Junio 2008

Haikus destacados por los participantes del foro
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Mavi
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Junio 2008

Mensaje por Mavi »

Selección de junio de 2008



Tierra recién arada
Unas gaviotas
alzan el vuelo



Rastro de polvo
a cada golpe de azada
Atardece



Aún se huele
el frescor de la lluvia
Vuelo de tórtolas


(María)

Muchas son las series completas que hay que reseñar este mes: Las propuestas de JL.Vicent, María, Carlos, Konstantin Dimitrov, il.balan, Orzas, Mercedes Pérez y Jorge Moreno Bulbarela, ofrecen muchos y muy acertados ejemplos de lo que es entender el haiku y ajustarse a él. De entre todas estas series me ha llamado especialmente la atención la de María. A las cualidades de sobra conocidas que tiene su forma de hacer haiku, se añade esta vez una vuelta de tuerca respecto al ritmo y la cadencia. En la naturalidad de haikus como los que anteceden -donde las palabras fluyen, dejan de “estar en medio”- puede verse el alto nivel de exigencia de esta haijin.





en el charquito
nadando en círculos
un moscardón


(Santiago Larreta Irisarri. También muy logrado “la poca sombra”)



Bruscamente,
brinca la pequeña
araña negra.


(Haijin Negro. También muy sugerente “Anochece…”)



día sin sol-
revolotea débil
la mariposa


(Feral)


En la forma en que algo sucede está el haiku. La brusquedad que hace visible a una araña más allá de sus atributos de pequeñez o negrura… La debilidad del vuelo de una mariposa en un día nublado… Los círculos que describe en el agua un ser del (y para el) aire… Nada ocurre en vano. El ser humano que no se siente el centro del universo sabe que si lo que sucede a estas criaturas no es importante, entonces nada lo es.





el camino se pierde
en su suave ondular
los centenos



llanura quemada:
la cruz en el cruce
de caminos



el viento de verano
en las hojas del nogal -
campos sin fin



De Konstantin Dimitrov destacamos estos tres haikus impresionantes, cuya fuerza reside en una apertura extrema, casi abismal. Estamos donde las palabras en su entretejerse parecen haber cazado algo de la inmensidad. Aunque el haiku mismo brinda ese punto de concreción (la cruz del cruce, las hojas del nogal, el camino…) al que asirnos ante la infinitud, esto no significa ninguna seguridad. Cada cosa es signo enigmático que habiendo surgido está ya a la desaparición. Cualquiera de esos elementos nos devuelve a la experiencia de la inmensidad pero ninguno tanto como el camino, que se pierde en sí mismo, que desaparece tanto en el ondular de los centenos como en su propio ondular.





Cae una piña,
y al chocar contra el suelo
suelta un piñón


(JL.Vicent. También muy en esta línea “Bebe un pájaro”)



claro en las nubes
de repente visibles
las telarañas


(Luis Carril. También muy hermoso “a pleno sol”)



lluvia de ayer -
el vuelo de los pájaros
en los charcos


(il.balan)



Tarde de agosto-
En las rocas oscuras
lagartos al sol.


(Alejandro Pintado. La serie tiene grandes aciertos)


En el lugar idóneo, en el momento justo… El haiku se muestra cuando se le espera. Y también cuando no.






Calado por el sudor,
el sonido
de esas chicharras


(JL.Vicent)


¿Cuándo es posible introducirse como parte en la acción del haiku sin distorsionarlo? Cuando no hay protagonismo del “yo”, cuando la presencia no estorba, cuando nos fundimos con lo natural. Porque somos lo natural: Un cuerpo que transpira entre el sonido “taladrante” de las chicharras y que, más que sujeto, es lugar en este haiku.





no deja de moverse
la sombra del pino
al alba


(Cristian. También muy interesante, a pesar del símil, “ningún camino”)



silencio en la cañada -
las copas de los árboles
se balancean


(Jorge Moreno Bulbarela)



hasta la punta
del viejo manzano
la enredadera


(Gustavo Scarone. También “en el camino” y “avión de papel”)



Con el ¡zúri-zúri!
acuden las palomas-
no todas blancas


(Mercedes Pérez. También muy destacable “Solo la sombra”)


Afinar en la percepción, descubrir la peculiaridad con el mismo gozo con que se le descubre al hijo o al esposo una pequeña mancha de antojo en la que aún no habíamos reparado. Nos hemos comprometido con el mundo y –seamos o no conscientes de ello- no podremos guardarnos nada como tampoco podremos dejar una región, por pequeña que sea, donde escondernos para que sus cosas no nos afecten. Ya no podemos retroceder: Nos hemos dejado subyugar por la existencia.





Llueve en silencio-
tras el muro un ciprés
apunta al cielo


(Mercedes Pérez)



Justo en medio
de la casa en ruinas,
una higuera.


(Carlos)



Recto el ciprés
sobre el suave declive
de una colina.


(Palmira. Muy simpático y sugerente “Cuanto más corre”)



El árbol seco-
sus dos ramas desnudas
hacia al cielo.


(Radoslav Ivelic. Muy interesantes sus dos haikus sobre mariposas)


Presencia es persistencia. Percibimos el paso del tiempo en los árboles, en su duración sometida a los cambios y también posibilitada por los cambios. En la vida de los árboles sentimos cómo de intensa es la persistencia del mudar. Y de tal modo están estos seres en la existencia que cuando mueren aún puede verse en su silueta la forma en que vivieron, una forma a la que ya sólo le queda resistir porque los cambios se le han vuelto hostilidad.




Al acostarme,
el olor del río
aún en la piel.


(Carlos)



a pleno sol
la sombra de un laurel
y su perfume


(Luis Carril)



Con solo un roce
Desprenden las alhábegas
su intenso aroma


(María Asunción)



Camino en obras,
aún la carretilla
huele a romero.


(Orzas)



Regreso a casa
y el olor de azucena
aún en el cuarto.


(Pintura. También muy interesantes “Insomnio” y “Sobre la hierba”)


De nuevo, de otra forma menos visual, la duración. Un aroma que persiste afianza la impresión de presente. Sea lo que sea lo que ocurre, mientras dura, es presente. Alguna vez la fuerza evocadora de una fragancia expande el ahora hasta un punto del pasado a menudo borroso o indeterminable. El olor es una forma muy primaria de suceso; tan primaria que nos hace percibirnos como huella de las experiencias.





Crujen las tablas-
Se le escapa la risa
al monaguillo.


(Alejandro Pintado)

Y para acabar un verdadero senryû escrito por Alejandro Pintado, en el que se recoge un momento lleno de humor, de comicidad, una anécdota; y se desea hacer esbozar una sonrisa de complicidad al lector.



Gracias como siempre por vuestro trabajo y feliz verano a todos.

Mavi
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