Caminar "orienta" nuestra vida. El caminar ajeno, sin darnos cuenta, endereza muchas veces nuestros pasos. Y así:
El hombre
cargado de forraje
sin saberlo nos orienta
entre ramas
Tampoco vemos mucho cuando atravesamos un pantano. Para guiarnos, mejor seguir las voces de otros romeros, que avanzan entonando letanías. De verdad, en el camino vemos poco. Y a veces sabemos poco sobre la senda que pisamos. Bastante de lo que conseguimos aprender proviene del andar de los demás: un monje que vuelve a su cubil montañoso, un campesino que recoge tubérculos y nos señala la senda convenientemente con un nabo, una vaca que muge y promete una granja cercana, una nube que se enfila hacia el monte o el olor salino que trae el viento y nos informa la cercanía del mar hacia el que deseamos dirigirnos...
Fuente: El libro del haiku. Alberto Silva. Ed. bajo la luna
Del caminar...: un extracto.
Del caminar...: un extracto.
Todo lo bello tiene una marca de eternidad. Simone Weil
-
Lilí Balladares
- --------------------
- Mensajes: 2584
- Registrado: 08/May/2011 20:00
- Contactar:
¡Muy lindo,gratificante al "alma" este pensamiento que compartes,J.L. !!! Uno ve,pero no siempre capta todo lo que se nos muestra, y otro tanto quedará sin descubrir.Hace tiempo escribí un poema (AQUÍ http://0z.fr/CD-uA ).Creo que ser un buen observador requiere calma,tiempo,reflexión,y más...algo poco común en nuestro mundo "acelerado",sin embargo,ya se dijo:"hay que comprar el tiempo oportuno",comprar es invertir,y si no lo hacemos,cosas menos importantes ocuparán ese valioso tiempo.Sin duda,hay guías en la vida que nos hacen más atentos...otra veces no podemos con nuestro genio,¡lástima!,es ahí cuando perdemos para siempre ese instante.
-
Lilí Balladares
- --------------------
- Mensajes: 2584
- Registrado: 08/May/2011 20:00
- Contactar:
Ahora agrego textual de "Hojas de la acera",2009,que creo suma:
«Hojas en la acera», como poemas de un caminante pisando la
realidad desnuda, sin más reflexiones ni juegos poéticos, sólo la atención de ese asombro por lo que nos rodea. Pisando la acera juntos y
aprendiendo siempre, como en este texto de Morikawa Kyoriku, - profesor de pintura de Matsuo Basho, y a su vez alumno de poesía de
éste, aprendiendo recíprocamente de su arte-, nombrando el origen
del haiku: haikai.
«El caminar es la flor del haikai.
El haikai es el espíritu
del caminante.»
«Hojas en la acera», como poemas de un caminante pisando la
realidad desnuda, sin más reflexiones ni juegos poéticos, sólo la atención de ese asombro por lo que nos rodea. Pisando la acera juntos y
aprendiendo siempre, como en este texto de Morikawa Kyoriku, - profesor de pintura de Matsuo Basho, y a su vez alumno de poesía de
éste, aprendiendo recíprocamente de su arte-, nombrando el origen
del haiku: haikai.
«El caminar es la flor del haikai.
El haikai es el espíritu
del caminante.»