Queridos compañeros: Esta vez voy a limitarme a presentar, sin más comentarios, los haikus que me han parecido más destacados por su intensidad, su delicadeza, su sencillez o su atmósfera. Es fin de año y tiempo para reflexionar, al menos para mí: buscar la moderación, las palabras justas para expresar lo esencial, evitar la caída en la compulsión de escribir por escribir, abrirse a las otras voces y escuchar, leer, explorar, soñar. Pero, sobre todo, leer, leer para conocer, para establecer bases, abrir nuevas posibilidades, reconocernos en lo que otros, antes, escribieron. Desde el "Libro de amor de Murasaki - Poesía de la historia de Genji" de Alberto Silva a "Poemas a la noche" de Rainer Maria Rilke. Qué polos tan opuestos y, a la vez, tan cercanos. Porque, en ambos casos, habla el corazón.
Os deseo lo mejor en estos días y en los que están por llegar.
Por los caminos
perdieron su dibujo
Botas de invierno
Mariscadoras
El poco sol de invierno
en sus espaldas
Mientras escampa,
destellan los guijarros
oscurecidos
Entre tañidos
se disgrega el rebaño
ladera abajo.
cielo sin nubes -
la transparencia
de esa mariposa
viento de otoño -
la frialdad de la mano
al orinar
Llegar a casa...
Sólo una mosca
con su zumbido
Pasada la aldea,
en medio del cerro
queda una luz.
amaina el viento,
una rama quebrada
pende del sauce.
Atardecer-
la dureza del monte
se envuelve en rosa.
sólo el crujido
de la rama que arde,
es la última.
Noviembre
Los hierbajos ya no asoman
por encima del muro
en la noche
grito de mujer
dando a luz
Cerca del caño
el olor de la menta
al ser pisada
por no olvidarlo
recojo y guardo
una piedra del rio
un viento fuerte
ha dejado el aroma
del limonero
sonido de hojarasca -
dobla la esquina
un taxi desocupado
luna de otoño -
en total silencio
la torre en obras
Os saludo con este "Haï-kaï" de Rilke:
"Una lluvia de pulgas sale tambaleándose del boje.
Morirán esta tarde sin poder saber nunca
que no era primavera."