Madrugá de pasión.

[Juan Carlos Moreno]

Difícil encontrar
Una noche tan bella y tan silenciosa.
Las fachadas de los edificios están iluminadas por la Luna llena que, a pesar de algunas nubes, se hace omnipotente en las alturas de la ciudad.

Las calles del centro están en penumbra, sólo los flaxes de algunas cámaras dejan ver las cruces que llevan a cuestas los penitentes. El ruido de las cadenas arrastradas en el asfalto es el único sonido de esta madrugá de pasión.

Luna entre nubes
Un ruido de cadenas
quiebra el silencio

Terminando la procesión, el Cristo, llevado por hombres con túnicas, que, tras pocos metros, se ven obligados a volver a detenerse por el peso. Al mínimo movimiento, las maderas del paso crujen. La noche es larga....
Cuando ha pasado el Crucificado, unos penitentes alrededor de un hombre desprovisto de toda ropa, salvo la interior, en sus pies cadenas, en su cabeza quizá una penitencia. En silencio, tras ellos centenares de humanos, unos calzados, otros no, con abrigos para mitigar el frío de la segunda madrugada del mes de abril.
Cerrando la comitiva, un coche policial con agitadas luces que nos avisan que "el silencio debe marcharse a otro lugar". Los viandantes se dispersan, desapareciendo al final de las calles oscuras. A solas, vuelvo al coche que aparqué en un escondido callejón. Subo la calle de la Cruz, levanto la mirada al cielo y me detengo por un instante para encandilarme con la Luna que roza las delgadas nubes con un aro multicolor. De nuevo en el callejón me vuelvo a encontrar a solas y en silencio, otra vez....

Juan Carlos Moreno

[Diente de León]

Muy buen haibun, Juan Carlos. El misterio, la silencio, la luna ... los vivo en tus palabras.

Un beso y enhorabuena.

[Juan Carlos Moreno]

Muchas gracias, de veras, Toñi
Me alegro de que te haya gustado. Fue una madrugada muy especial. Como una especie de viaje introspectivo. La noche tiene estas cosas....