Si lo ves como una experiencia del común, una experiencia de la comunidad multicultural que somos, el haiku se vuelve algo imponente y tú una hormiguita. Miles, millones de aware expresados con la riqueza del habla de todos nuestros pueblos, se están recogiendo en el crisol del haiku en español. Desde cada lugar de esta lengua común, estamos guardando todo lo que importa: desde un colibrí o chuparrosa en un atardecer en Xalapa, hasta el pedregal de Grazalema donde bala una cabra al resbalar. Desde la plantación de caña en Camagüey por donde viene un perro con algo en la boca, hasta el cornalito que un gaviotín trae en su pico en la costa patagónica.
Es demasiado hermoso, y es la realidad.
Mavi
IMPERDIBLES.
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Última edición por JL.Vicent el 24/Mar/2017 17:21, editado 2 veces en total.
Solo la mano que borra puede escribir lo verdadero. Meister Eckart
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Haikus fallidos: un excelente modo de aprendizaje
No es mala cosa iniciarse en este camino con un haiku fallido. Se aprende mucho más de los errores que de los aciertos, y como siempre, habrá que errar mucho para ir acercándose poco a poco al genuino espíritu japonés del haiku. Me gustaría hacerte llegar una recomendación que creo importante tener en cuenta a la hora de escribir haiku. Es una más de entre otras muchas que tendrás que ir desvelando poco a poco. Si algo cuenta el haiku es una particularidad. No tiene sentido un haiku que hable sobre generalidades. En el haiku todo es deliciosamente concreto, sabroso, palpable. De cierta forma podemos decir que haiku es entre otras muchas cosas poesía de los sentidos, de ahí que un buen haiku siempre produzca un potente efecto evocador: lo que se ve, lo que se oye, lo que se toca, lo que se huele, lo que se saborea...todo entra dentro de la esfera del haiku. Esta sensitividad es el cordón umbilical que liga siempre al haiku con la realidad.
Barbarroja
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Perseverar y no desanimarse: objetivos de todo buen haijin
No te desanimes, creo que no me equivoco al decir que a todos, llevemos más o menos tiempo escribiendo haikus, nos resulta compleja y árdua esa tarea de materializar la "inmensidad" de un aware a un mero conjunto de palabras. Mi forma de trabajar un haiku se asemeja mucho a lo que has descrito con tus palabras. Hay haikus, los que menos, que salen con una inmediatez y una perfección pasmosa (awares que encajan perfectamente en la "pequeñez" de un haiku). Los hay que se prestan a trabajarlos, a pulirlos, a desgranarlos hasta dar con una composición que se adecue lo más fielmente posible al aware que nos hizo sentir (son awares que se dejan "modelar" a la "pequeñez" de un haiku). Y hay otros haikus, que se nos traban desde un principio y a los que parece imposible encontrarle una forma que resulte adecuada (awares que no encajan en la pequeñez de un haiku). Como si resultara inviable contener un aware de una gran riqueza de matices en el ínfimo espacio que contiene un haiku, sin tener la sensación de que algo irrenunciable se nos ha perdido en el camino. Domeñarlo, nos haría sentir de alguna forma que no hemos sido fieles al espíritu y a la esencia del aware original. ¿Podría ser esto lo que te ha ocurrido con el haiku del halcón?
También a mi se me van muchos haikus a dormir al cajón un duradero letargo, donde a veces maduran y a veces no, de donde a veces los rescato y a veces no. También recurro como tú, a la técnica de intentar atrapar el aware en toda su inmediatez, y desde ahí empezar a madurarlo. Trabajar el haiku a partir de imágenes (fotos tomadas en el mismo momento del aware por ejemplo) puede ser otra forma distinta de orientar nuestro trabajo. Incluso se puede trabajar el haiku desde el recuerdo (impresiones mentales).
En cuanto al ritmo, la métrica y la sonoridad hay que tener paciencia. Para mí son cuestiones de segundo orden, y con esto n o quiero decir que no haya que prestarle la debida atención. Con el trabajo y la lectura, uno se va haciendo con ese sabor a haiku y estos elementos van adquiriendo la importancia que tienen. En cuanto a la "tensión interna" del haiku, creo que la mayoría de las veces, cuando esta "chispa" está implícita en el aware, surge de manera natural en el haiku.
Barbarroja
También a mi se me van muchos haikus a dormir al cajón un duradero letargo, donde a veces maduran y a veces no, de donde a veces los rescato y a veces no. También recurro como tú, a la técnica de intentar atrapar el aware en toda su inmediatez, y desde ahí empezar a madurarlo. Trabajar el haiku a partir de imágenes (fotos tomadas en el mismo momento del aware por ejemplo) puede ser otra forma distinta de orientar nuestro trabajo. Incluso se puede trabajar el haiku desde el recuerdo (impresiones mentales).
En cuanto al ritmo, la métrica y la sonoridad hay que tener paciencia. Para mí son cuestiones de segundo orden, y con esto n o quiero decir que no haya que prestarle la debida atención. Con el trabajo y la lectura, uno se va haciendo con ese sabor a haiku y estos elementos van adquiriendo la importancia que tienen. En cuanto a la "tensión interna" del haiku, creo que la mayoría de las veces, cuando esta "chispa" está implícita en el aware, surge de manera natural en el haiku.
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Re: IMPERDIBLES.
"(...) El propio haiku a uno mismo siempre le parece el desmolde intenso de una percepción. Modificar pareciera poner en riesgo la transparencia hacia el instante y su transmisión. En relación a eso, creo que la cuestión es no hacer una "corrección" literaria, al modo de un taller literario. No es un texto lo que pulimos. Es la percepción. Por eso no volvemos al texto sino al aware. La memoria sensorial vuelve a sumergirse y deja en silencio el texto para captar ecos, resonancias, reflejos, texturas, contrapuntos de la escena. Esas van a reversionar el haiku, porque han revivido el aware. No tengas temor, no nos alejamos, hemos vuelto a recoger más del momento, de lo sagrado que hay en él.
La pregunta a la que volvemos no es "cómo lo escribo?" sino "qué pasó?" ;"cómo pasó?"
ariel.b, ERDH 31 de octubre 2018
"A veces sucede que el atasco se debe a la voluntad de expresar tal o cual cosa mediante un haiku. Cuando es así -no sé si habéis reparado en ello- muchas veces le sugerimos al autor que trate de describir el momento mediante una simple redacción. Entonces, libres de corsés, comienzan a fluir más posibilidades, a aflorar desde el subconsciente, a aparecer palabras que podrían ser claves para expresarse en un haiku. Lo he comprobado en mi propia práctica. Y también en la de los demás, cuando, en alguna ocasión y tras leer a algún haijin "atascado" y su posterior "lo que pasó fue ésto pero no me sale", le he sugerido alguna alternativa y me han respondido "sí, era eso". La solución (si se me permite emplear aquí el término) ya estaba en sus propias palabras."
Luis Carril, ERDH 23 de septiembre 2010
La pregunta a la que volvemos no es "cómo lo escribo?" sino "qué pasó?" ;"cómo pasó?"
ariel.b, ERDH 31 de octubre 2018
"A veces sucede que el atasco se debe a la voluntad de expresar tal o cual cosa mediante un haiku. Cuando es así -no sé si habéis reparado en ello- muchas veces le sugerimos al autor que trate de describir el momento mediante una simple redacción. Entonces, libres de corsés, comienzan a fluir más posibilidades, a aflorar desde el subconsciente, a aparecer palabras que podrían ser claves para expresarse en un haiku. Lo he comprobado en mi propia práctica. Y también en la de los demás, cuando, en alguna ocasión y tras leer a algún haijin "atascado" y su posterior "lo que pasó fue ésto pero no me sale", le he sugerido alguna alternativa y me han respondido "sí, era eso". La solución (si se me permite emplear aquí el término) ya estaba en sus propias palabras."
Luis Carril, ERDH 23 de septiembre 2010
La verdad es una tierra sin senderos. Jiddu Krishnamurti