El naranjo en medio del jardín ( Un haiku de Eva Comas )

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Konstantin Dimitrov
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El naranjo en medio del jardín ( Un haiku de Eva Comas )

Mensaje por Konstantin Dimitrov »

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olor a azahar
y a orines de gato
jardín de nadie









* Olor a azahar y a orines...es una impactante mezcla de dos olores fuertes, uno agradable,¨ bueno ¨ y el otro, desagradable, ¨ malo ¨. El malo ¨ predomina, y no por tener más fuerza, sino por corromper el ¨ bueno ¨, originanado un olor diferente que lleva en sí de su naturaleza de ¨malo ¨. El olor a azahar, aunque fuera mezclado solamente con un poco de algo maloliente, pierde su categoría de fragancia y se convierte en un olor desagradable.

* Antes, durante la época de florecimiento del naranjo, el jardín se llenaba de maravilloso y puro olor a azahar. Ahora todos los animales vagabundos tienen libre acceso al jardín abandonado, hacen sus necesidades allí y el olor a azahar se ha corrompido.

* Imaginemos lo que había sido el jardín antes, con sus flores y los arbolitos, todo muy cuidado y bonito; y ahora, lleno de maleza y basura, maloliente, con la verja semicaída, etc. Y en medio de él, un naranjo en flor, quizá con muchas ramas rotas.

* Si pensáramos en el jardín como en un templo que en otro tiempo se llenaba de olor a incienso, ahora ha sido profanado por la destrucción y los olores más bajos concebibles.

* Esta corrupción del olor es el real reflejo de otro tipo de corrupción, de carácter ¨ moral ¨: alguen ha renunciado al deber de cuidar del jardín ( ó de transferir los cuidados a otros si no podía hacerlo él mismo); por ello, el jardín degeneró hasta el abandono.

* El que renuncia a un deber se corrompe. Al la vez, expone aquello que abandona al mismo peligro: sea personas, animales, plantas ó cosas.

* Es posible que el abandono se haya producido por otra razón: guerra, persecución, despoblación del campo, etc. En este caso, la resposabilidad moral de las consecuencias del abandono ( del mal olor ) recae sobre el que lo ha provocado, directa ó indirectamente.

* Sólo el ser humano, el ser que tiene la capacidad de modificar la naturaleza a través de su trabajo y su responsabilidad, puede mantener las cosas en su armonía, sobre todo en los espacios que destina a vivir y convivir con sus semejantes ó con los animales.

* Los orines, penetrantes hasta el punto de provocar náusea, son de gato, un animal que no ostenta la fidelidad del perro; un animal que no defiende al hombre y que no le ayuda, un animal nómada. El olor de los orines del gato refleja el odio a lo humano que cualquier abandodno representa, todo lo contrario al amor que persiste aun después del abandono, simbolizado por el olor a azahar.

* Por muy poco que se pueda domesticar un gato, antes los gatos sí eran domésticos. Ahora, con la desaparición del dueño, han vuelto a asalvajarse.

* Antes habian seguido las normas del hogar, ahora hacen sus necesidades donde sea, como en un hábitat salvaje.

* Ahora gatos domésticos se han mezclado con gatos callejeros. Los gatos otrora domésticos han degenerado hasta el estado de los callejeros. Han olvidado los días en los que podían entrar y salir de la casa y pasear libremente en el bonito jardín. Han olvidado las caricias de los habitantes de la casa.

* Han olvidado que el dueño, el mismo que cuidaba del jardín, les daba de comer. Ahora dependen de sus instinctos bajos: tienen que matar, pelear y robar para poder sobrevivir.

* Antes pertececían al universo del hogar, ahora pertenecen sólo a su instincto de supervivencia.

* El ¨abandonar el jardín ¨, es decir, el renegar de un estado superior de fe y creatividad, conlleva a la caída en la vulgaridad, en la satisfacción desordenada de los deseos cuyo ¨mal olor a orines ¨ ¨ahoga ¨la ¨fragancia ¨ de la armonía de las virtudes.

* Jardín de nadie: una familia rota, un alma sin esperanza, una amistad sin confianza, una sociedad relativista, un niño ó adolescente sin cariño, una persona sin fe.

* Para que las cosas tengan ser, tienen que ser ¨de alguen ¨. La pertenencia otorga la identidad. El jardín era ¨de ¨alguen, los gatos eran ¨de alguen ¨ y los que no lo eran, no podían ni siquiera acercarse al jardín.

* Y, sin embargo, aun estando corrompido, el olor de azahar es claramente perceptible.

* El olor a azahar anuncia poderosamente de que va a haber un ¨fruto ¨ que alimente, que sacie el hambre; el olor a orines representa lo que se ha expulsado del cuerpo de un animal como inútil y sólo provoca el desagrado. El resultado de la fragancia de la flor será un bonito fruto; mientras que el único resultado de los orines es el mal olor, abocado a desaparecer sin rastro un día.

* Cada nueva lluvia que cae servirá para alimentar el naranjo y depurar el jardín del olor a orines. Después de cada lluvia, y por mucho tiempo, el jardín, aun en estado de abandono, quedará empapado del el puro olor a azahar. El mismo efecto produce el sol: en un principio, al secarse los orines, el olor se hace más fuerte, pero con el tiempo el sol quema hasta el olor, ayudando al fruto a cobrar fuerza, peso y color. La lluvia, el sol y el viento disipan poderosamente los malos olores. El árbol florido, sin embargo, se mantiene inamovoble y no deja de emitir su fragancia, más fuerte aún después de la lluvia y bajo el sol. Porque en cada célula de su ser está impregnada su misión en la tierra: la de dar fruto. Y da un ejemplo callado de fidelidad y paciencia en medio del sufrimiento.
Por mucho que los gatos hagan sus necesidades en el jardín, el mal olor siempre será temporal y el olor a azahar, duradero.

* Aun en un jardín abandonado, con toda certeza va a haber fruto. Porque, a pesar de que el dueño ( ó los herederos ) lo hayan abandonado, el naranjo, no puede renunciar a su naturaleza, la de dar fruto, aunque no tan dulce como lo hubiera sido si estuviera el dueño y cuidase de él.

* El fruto de antaño era dulce porque era la recompensa que recibía el dueño por su trabajo y su sacrificio; el fruto de ahora es amargo porque el ser humano ha desertado de su misión de mantener y perfeccionar el jardín; un jardín que había recibido en herencia de su verdadero dueño, Dios. En términos espirituales, un alma que vive en la dejadez espiritual tendrá que conformarse con vivir de los frutos amargos de la duda, la soledad, el desamor, la desorientación, el sinsentido y la tristeza.

* Aun así, el fruto seguirá siendo comestible y la fuerza que transmita no permitirá que la fuerza de aquellos que coman de él se extinga por completo. Los estados de degradación en los que vive el alma son curables y reversibles. La tristeza, la soledad y el desmor no degenerarán en el odio; la duda no degenerará en la rebeldía, el sinsentido, en el suicidio. A esos extremos se llegaría sólo si se llega, por voluntad porpia, a aceptar ¨ los orines ¨como alimento espiritual.

* A pesar del mensocabo que sufra el fruto, la fragancia de las flores del naranjo sigue siendo idéntica a la de antes. El sabor del fruto puede que varie, pero la la fragancia, no. La fragancia que emite una flor es la pura esencia del mensaje divino; el amor. Aquello que Dios desea para el jardín es que vuelva a convertirse en una imagen del jardín del Edén, abonado, regado e iluminado por su amor.

* El fruto que se esconde en las flores del naranjo no tendrá olor, y a pesar de que el olor a orines persista, el sabor del fruto estará a salvo de él. Será un fruto más amargo, pero se podrá comer, dará vida y con seguridad no tendrá el sabor a orines, a pesar de que el jardín siga maloliendo. El olor a orines puede contaminar lo exterior, pero no puede penetrar en la esencia, en el fruto.

* Con cada año de abandono que pasa, el fruto se hará más escaso. Pero la fertilidad del naranjo no desaparecerá: la esperanza de que un día el jardín vaya a recuperar el dueño, un dueño que nunca lo abandone más, persiste inalterable, y con ella, la esperanza de que un día el naranjo, bien podado, abonado y regado, vuelva a dar el exuberante y dulce fruto de antes.


Entonces, cuando esto ocurra, los gatos volverán a ser domesticados y los que se resistan, serán expulsados del jardín.




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No reconocer el valor del otro es des-precio.
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