Haiku: ¿un hecho no poético?

Preguntas y discusiones sobre haikus concretos o sobre la teorí­a del haiku en general
Claudia Bakún
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Una nota al margen

Mensaje por Claudia Bakún »

"Estamos totalmente de acuerdo. Pero…no sé si será deformación de viejo profesor de Castellano (ese es mi título en Chile) y de ya jubilado profesor universitario de Estética, pero…lo anterior se logra gracias a un lenguaje: el de la poesía-haiku, proporcional a “la espontaneidad del hombre primitivo y la mirada del niño”. Hacia allá vamos…o queremos ir."


Sr Radoslav Ivelic: festejo la gracia de su ejercicio docente, en el cual se percibe la frescura intacta, del mismo modo que sus ansias de volcarse a la creación.No debería Ud considerarse viejo, sino experimentado.Seguramente volveré a molestarlo en esta sección o en temas generales con algunas preguntas que no vienen al caso en este tema que se ha debatido.Como Ud soy docente.En la Argentina, mis títulos son profesora nacional de Música y profesora nacional de Dibujo y Pintura.En dichas carreras, además de adquirir la formación específica necesaria, hemos transitado materias como Historia de la Cultura, Estética, Filosofía, Antropología, que siempre me han apasionado...Desde ese lugar agradezco la confirmación de algunos conceptos, y también el aporte de otros relativos a la poesía haiku que ayudaron a ubicarme un poco más en este tema tan singular y apasionante.
Saludo en su figura a todos los profes, jubilados o no, que tanto hacen preguntándose junto con el alumno, cuestionándose con él, reafirmando o renovando conceptos, en suma: aprendiendo.No desvalorice esto, más aún en nuestra Latinoamérica.
Y en todas partes, noble ejercicio.
Saludos cordiales
el ruiseñor/ unos días no viene/ otros dos veces (Kito)
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JL.Vicent
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Mensaje por JL.Vicent »

De nuevo muchas gracias a ti, querido amigo y profesor Radoslav, por tu paciente atención e interés en el debate y por todas esas ocasiones en las que has dicho públicamente aquí o allá, que he contribuido en ayudarte a esclarecer alguna que otra duda o pequeña confusión o de como quieras llamarlo respecto a esta modalidad de arte haiku. Decirte que no busco ningún tipo de agradecimiento por todo ese esfuerzo que pongo en esto, sino que lo que vengo haciendo ya de tiempo es defender con ímpetu y convicción -bajo riesgo ineludible de equivocarme e incluso conviviendo con mis dudas, ya no sé si naturales- aquello en lo que creo a pie juntillas. Y también, cómo no, con lo que intento defender en apelación a ese extracto del ensayo de Chantal Maillard que recientemente he colgado en el apartado "Temas generales".
Pienso, y no quiero dejar correr la ocasión, ya que habéis expuesto aquí vuestros títulos académicos con toda tu (vuestra) experiencia como docente/s (y sabes bien que desde que nos conocemos virtualmente que te he reclamado muchas veces para estos debates u otros en los que te decía que nos vendría bien para esclarecer y unificar criterios) y sé por eso que lo entenderéis, que todo cuanto escribe en sus trabajos un Doctor en Filosofía y experto niponólogo (entre otras especialidades) como es Vicente Haya, el referente citado con mayor profusión y devoción -no voy a negarlo- de cuantos autores venimos apoyándonos quienes sentimos el mensaje de fondo que con su labor está llevando a cabo todos estos años (precisamente desde la publicación de su Tesis Doctoral El corazón del haiku: La expresión de lo sagrado, editado en Mandala Ediciones hasta el último de sus libros (no los que tiene ya pendiente de sacar a la venta) publicados y a la venta como 99 Haikus de Mu-I, editado también en Mandala Ediciones), no sea casi un deber el prestarle la máxima atención a cuanto diga en sus textos; porque su compromiso con lo que hace es proporcional a su conocimiento de la materia, y cuando digo "materia", me estoy refiriendo naturalmente a la mater-materia, la tierra madre y la cultura de donde procede el haiku en su especificidad y su significado originario). De modo, amigo Radoslav, que un entendido como es Vicente Haya respecto al ser del haiku japonés y además como traductor directo de ese lenguaje cultural y no sólo idiomático, merece toda nuestra credibilidad; y si conociendo, como filósofo que es de formación académica, de qué modo funciona el lenguaje y otras cuestiones teóricas (para tu información decirte que en nuestro continente los filósofos nos movemos entre las dos grandes corrientes como son la “hermenéutica filosófica” –más continental- y, el análisis lógico del lenguaje –más anglosajón-. ), resultará obvio que el poema haiku no se escribe en el viento sino con letras y palabras. Y si esto es así como te cuento, habrá que tomarse en serio la afirmación de este señor –todo un doctorado en su especialidad- cuando nos informa de que el haiku no apunta al símbolo; no que no lo haya, sino y voy a citarte sus palabras sacadas de ese mismo libro que mencionaste, Haiku-dô, en la Pág. 68; a saber: ...La existencia de la cigarra es un signo al que el pueblo japonés no ha permanecido ajeno. […] Ese ruido significa para la cultura japonesa tantas cosas… A pesar de que el haiku no trabaja con simbologías conscientes, los elementos que emplea tienen sus naturales resonancias en la cultura en la que se insertan. Y la cigarra (semi) siempre fue en Japón el símbolo de lo que es efímero. (el subrayado es mío)
De eso, a decir que si yo escribo en un haiku en castellano la palabra <naranja>, me esté refiriendo, o el lector se venga, mentalmente hasta la huerta valenciana y lo que éste producto representa para su economía, cultura, tradición, etc., hay una gran diferencia de base y la cosa es muy simple; porque lo que interesa al poeta de haiku (vuelvo a repetir que es lo que Vicente Haya nos reitera hasta la saciedad) no es todo eso –aunque eso esté por fuerza en su cultura-; pero el haijin no realiza etnología ni antropología ni lingüística general ni hermenéutica simbólica ni psicoanálisis lacaniano. No. Lo que el poeta de haiku realiza y busca, es lo que hace que yo me vuelque en esta modalidad y no en hacer sonetos o versolibrismo u octavas, etc. Es en esto mismo:

<<Se nos hace preciso un camino para llegar a esa inocencia en el trato con el mundo.>> <<Y este camino se construye desde la sensibilidad. Vibrar con lo que nos rodea, ser instrumentos sensibles en manos de nuestro exterior. El objetivo final es “sentir el mundo”. eso que el japonés ha llamado aware…>>

en donde siento que de verdad está lo más valioso del haiku; esto mismo que dice Haya: El haiku es instrumento, y sirve para lo que sirve precisamente porque es como es y no de ninguna otra forma.
Y volviendo al maestro tal y como lo expone, <<el objeto de esta primitiva poesía es lo numinoso tanto o más que el de cualquier texto sagrado utilizado por cualquiera de las grandes religiones. Aunque “lo sagrado” que esconde (y deja entrever) el haiku es anterior a la constitución de las religiones oficiales japonesas. Estas lo han tomado de una primitiva religiosidad sin ritos ni cuerpo doctrinal fijado que se hace poesía en el Man-yôshû y, de ahí, antes de haber sufrido sus sistematización en lo que conocemos como “Shinto” y su posterior sincretismo con el Budismo, crea su propio cauce para llegar a la posteridad, no como forma de texto religioso sino como forma de poesía.>>

Esto no es otra cosa que justamente el núcleo de su tesis doctoral centrada en el concepto de “lo sagrado” en el haiku.


Abrazos para tod@s y sigamos profundizando en esto que tenemos en común y que nos apasiona:escribir haiku.



Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.


León Felipe


PS.: también en el apartado El preguntón, disponemos de la propia contestación del Dr. Haya a esta cuestión sobre el haiku:

Bardazoso:

1. Hay algún autor que sostiene que el haiku debe tener dos niveles: uno literal y otro simbólico. ¿Puedes decirnos algo al respecto?

Vicente Haya:

1. Bajo ningún concepto. Todas las interpretaciones del haiku están en su literalidad. Que no sean accesibles a todos no quiere decir que sean simbólicas. Como escribí en mi libro El espacio interior del haiku (Shinden), el símbolo es un desprecio de la realidad.
Cuando sobre la tierra todos reconocen la belleza como belleza, así queda constituida la fealdad. Lao-Tse
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