Noviembre 2007

Haikus destacados por los participantes del foro
Responder
Avatar de Usuario
Palmira
--------------------
Mensajes: 593
Registrado: 06/Ene/2007 22:06

Noviembre 2007

Mensaje por Palmira »

Estas son mis preferencias, que comento brevemente.

María:

ya no es el mismo cielo
de hace un instante …
nubes de otoño


Esta bella imagen plasma con sencillez la fugacidad de las cosas.
Refleja cierta ingenuidad y asombro ante lo cotidiano.


Rodolfo:

entre las ruinas
de la casa señorial,
un balde rojo.


Acentuado contraste. Al mencionar su color, el balde adquiere
mayor protagonismo. Un haiku muy plástico.

Jordi:

fría mañana -
los reflejos del lago
también tiritan


Esta escena, que todos reconocemos, transmite la impresión de
que la propia naturaleza refleja, como un espejo, nuestras propias sensaciones.
Además, me parece un haiku exquisito.

Jorge:

el murmullo
de los grillos que saltan
en la hierba seca


Qué bien nos transmite Jorge ese sonido seco que a veces percibimos
levemente, pero que su oído atento es capaz de captar y aislar del
conjunto de murmullos que nos rodean.

Carlos:

En estos dos haikus el haijin nos habla de los frutos. El primero
transmite una sensación placentera, al unir la fruta jugosa con la calidez
del sol. El segundo señala el abandono de unos frutos con los que
comparte un vínculo familiar, lo que le da un toque de desencanto.

Desgranando
con el sol en la cara
una granada.

Cojo naranjas
del huerto de mi padre.
Nadie las cuida.



M.Asunción:

Este haiku contiene no sólo humor, sino que en él transcurren
dos acciones, a simple vista intrascendentes. Un gesto repetido, habitual,
que forman parte de los rituales de la vida (en este caso, una vida larga)
y el hecho de verbalizar una emoción, como una letanía que nos mantiene
en contacto también con la vida.

La bisabuela
mientras pela patatas
refunfuñando


Mavi:

Admiro en Mavi su amor por lo cotidiano, cómo nos descubre su valor
esencial y también estético. En los dos primeros capto su aguda
percepción de lo real, de la que se desprende una actitud afectiva hacia
las cosas.

En el tercero, admiro su capacidad para mostrar la belleza de los
fenómenos naturales, con precisión y naturalidad.


Calabaza
Su piel verrugosa
aún retiene la lluvia


Blanco, humeante,
el paño que las cubre
Gachas de leche


Vuelo de un mirlo
Tras él, la niebla
se va volviendo lluvia


Raijo:

Raijo y el agua. En los haikus de Raijo es frecuente
que aparezca el agua, ese elemento imprescindible para la vida.
Por eso sus poemas son vitales, tienen energía, golpean como
la botella o la lengua del perro en el agua.

En algún sitio
de la oscuridad nocturna
bebe un perro

Corriente abajo,
por el fondo una botella
a trompicones



JL Vicent:

En el primero, con qué pocos elementos expresa un instante de paz.

El ruido de una hoja
al caer sobre las otras
La calma


En este segundo haiku, suceden simultáneamente dos hechos
significativos. Alguien se enfrenta a la muerte y al mismo tiempo
percibe el transcurso del tiempo en el crujido del árbol. El observador
es capaz de descubrir esta sincronicidad que, para otros, pasa
inadvertida.

Viento de otoño
Contemplando la tumba
cruje el ciprés


En los dos siguientes la naturaleza y el hombre se dan cita
en la luz de un sendero o a través de un zapato.

Sol de otoño
Resplandece el sendero
al volver la mirada


Rumor del agua
Posada en un zapato
la mariposa


Maramín:

No sé si esto sería un senryu. A mí me parece un haiku
lleno de gracia y ternura.

siesta estival,
se funden los ronquidos
de perro y amo.



Radoslav:

He aquí un sentimiento reverente hacia la naturaleza. El hombre
no osa alterar el paisaje con su presencia.

No quise entrar-
en las sendas del bosque
hojas de otoño.

Orzas:


Destaco de Orzas este haiku tan expresivo, tan nítido, tan real.

Primeros fríos,
canturrea y da palmas
el castañero.



Santiago:

En el primero, sorprende la relación que establece entre un aparato urbano
y un fenómeno atmosférico. Es el aguacero el que detiene al peatón, no el
semáforo.

semáforo verde
y nadie cruza la calle
con éste aguacero


En el segundo, muy oriental esta actitud paciente de quien contempla pasar el tiempo y asume
que se trata de algo inevitable. Es un haiku de aceptación, más que de resignación.

el tiempo vuela,
se sienta a esperar
sin hacer nada



Rafael Costa:

No hace falta añadir nada a lo que Rafael expresa aquí. Todos hemos sentido
esa extrañeza al contemplar la muerte, sobre todo en la infancia, cuando apenas
tenemos noción de lo que eso significa.

muerto el gorrión,
con gran sorpresa el niño
mira sus manos



Sergio:

Me gusta que nos señale esos sonidos característicos que habitan
la naturaleza, en contraste con la violencia de una tormenta, y que
siguen estando ahí, detrás de la lluvia, aunque nosotros no seamos
capaces de captar ambas cosas a la vez.

tras el chaparrón
el bosque recupera
sus sonidos

Israel:


También el agua resuena aquí, también el agua está viva y hace
evidente su existencia a través del sonido. Parece que casi nos habla.

fuente de piedra -
el sonido del agua
contra el agua


Y esto es todo, colegas. Hasta la próxima y saludos,
Responder