Leyendo un antiguo correo de Luis Carril (con el que tanto comparto y del que tanto aprendo) he recordado lo que algunas veces olvido con respecto al haiku: la importancia de la mirada infantil. Sin ella probablemente no se pueda escribir un haiku que valga la pena. A eso se reduce casi todo. Luego está, claro, el aprendizaje de la técnica, la lectura atenta y abierta, la práctica de la contemplación, las tertulias con otros haijines… Pero, insisto, si no miramos con los ojos de un niño, nada podremos hacer en el mundo del haiku. Hemos crecido, somos adultos, pero en algún sitio de nuestro interior vive aún el niño que fuimos y nos está pidiendo que le abramos paso, que le hagamos un hueco en nuestra vida actual. Él nos puede dar mucho: el placer del juego, el gozo infinito de la curiosidad, el sentido del humor, el sentido de la vida… He elegido este mes aquellos haiku que dejan traslucir más, para mí, el niño interior, el pequeño haiyín. Niños y niñas llenos de alegría vienen hoy a jugar a este patio de colegio. Juguemos con ellos.
Palmira
Casi hasta el suelo
cuelgan hierbas salvajes
del ventanuco.
Se abren las nubes.
En un charco el primer
rayo de sol.
JL.Vicent
Cerrando el nicho,
la suela despegada
del enterrador
En el salpicadero,
la sombra
del insecto aplastado
Santiago Larreta Irisarri
atardeciendo
y el caracol, al fin,
junto a la piedra
castaña podrida
un gusanito blanco
viviendo allí
il.balan
muro encalado -
la sombra de un pájaro
en la de un árbol
Rodolfo Langer
cubre el patio
la sombra del nogal,
un perro duerme.
Radoslav Ivelic
Eran doradas-
barrió el jardinero
las hojas muertas.
Jorge Moreno Bulbarela
casa vacía -
una salamanquesa
en la alcoba
Viento
entra en la sombra
del muro un insecto
que resplandecía
(amigo Viento, perdona mi audacia: yo le quitaría el “que” al último verso, y pondría, tras la palabra “insecto”, algún signo ortográfico que indicara la pausa correspondiente (el kire) , quizá dos puntos, o una coma).
Maramín
La luna llena,
olor a crisantemos
en el salón
Rafael Costa
pájaro viejo,
las cáscaras de pipas
alrededor.
Orzas
Viento de enero,
aferrada a la rama
gira una hoja.
Tarde de invierno,
en un nido sin pájaros
caen las hojas.
M. Asunción
Aquel avión
suspendido en el cielo
Atardecer
María
otro amanecer -
por la ventana abierta
olor a mar
Mavi
Cercano a su fin
un cuerpo que aún se eriza
al asearlo
Pintura
Sol de mañana:
en el árbol sin hojas
los gorrioncillos.
Luna de enero:
una vieja canción
dentro del coche.
De repente
el olor a castañas.
Arthus
dulce murmullo-
gotas de lluvia cuelgan
de las ramitas
Carlos
El gorrioncillo
mirando a todas partes
sin un ala.
Jordi Climent
anochecer -
la luz de la oficina
sigue encendida
Enero 2008
Enero 2008
"¡Gitanos, gitanos!" (Marcello Mastroianni en "Ojos negros")