Mayo 2008

[Frutos]

Démonos un abrazo. Dediquémonos algunos piropos, pues estamos aprendiendo. Se nota mes a mes. Llegamos a “fin de curso” y los resultados están siendo excelentes. Buena promoción esta, buena generación, buena cosecha. Dejo a continuación un “cuadro de honor” de entre los muchos posibles. Enhorabuena a los elegidos, pero también los no elegidos lo están haciendo bien y quizá el mes próximo pueden ser ellos los que salten al campo como titulares.


Lluvia de primavera:
flores silvestres
en el barbecho.


Oscureciéndose,
un repentino viento:
truenos lejanos.


Flores azules-
suspendida en la brisa
la libélula


Vieja casona-
el batir de unas alas
cerca del pelo


Sol en las ramas-
entre hilillos de seda
bichitos secos


En este patio
ya apenas entra luz
ni luna llena

“En este patio”… He hablado alguna vez de este tipo de haiku, que me emociona. Aparentemente, una frase sin más. Ni siquiera el aquí ahora, sino una leve reflexión, una constatación de algo. Pero…¡cuánto late detrás! Probad a quedaros en silencio después de leerlo, y veréis.


el rodar y el pararse de una hoja seca ... -
¡cómo se parece a mi vida!


Tiemblan las ruinas,
mientras pasa a su lado
el tren veloz


el envés
de una hoja tierna -
caracolillo



en la oscuridad
después del miedo
las estrellas


bosque invernal -
de las ramas sin hojas
cuelga la niebla


Si he de vivir
que el olor de la tierra
me acompañe.


botas que pisan
en las orillas del Jarama
las amapolas


Aún huele a leche
la madre en el umbral.
La Vía Láctea.


como esa cometa
en el cielo de otoño:
a la deriva


El ciervo herido
cayendo en el rocío.
Luces del alba.


De repente
un trocito de cielo azul
entre nubes blancas.


Domingo gris:
la canción que me lleva
hasta tu casa.


En el tejado
salta de una a otra teja
el gorrioncillo.


Sólo una nube
se mueve en el cielo.
Regreso a casa.


LLuvia de Mayo.
En el barrizal los patos
quietos, sin graznar.


En los rosales
no se ha secado aún
la lluvia de ayer.



Mediodía:
la serpiente muerta,
lejos del río.


Río Matarraña.
Ya no llegan sus aguas
al lavadero.

Leyendo
sobre el wabi-sabi:
la flauta del afilador...


Vieja cartuja:
también sobre ese olivo
reposa el polvo


Contra el muro
las sombras oscilantes
de una morera


Cae de un pino
rozando su corteza:
una chicharra


Balsa de riego
Desde el fondo resurge
un renacuajo


Un moscardón
bebiendo en la maceta
recien regada.


Mientras arrastro
los pies por el asfalto,
flota la luna.


Dentro del taxi
titilan las farolas.
Noche estrellada.


Serpenteando
la larva del mosquito
desaparece.


Los adoquines
que llevan a la plaza...
tan desgastados


Ventana abierta-
se posa un pajarillo…
no entró a mi cuarto.

El árbol seco-
por su tronco y sus ramas
las madreselvas.


iglesia muda,
los tordos hacen nidos
en su campana.


torre abandonada -
en lo alto
brilla la luna


un hombre cruza
la plaza vacía -
charcos de lluvia


contiene toda
la historia de una vida,
una maleta.


Madre e hija,
limpiando la tumba
al atardecer


Lavando platos,
la sirena de un barco
alejándose


La sombra del alhelí
se curva
en la panza del cántaro


en las manos
frias gotas de lluvia
de primavera