Marzo 2008

[JL.Vicent]

Mi selección de haikus de marzo 2008:



Jorge Moreno Bulbarela


la niebla avanza -
un canario se posa
en el guayabo


Iniciaré mi selección con este maravilloso haiku cargado de numinosidad; un haiku con ese característico e inconfundible sabor de lo inefable que dota a este tipo de poesía de su grandeza, de realidad y por tanto de verdad. Como ya dijo Chantal Maillard, frente a un haiku auténtico, sólo quepa elogiarlo repitiéndolo: “la niebla avanza - / un canario se posa / en el guayabo”


Rafael Costa


sol mañanero,
un geranio se asoma
entre las rejas.


Un delicioso haiku con el que daremos la bienvenida a esta primavera recién estrenada y con la que vamos tod@s a ir asomándonos a esa otra clase de belleza y claridad de lo sencillo. O de cómo estrena la primavera un geranio desde su maceta…
Qué poco hace falta para conmovernos con sólo tres versos. Un geranio que apenas si sobresale entre unas rejas o en un balcón, y de pronto se desencadena toda la palpitación que un poeta es capaz de transmitirnos porque sólo si hay verdadera emoción por lo que vemos, ésta se contagia a través de nuestra lectura y nos alcanza de pleno en el corazón.



Raijo


Se encrespa el gallo,
con su aleteo aventa
plumas caídas

Lo moviente, la energía, dando impulso a su vez a lo inerte, a esas plumas desprendidas que por unos instantes junto con el polvo parecen recobrar su capacidad de vuelo; aunque ese vuelo sea tan breve y efímero como el de cualquier gallo de corral.



Chucho postrado:
una mosca se mete
en su hocico

Qué clase de postración será la que le permita a una mosca adentrarse por el hocico de un perro y vivir para contarlo, aunque sea en el lenguaje indescifrable de las moscas. Un haiku que se adentra en la profundidad de un evento constatando un instante que no por “repulsivo” o “feísta” (esto sí es lenguaje humano) nos procura el asombro. Qué no hará una mosca con tal de seguir siendo mosca.




Santiago Larreta Irissarri



hojas de álamo
meciéndose al viento ,
en silencio

Sorprendente momento el de contemplar las hojas de un álamo a media tarde; la luz filtrándose entre las ramas y las hojas y una o dos nubes como trasfondo, como una obstinación donde aferrarnos para no derramarse en el infinito azul del cielo. Y todo ello en el más asombroso de los silencios, en esa clase de soledad sonora.



Radoslav Ivelic


Son tantas flores-
ya no se ven las ramas
del almendral.


El poeta de haiku no busca necesariamente la belleza, ha de percibir también aquello que en su momento fue tan admirable como las flores aunque no tan llamativo; lo que tuvo lugar durante otra estación, no mejor ni peor que esta de la primavera, pero que su sensibilidad reconoce debajo de esa exuberancia del almendro.




il.balan



jacaranda en flor -
a la sombra
un mendigo orinando

Como nos insiste el prof. Haya: “es importante no buscar arquetipos de belleza al construir un haiku. El poeta de haiku sólo deja constancia de cómo ocurrieron las cosas. No es un fabricante de hermosuras sino un cronista de asombros.”




vida silvestre -
una mosca cruza
frente al televisor



El fino humor que se desprende de este instante es tan certero como la atención del haijin que no deja escapar el haiku así vuele de raudo frente a unos ojos bien entrenados.



Orzas



Almedro en flor,
al pie una culebra
medio aplastada.

He aquí, contrastado, lo anteriormente expuesto: la realidad no tiene preferencias, no hay voluntad consciente en el haijin por priorizar unos hechos frente a otros; no busca sorprendernos más de lo que él mismo se haya sorprendido ante esa muestra de humildad natural como es el de hacer un haiku sobre el hecho de que haya quien se empeñe en destruir lo que humanamente considere aborrecible y horrendo; una serpiente que nuestro inconsciente aún percibe como amenaza, como si nuestra razón consciente no fuese ya lo suficientemente peligrosa.



Gustavo Scarone


a pocos metros
solo los graznidos
entre la niebla


Se percibe, a poco que uno preste atención, “la voz ligeramente oscura” de esos graznidos a través de la niebla casi láctea. Un haiku que me trae a la memoria aquella sinestésica percepción de cierto haiku de Bashô, tan caro al autor.


antes de llover
la última hormiga
con su hoja


El conjunto contiene y transmite toda la emoción al contemplar el paso apresurado y diligente de una hormiga camino de su hormiguero. La lluvia, la hormiga y su hoja, son tres ingredientes que bien entrelazados nos dan como resultado este haiku delicioso. Y a la vez nos recuerda esa curiosidad que nosotros los seres humanos sentimos por dichos insectos.



jclimentb



figura anónima -
se deshace su sombra
tras el relámpago

Un instante fugaz. Una sombra que apenas es percibida; como si se tratara del flash de una cámara. Hace un momento la figura de alguien apostado o caminando bajo una tormenta, y en el instante siguiente, nada. Y tampoco nadie que venga a decirnos por ello ¡Cuán admirable es aquel que no piensa: "La Vida es efímera" al ver un relámpago!



Pintura


Prunos en flor:
el rodal de tu casa
en la avenida.


Haiku nostálgico. Nos hace revivir esos concretos estados de nuestra vida que sólo el hogar y su entorno pueden hacernos experimentar imprimiendo su huella para siempre. Porque el hogar va con nosotros. Nosotros pertenecemos a esa raíz común; somos también la tierra y las flores del pruno.



M.Asunción


Arbol enano
Apenas una rama
y un gran limón



Pueblo costero
Un barco encallado
en la rotonda


Dos encantadores haikus que logran hacernos aflorar una sonrisa. El primero por su magnífica construcción y unidad de sentido. Esa inversión en las proporciones de lo que habitualmente es un minúsculo fruto colgando de una rama, en comparación, descomunal.
Y el segundo por esa fina ironía que la haijin ha sabido detectar y transmitirnos al fijarse en la “decoración” de una rotonda, donde en ocasiones, sobre todo en épocas veraniegas, nos vemos en pleno atasco camino de las playas.



María


recién parido
el ternerillo intenta
ponerse en pie

Se diría que más acá de la mera descripción de una escena de la vida natural, motivo más que suficiente para dotar al haiku de toda su trascendencia, lo que se nos muestra aquí es sencillamente el vivir, ese saber tenerse en pie…




Abuela y nieta
hablan sobre la vida.
Romero en flor

“La fuerza que por el verde tallo impulsa la flor / impulsa mis verdes años; la que agosta la raíz del árbol / es la que me destruye. / Y yo estoy mudo para decirle a la rosa doblada / que dobla mi juventud la misma invernal fiebre.” (Dylan Thomas)



Miraalsur



el olor del espliego
borra el peso
de este mundo.




Diríase que estamos frente a un haiku intimista por cuanto la haijin nos confesara un sentimiento de pesantez, de hartazgo frente a un mundo cargado de atrocidades y despropósitos; o bien un haiku filosófico, por el que pretendiera hacernos pensar en la vida entendida como carga y sufrimiento; acaso como tránsito de una vida mejor…
Pero creo que sencillamente estamos frente a un instante de alivio, una breve pausa en el camino para comunicarnos la tremenda importancia que los sentidos poseen para hacernos sentir la realidad; no esa realidad construida, creada por la mano del hombre, sino esa leve pero muy intensa sensación de autenticidad, de sentido, de permitir que todo pensamiento se acalle, de no permitir que ninguna palabra por importante que parezca venga a romper el fino hilo que nos sostiene y nos da precisamente la vida. No se trata de otra cosa que del misterio de la percepción a través de nuestros cinco sentidos: de esa muda comunicación con lo trascendente.



Salud y muchas gracias a todos y todas por esta nueva muestra del haiku en castellano.