Nicolás Gallego escribió: ↑05/Ago/2022 05:06Qué hilo más rico éste,!... con gestos tan asombrosos: Joan, sutileza de González González, la amorosa paciencia de JLVicent, el reconocimiento de Higurashi... y ahora la propia Roxana... gracias a todxsRoxana Dávila Peña escribió: ↑05/Ago/2022 02:12 En el huerto donde sucedió el asombro había muchas plantas; para ajustarme al 5-7-5 el haiku bien podría decir:
Cortando eneldo,
el canto de la alondra.
Lejos, relámpagos.
Quiero aportar "alguito", con todo cuidado y respeto...
Roxana, encuentro que sos muy gentil al consentir en darle a tu hermoso haiku original una nueva versión que se ajuste a la forma 5/7/5 (¡siendo que no la necesita!).
Pero creo que en el arte (y en el terreno de la verdad en gral.) es tan valioso y necesario respetar las reglas, como animarse (y efectivamente poder) romperlas con corazón... para que fluya...
El zen, como el haiku, es japonés en su origen (o llegó a Occidente desde su forma japonesa), y diversos maestros zen japoneses han expresado abiertamente que el zen ha prendido en Occidente y se realiza con salud fuera de Japón, justamente porque los europeos, americanos y latinos le han aportado frescura a la práctica (ej: lo ha dicho mucho Shunryu Suzuki)... alejándose aquí y allá de la norma estricta y cristizada, para que pueda caber en la práctica nuestra idiosincrasia y nuestra forma de existir... Mientras en Japón el zen, a veces, se encuentra momificado y cristalizado (adormecido) en formas ritualizadas, en Occidente, el mismo zen, encontró aire, frescura y salud en la imperfección de una práctica más desacomplejada.
Creo con toda honestidad que al haiku en español (o castellano), puede resultarle saludable pensar en esto que he tratado de referir respecto del zen fuera de Japón... (y que confío que muchxs en el foro conocen de primera mano)
Espero haber podido expresar con claridad la idea sin incomodar a nadie... solo quiero significar que hay veces en que la verdad, para seguir siendo verdad, debe asumir o ensayar nuevas formas, para no perder frescura, es decir, para seguir siendo verdad...
El equilibrio es difícil, claro... pero en eso estamos... no son solo las reglas las que pueden mantener viva una práctica...
Agradezco mucho tu comentario, Nicolas Gallego. Creo que son dos diferentes haikus y que ambos son posibles y válidos. Uno no anula al otro y mucho menos pierden su autenticidad. Solo son dos haikus de un mismo evento en el contexto muy diverso del huerto. Lo de menos, por supuesto, es el número de sílabas utilizadas para la composición del haiku… los dos se ajustan a la característica indispensable de la brevedad.
Saludos cordiales, como siempre.