Cuidado

[Idalberto Tamayo]

Con cuidado
-dice un niño al otro-
arráncale sus alas


Rubens Sarò
Florida (USA)

[Gorka Arellano]

Vaya, compañero, interesante momento. Cosas de niños...

Gracias por traerlo. Abracicos

[Piluca C.P.]

Un haiku muy sugerente. Los niños no dejan de sorprendernos.

Gracias, compañero Idalberto !!

[Idalberto Tamayo]

Gorka y Piluca, ...

[Viento]

Sutileza, vida, destrucción, inocencia... ¡Vaya haiku!

[Idalberto Tamayo]

Viento, gracias a ti por comentar, saludos...

[Gorka Arellano]

Buenos días.

Volviendo al hilo, he leído por ahí esto:

"El haiku, incluso el haiku cruel, debe celebrar, siempre hay una luz, siempre está la esperanza como fondo para este mundo que no nos necesita. Un acto cruel sin salida ni esperanza no es un haiku. Ni siquiera aunque sean niños, porque no hay apertura a ninguna parte"

A ver que dicen los demás compañer@s.

Abracicos.

[Idalberto Tamayo]

Gorka, lo que sé del haiku, que por cierto no es mucho, es que la intenciòn del haijin
solo busca captar un momento que le comunica la naturaleza. La sutiliza es saber traducir ese suceso instantáneo con las palabras más acertadas, aquellas que puedan lograr que el lector sí se comprometa plenamente en la expresiòn del juicio y la razòn o del por qué de las cosas. Es apartir del "nacimiento de la criatura" que se puede comenzar a debatir en sentido filosòfico. El bien y el mal en el comportamiento de la naturaleza carece de sentido sin la interpretaciòn de la mente humana que es la que conceptúa tales sucesos...

Mis respetos...

[Gorka Arellano]

Gracias por debatir, Idalberto

Una pregunta que hago extensiva a todos los compañer@s: ¿la naturaleza es cruel?

Abrazos

[mencs6]

Con cuidado
-dice un niño al otro-
arráncale sus alas

Yo tengo mis dudas en considerar haiku o no el que has compartido, Idalberto. Y las tengo simplemente porque no se ver, en estos versos, una fracción de la Naturaleza sinó, básicamente, una interacción muy potente de lo humano en ella sin intención alguna de diluirse en ella. Y esto me despista

Apuntándome al hilo que plantea Gorka, en mi modesta opinión la Naturaleza no és cruel, ni benévola, ni sutil. Somos nosotros quienes la adjetivamos en función de nuestros parámetros culturales. Es nuestra interpretación de lo que vemos la que decide si hay crueldad o no en aquello que vemos. La Naturaleza comporta sencillamente el discurrir de las cosas siendo lo que son y haciendo lo que deben hacer, tanto si se trata de florecer como de morir o matar.

Un abrazo

[Idalberto Tamayo]

Mencs6, tu comentario redunda sobre el mio, y con respecto a la pregunta que plantea Gorka mi respuesta también está en lo que ya expresé: "El bien y el mal en el comportamiento de la naturaleza carece de sentido sin la interpretaciòn de la mente humana que es quien conceptúa tales sucesos."
Con mi comentario he querido decir que los sucesos en la naturaleza no están regidos por el bien y el mal, en ella no existe esa conciencia de lo que es bueno o malo. Esto no quiere decir que no haya un principio causal o diseño como mecanismo instintivo regulador de los eventos hasta aleatorios, pero nada de eso corresponde a crueldad ni empatia. Son los entes pensantes los que marcan y definen, ya lo dije antes, por razòn y lògica tales hechos. El haiku propone captar instantes al margen de la racionalidad, aunque es imposible la anulaciòn de la sutileza. Es a partir de ese nacimiento que el haiku sufre una metamorfosis externa en lo que pueda sugerir en la mente de cada lector desde el punto de vista moral o ètico...

Mis respetos...

[JL.Vicent]

Básicamente estoy conforme con vosotros, compañer@s; y estoy plenamente de acuerdo con Joan en que me parece que no termina de ser haiku. Ni la Realidad es rehén de la Etica, ni el haiku debe ser mero testimonio ya que también es poesía y camino de vida, es el Dô. Llegados a este punto recuerdo siempre la archiconocida anécdota entre Bashô y su querido discípulo cuando al componer éste cierto haiku relativo a unas libélulas que quitándole las alas sería vainas de pimienta..., el maestro replicóle que no era ese el camino a seguir y que mejor era expresarlo de esa otra forma que decía: vainas de pimienta, añadeles unas alas y serán libélulas... Ahí está la cosa, el haiku, la dignidad de la Vida; vivificar la naturaleza; hay que tratar de dignificar la vida siempre ya que queremos un mundo mejor que el que nos encontramos al llegar a éste; somos personas, somos lenguaje, somos responsables de esa dignificación de la Naturaleza y del arte del haiku. Y eso al margen de la obviedad de que Natura carece de Ética.

Salud y gracias por estos debates, compañer@s.

[ariel.b]

En mi modesto parecer coincido con lo expresado con Joan.

Y sumo este comentario, en mi.opinion hay una diferencia entre la percepción de "lo atrayente" que demanda nuestra atención, sobremanera refinada si el haijin así lo es. Es lo que nos atrae. Otra cosa es el instante.

El instante aparece cuando se ha descubierto un punto de sutura entre el foco de la atracción y una otredad (señalada por el kire) que provoca la oportunidad, la chispa, la perpeljidad y la apertura hacia "eso otro" que podemos llamar "lo sagrado" y en el texto de Gorka lo interpreto como "la esperanza".

Quizás el haiku se haya pregnado del suceso (las alas...) y siendo además eminentemente un acto y humano, demanda, con vigor el contrapunto que lo disminuya en relación al contexto (lo sagrado/la esperanza).

Ese es el punto en mi opinión más débil donde debe trabajarse este haiku : contraer la descripción de los niños y dejar lugar para que un kire lo sitúe ante "el instante".

En fin, cavilaciones. Lo que nos queda de estas maravillosas rondas alrededor de la llama del haiku y la leña del castellano.

Abrazos.

[Idalberto Tamayo]

JL, la candidez del niño en sus acciones armoniza plenamente con el orden natural...
Yo me pregunto, ¿qué se diría si este haiku,o casi haiku, fuera la expresiòn genuina de un niño de tres a cuatro años?
La memoria de nuestra ninéz más temprana nos regresa al hito donde comenzamos a "comer del fruto del bien y del
mal" pero a diferencia de Adán y Eva nuestros ojos no fueron abiertos inmediatamente...
En una ocasiòn mi esposa estaba en la cocina preparando un pollo para la cena y mi hijo más pequeño se le acerco y le dijo: "Arrancale el corazòn y dámelo." Mi esposa le expresò que el pollo aún estaba crudo. Yo le pregunté que para qué lo quería, y me respondiò: "Quiero ver como late." Es hoy, después de tantos años, al recordar sus palabras tengo que hacer un enorme esfuerzo por no llorar. En aquel entonces mi hijo tenía apenas tres años.
Se pueden hacer muchas lucubraciones con respecto a todo esto pero lo cierto, compañero, es que caminamos sobre un terraplen muy ancho de cuestionamientos...

Arrancale el corazòn
¿Para qué?
Quiero ver como late

Muchas gracias...

[Idalberto Tamayo]

Ariel, interesante tu comentario lo aprecio mucho al igual que estimo de valor el de cada uno de los compañeros...
Mis repetos...