
de un animal, recordándonos que todo está vivo.

nos acompaña el perrito
a las ruinas excavadas

(Arthus)

Me gusta este haiku y creo que encierra más de lo que yo pueda discernir con una lectura. ¿Qué tiene que ver un perrito, seguramente vagabundo,
con unas excavaciones? A no ser que ese perrito merodee por allí
habitualmente y se haya convertido en una especie de guardián del
lugar, que ya considera como propio. Las excavaciones, lugares donde sólo habita
la quietud del pasado, se ven animadas por la presencia viva del animal.

la gota fría -
en la playa de piedras
una medusa


Sobre las pupilas de un cadáver
brilla un rayo de sol

JL Vicent habla de la muerte en estos dos haikus. En el primero, a través
de una medusa que ha quedado inerte sobre las piedras, tras un temporal.
En el segundo, el reflejo de la luz en los ojos de un cadáver, parecen animar
el cuerpo sin vida. En ambos casos, con las palabras justas, JL nos enfrenta
con el tema de la muerte en dos imágenes bien distintas.

primeros colores -
el dedo del niño
en la bugamvilia
(I.L.Balán)

Sólo el niño es capaz, en su inocencia, de asombrarse ante el mundo
que descubre. En este caso, este asombro queda perfectamente expresado
por el dedo que el niño dirige hacia el color de unas flores, que observa
por primera vez. Con ese gesto señala lo maravilloso de la naturaleza que
nuestros ojos, a veces, son incapaces de captar, o que ya dan por sabido.

sin viento alguno,
de repente una hoja
cae.
(Maramín)

No sólo hace falta viento para que una hoja caiga. También la gravedad
mueve el mundo. Esa pequeña hoja cayendo nos recuerda que estamos
todos inmersos en el movimiento del universo.

Total quietud,
sólo avispas y moscas
mueven el agua.

Fin del verano,
los niños del vecino
con uniformes
(Orzas)

Elijo estos dos de Orzas que no tienen nada que ver el uno con el otro.
En el primero, que es contemplativo, nos habla de la quietud sólo alterada
por pequeños insectos que llaman nuestra atención, haciendo que reparemos
en las mínimas ondulaciones que trazan sobre el agua.
En el segundo nos habla de esa rutina que inevitablemente todos vivimos, la llegada del otoño
que él simboliza, con sencillez, por medio de los uniformes escolares.

Esto es todo, amigos,
Responder