Haiku imaginado ¿si o no?

Preguntas y discusiones sobre haikus concretos o sobre la teorí­a del haiku en general
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il.balan
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Haiku imaginado ¿si o no?

Mensaje por il.balan »

Hola a tod@s,

Después de varios días y muchas otras palabras, he reflexionado con calma qué fue lo que realmente me llevo a intercambiar tantas palabras en torno a un haiku reciente de Isabel Pose (cae el soldado / sobre la hierba verde / su casco verde), y fue lo siguiente:

Al terminar de leer dicho haiku, me dije a mí mismo:

"Israel, este es uno de esos haiku que más allá de todas las fibras que puede moverte, es un haiku que sólo puedes degustar de lejos porque sencillamente no lo has vivido..."

Y pues si, puedo comprender y sentir el sabor de haiku que emana de él, gracias al atinado uso de las palabras con que la autora lo ha presentado. Mismas palabras que embonan perfectamente en lo que voy comprendiendo que es un verdadero haiku. Pero que, en definitiva están fuera de mi espectro vivencial directo, pues a menos que las vea representadas en una pelicula o utilice cualquier otro tipo de artificio fuera de la realidad neta con que mis sentidos perciben las cosas, es cierto que en mí pertenecen a ese otro campo de la consciencia llamado: imaginación.

Lo anterior, me llevo a cuestionarme muchas cosas sobre la manera de componer y leer un haiku. Incluso, sobre lo que entiendo por “haiku”. Entre ellas:

¿Qué tan válido es hacer uso de la imaginación para componer un haiku?
Si mal no recuerdo, fue Shiki quien dió luz verde a este respecto, pues consideraba el haiku como simple poesía. Aunque por otro lado también dijo que el haiku debía ser captado directamente (shasei) :?:

¿Qué tanto mi experiencia sobre esta tierra me acerca o me aleja de la correcta degustación de un conjunto de palabras con forma de haiku?

¿Cuántos haikus en realidad son vividos por el autor y cuántos más son simplemente fruto de su imaginación?

¿Cuántos haikus que he leído considero fruto de mi experiencia y cuántos fruto de mi imaginación?


Personalmente, me gustaría compartir aquí (como ya lo he hecho en otros foros) que para mí es muy importante haber vivido las cosas para poder componer sobre ellas. De entrada porque me resulta más fácil quedar contento con lo que he compuesto, puesto que ya lo he vivido y ello establece mi marco de referencia.
De lo contrario no podría hacerlo, ya que mi consciencia no tiene dicho marco y me pierdo fácil en la vastedad de las ideas. Ahora, si bien puedo "conectarme" perfectamente con lo que otros han escrito, debido a que sus palabras resuenan en mi memoria, lo cierto también es que, en muchas ocasiones tal conexión es netamente estética, y con ello, lejana de donde me gusta pensar que el haiku proviene: la realidad concreta.

Ejemplos para ser más claro:

viento otoñal.
no se mueve el caballo
que carga piedras.

Midori-yo

al ladrón
se le olvidó la luna
en la ventana

Ryokan

Me fascinan estos dos haikus por la gama de cosas que tocan en mi interior, y pese a que no los he vivido, hay "algo" en ellos que me parece forma parte de la esencia de todas las cosas. Puedo sentirlo más allá de la razón, y sin más, simplemente me gustan porque los considero del más alto grado de consciencia. Esa consciencia que es capaz de tocarnos sin dejarse ver, como el viento. De ahí que los llame “haikus de viento”.

prunos sin hojas.
han quedado a la vista
todos los nidos.

Frutos Soriano

no había nadie;
y en la silla a la sombra,
hojas de pinos.

Shiki

Había presenciado estos momentos mil veces, pero nunca fueron tan profundos hasta que los leí con forma de haiku. Sin duda son el tipo de haiku que me hubieran gustado componer, y por ello reconozco siempre a sus autores como mi más fuerte influencia. Los llamo “haikus de tierra”.

Estoy aquí
por estar, y la nieve
sigue cayendo.

Issa

sobre la nieve
se ve correr la sombra
de la cometa.

Takashi

Nunca he tocado la nieve, no sé cómo se siente, no sé qué es eso de hacer bolas y aventárselas a otro... en pocas palabras, no he vivido la nieve... y sin embargo, la manera en cómo están expresados estos haikus me conmueven. Tal vez porque embonan en mis cánones estéticos.
Llamo a este tipo de poemas "haikus viajeros o de nieve", porque gracias a ellos puedo conocer la nieve sin salir de mi cuarto en el DF.

salió a la mar
y el vendaval no tiene
dónde volverse.

Seishi

toda la noche
diciendo "cuco", "cuco",
y al fin ¡la aurora!

Chiyo-ni

Estos no me mueven en lo emocional, sólo en lo intelectual y seguramente por eso no los comprendo a fondo. Tal vez por falta de experiencia. Aún así reconozco su sabor de haiku y no dudo en que sean fruto de la experiencia de quien los compone. Son el tipo de haiku que me hace decir "hola amiga Chiyo-ni ¿por favor me puedes explicar qué estas diciendo? siento algo pero no sé qué es..."
No tengo duda en que son los haiku de los que más aprendo debido a las dudas que me generan. Los llamo “haikus sin piernas” por aquello de que “lo que no he pisado no sé si es duro o blando”.

Y por último, ese tipo de haiku que me ha traído a escribir todo esto.
Sencillamente no tocan ni lo más profundo de mí, ni mis pautas estéticas, ni me generan dudas, ni nada. Me parecen tan artificiales porque paradójicamente son tan perfectos que no dudaría en pensar que son fruto de la imaginación de quien los ha compuesto. A veces extremadamente pictóricos, otras, muy intelectuales, por eso los llamo "disfraces de haiku" porque tienen la forma, incluso el sabor, pero les falta "eso" de todo buen haiku, esa "carne propia" del autor que se contagia y se percibe.
Por lo todo lo anterior, pongo en duda su condición de "haiku":

en la campana
del templo está dormida
la mariposa

Buson

Tierno saúz
casi oro, casi ámbar,
casi luz…

José Juan Tablada

Si, ya lo sé. Todos en algún momento de nuestro aprendizaje del haiku, hemos compuesto alguno. Sobre todo al principio. Yo escribí muchísimos antes de comenzar a comprender un poco más el fondo del asunto. Y no dudo que lo seguiré haciendo cometiendo el pecado de lo obvio. Aquí algunos:

cruzan el cielo
mojadas de silencio
las nubes blancas

bajo las rocas
se esconde la noche
el sol despierta

O los que compuse a partir de imágenes. Es decir, sin oler, sin tocar, sin mirar, sin vivir… y casi siempre a partir de lo que según yo, era un haiku:

Esta mañana
Solo habita el sol
En la ventana

Liquido espejo
Amanece otro mundo
En tu reflejo

En fin, que para imaginarme cosas, creo que prefiero la fantasía abierta, y no la realidad "tal cual es", pues desde el encuadre de todo buen haiku me gusta pensar que todo lo ordinario puede transformarse en extraordinario.

Bueno, tal vez sea la hora (3:10 AM) que me está poniendo un poco espeso. Así que, aquí dejo este puñado de letras por si alguien desea hacer eco.

Saludos nocturnos desde el DF...
Última edición por il.balan el 26/Abr/2007 14:27, editado 1 vez en total.
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Luis Carril
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Mensaje por Luis Carril »

Amigo Israel:

Antes que nada, ¡qué preciosa tu clasificación personal de los haikus!

Y entrando en materia de tan interesante inquietud. Creo que haiku es solo aquel que te dicta el instante. Lo que sí puede suceder, es que uno no sea capaz de responder con inmediatez a ese dictado, que no sea capaz de dejar en forma de haiku la constancia que se merece ese instante, o de ese dictado del instante. Particularmente, yo trato de atender al “aquí y ahora”, pero en absoluto desdeño el “allí y ayer”. ¿Por qué iba a hacerlo? No soy especialmente diestro a la hora de expresarme. Me gusta que la expresión sea concisa y pulcra. Ello me obliga a perseguir –inútilmente- las palabras adecuadas, en el especial, como es de suponer, en cuanto al haiku se refiere. Las notas, los bocetos, el registro de mis impresiones, sea en una servilleta de bar, o grabado en el cerebro, o tenga el formato que tenga, es montado en un torno y allí le es dada su forma, es tallado. Este proceso, es igual de franco si el material es de ayer, si es de hace tres años, cuando empecé a escribir haiku; o si es de cuando ni siquiera sabía escribir.

Otra cosa ya es fantasear un haiku, imaginarlo, impostarlo. Bien. Según la habilidad del autor puede resultar creíble. Según su habilidad puede resultar conmovedor a un determinado número de lectores, lo cual lo hace literatura de lo más válida. Pero por otra parte, al autor no le habrá servido de nada más (ni de nada menos, ¡atención!) que de ejercicio de destreza literaria, lo cual, por otra parte, no tiene nada de malo. Aunque reconozco que para mí sería como la diferencia (perdonad la ocurrencia) entre un pantalón vaquero que lleva contigo desde hace tiempo y por eso está gastado y por eso te gusta, y un vaquero que compras ya gastado de antemano. O algo así.

Y bueno, ¿realmente se puede escribir de lo que no se conoce? Y otra pregunta: ¿la experiencia directa, la vivida, es siempre más intensa, o más memorable, que la indirecta, que la que has leído , que la que has visto en el cine, que la que otros, en definitiva, te han transmitido? Yo opino, que no. O que no siempre.

Por reducir la cosa, si no a la esencia, sí a un extremo. Creo haber leído que R. L. Stevenson apenas salía de su cuarto. Bueno, pues fue capaz de escribir “La Isla del Tesoro”. ¡Cuántos intrépidos viajeros habrán sido absolutamente incapaces de transmitir a otras personas una sóla de sus extraordinarias vivencias! Isabel ha visto, no me preguntes en dónde o cómo, un casco verde cayendo sobre la hierba, y su conmoción ha llegado a la profundidad suficiente como para verse empujada a escribir su haiku.

A última hora se me está ocurriendo darle la vuelta a la inquietud. ¿Podría ser que en mitad de un paraje bucólico, montañas, ríos, animalillos y primavera algún haijin impostase un haiku sobre su gabinete? No sé


desde mi cuarto
con folios arrugados
bosquejo un bosque



o similar.

De cualquier modo, el tema abierto me parece de sumo interés y estoy seguro de que merecerá la intervención de algún erudito. Esperemos a ver qué nos cuentan.

Mientras tanto te propongo un ejercicio, que no sé si te servirá de algo a la hora de arrojar luz sobre tu inquietud o no: ¿por qué no intentas escribir un haiku sobre la nieve, a ver qué pasa?
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il.balan
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Mensaje por il.balan »

Hola amigo Luis Carril,

Bien, veo que nuestras letras en el fondo están en sintonía, y dado que tengo algo de tiempo, prosigo con este intercambio sin un orden específico.

***

En efecto, comparto tu opinión de que todo haiku puede ser sujeto de ajuste, cosa que, incluso hoy me ha pasado al escribir:

música clásica –
frente al coche cruza
un mendigo sin zapatos

Mismo haiku que después de meditar ajuste de la siguiente manera:

música clásica –
frente al coche pasa
un mendigo descalzo

Y con ello concuerdo enteramente contigo en que es papel del autor el mejorar el uso de sus palabras con tal de expresar lo que ha vivido. Incluso cuando lo escrito viene de muy atrás en la memoria; de cuando ni siquiera sabía que existía algo llamado “haiku”.
Por ejemplo (no me gusta hablar de haiku sin ejemplos) ayer viví y compuse:

viaje en metro –
el asiento vacío
todavía cálido

El cual me hizo ser conciente de las tantas veces que he vivido aquello no sólo en el Metro, sino en el autobús, en un taxi, en el coche de algún conocido… y por ello me sentí con toda la libertad de plantear nuevas alternativas no sólo en forma, sino en encuadre, en contexto… incluso, en otro idioma:

en el autobús
el asiento vacío
sigue cálido

boarding the bus
the empty seat
still warm

Es decir, nada de imaginación, simplemente rescatando mis memorias a partir de lo que me va ocurriendo con el fin de hallar el mejor encuadre hasta que llegué a la versión definitiva que es un poco más genérica y abierta:

después de abordar
el asiento desocupado
todavía cálido

Siguiendo este proceso, muchas veces saco con forma de haiku cosas que tengo muy adentro en la memoria, como mis juegos de infancia, mis viajes al campo y otras ciudades... Llamo a esto "prender la mecha del presente para hacer explotar el pasado".

***

Respecto a la dinámica que me propones, en verdad que lo he intentado en varias ocasiones. Casi siempre para un foto-haiku o un Kukai que como seguro sabrás parten de un tema o una palabra asignada que no siempre me es afín. Mis resultados en ese contexto a veces han sido muy pobres (al grado de no participar cuando el tema me es ajeno), aunque me han llevado a aprender que esa no es mi manera idónea de componer haiku, pues no quedo satisfecho con lo que he escrito al parecerme tan lejano y tan ajeno a lo que soy.
Los resultados mejoran cuando pasa lo opuesto: cuando me es familiar el tema dandome la oportunidad de ver lo mismo desde otro ángulo.
En ese mismo contexto de ideas, siento que por muy obvio que parezca algo, por ejemplo, la blancura de la nieve, es muy distinto decir intelectualmente “la blancura de la nieve”, que como autor de haiku escoger decir “la blancura de la nieve” CON TODO lo que ello conlleva.. Esto es, la blancura de la nieve como el resultado de su temperatura, de su peso, de su textura, de todo lo que significa, etc., etc. Lo cuál yo desconozco.

Ahora, algo curioso que me dejó esa dinámica fue que en vez de querer aprender de algo que está fuera de mi alcance, me hizo dar un giro de encuadre para tratar de expresar precisamente esa ausencia. Así compuse haikus como:

mi ciudad natal –
intentando un haiku invernal
sin nieve

clases de pintura –
apenas blanco y azul
para un cuadro de invierno

***

El comparativo que haces de todo esto con los pantalones vaqueros me parece muy, muy preciso. Sin duda estamos hablando de lo mismo. Me hizo recordar la primera vez que leí sobre el concepto japonés de wabi-sabi y sobre como muchas cosas quieren dar esa apariencia de tiempo acumulado y lo único que generan es esa sensación de “utilería de cine”, de farsa y simulación... de ficción. Tal vez un mejor título para este debate sea "Haiku y ficción ¿si o no?"

***

Hace un rato alguien me pregunto sobre dónde ubicaría el haiku de Isabel Pose en esta clasificación que tengo como lector sobre los haiku que leo.
Sin duda, es uno de esos “haikus de nieve o viajeros” que me abren los ojos a mundos nuevos y lejanos.

***

Siguiendo con las preguntas que me formulé al principio:
¿Y si los haikus que más me han tocado fueran fruto de la imaginación de quien los ha compuesto? Es decir, fruto de su buen manejo literario y de la ficción.

Mmm… Creo que llegado a ese punto, como lector tengo mis límites, pues si el resultado me deja con la sensación de haber leído a un pintor, en vez de a un haijin (como en el caso del poema de Buson sobre la mariposa en la campana) dejo de confíar en que el poema en cuestión es el resultado del pleno contacto de su autor con el medio, y es simple literatura. Lo cual puede ser muy válido para algunos, no para mí porque considero el haiku como “eso” que va un poco más allá.

***

Por otro lado, haces una extraordinaria pregunta que siento le da al clavo sobre lo que me ha llevado a escribir tanto estos días:
“¿la experiencia directa, la vivida, es siempre más intensa, o más memorable, que la indirecta, que la que has leído, que la que has visto en el cine, que la que otros, en definitiva, te han transmitido?”

Por mi parte, como lector respeto mucho la manera en cómo cada quien componer sus haikus, aunque siempre someto lo que leo a los criterios que ya he mencionado. Lo cual tiene algunos motivos que a continuación expondré:

Como ya lo he expresado anteriormente, a mí en lo personal no me gustan tanto los haikus que yo compongo, como los que leo de otros autores. Pues si comparo la diminuta sensación que logro captar en tres versos, en relación a la experiencia vivida “en carne propia”, pues no encuentro siquiera motivo de comparación.
Así, hay cosas que siento que ni siquiera sé como expresar, por ejemplo al ver la luna velada, en donde a lo más que he llegado es a:

nada que decir…
entre la luna y yo
cruzan las nubes

Pero sé, y he aquí el gran punto, que muchos de los lectores que leen lo que yo escribo pueden acceder al propio espejo de sus propias conciencias por medio de esos tres simples versos.
De ahí, que lo mismo espero de los haikus que leo por parte de otros autores, estableciendo así, un círculo virtuoso, y en ese sentido, tal vez el haiku para mí es como un ser de mil cabezas que me permite acceder a una realidad más plena, neta y menos ficticia, a través de lo que cada quien compone y comparte. Tal vez por eso, a todas las personas que me contactan por algo relacionado con el haiku las llamo Amigos(as).

Si lo anterior no ocurre, esto es, que reciba cierto nivel de ficción en lo que leo, pues para eso prefiero los cuentos, o cualquier otro género consagrado como tal. Pero no en haiku, cuyo espíritu A MI PARECER es algo que tiene más que ver con la aceptación neta de lo que es el ser humano en su devenir sobre esta tierra. Y no, sobre cómo el ser humano se empeña en que ésta sea a su manera y a cualquier precio utilizando entre muchas cosas, la ficción.

Utilizando un ejemplo para esto y muy a la manera de los pantalones vaqueros, es como la diferencia entre la belleza de una mujer en la portada de una revista de moda, en donde todos sabemos que todo allí (o la mayoría) es artificial, es decir, “como alguien cree que debe ser la belleza” incluyendo cirugías y retoque digital de photoshop; contra esa otra belleza innata contenida en la sustancia natural de todas las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.

***

Un poco para redondear lo anterior diré por qué el haiku de Buson me parece artificial:

en la campana
del templo está dormida
la mariposa

... porque me resulta demasiado perfecto, demasiado estilizado por la conciencia humana y con ese afán pictórico de retratar la realidad a su manera. Y sin esa parte “primitiva” (citando a Eva Comas) que todo haiku posee con tal de exponer las cosas tal cual son.

Durante algún tiempo me puse a perseguir mariposas con el objetivo de ver donde dormían. O si es que dormían. Y según lo que pude apreciar, buscan lugares muy serenos y con cierta temperatura que les permita entrar en su letargo nocturno. A veces escogen la parte baja de las hojas, al grado de camuflarse con ellas. Otras escogen los troncos de los árboles, o incluso, rincones cerca del alumbrado público . En general lugares en donde la temperatura y la protección, sean las adecuadas.
De lo anterior que me cueste trabajo creer que una mariposa escoja por dormitorio la superficie fría de una campana que en cualquier momento puede ser tocada (parte de lo cual, según comprendo, es la sustancia de esta propuesta de haiku). No dudo que por la temperatura durante el día a veces puedan posarse sobre alguna superficie fresca, pero de eso, a dormir sobre una campana, lo dudo.

En suma, no lo he vivido y “algo” me dice que es mera imaginación, o ficción, para ser más concreto.

***

Cierto, Buson es un autor muy conocido por otros tantos haiku igual de pictóricos que el de la mariposa:

la hormiga negra
destaca en la blancura
de la peonía

en el estiércol
del caballo, la roja
flor del ciruelo

Sin embargo ¿a qué se debe que estos haikus me parece que tienen “eso” que me permite conectarme con ellos?
Pienso en lo que me compartes sobre Stevenson y la “Isla del Tesoro”. Tal vez, es simple fe hacia los versos del autor. Un poco soltar las riendas y confiar en lo que el autor presenta.

***

En fin, que acabaré este mensaje dejando la invitación abierta a todo aquel que alguna vez logre captar en foto alguna mariposa durmiendo sobre una campana como Buson lo hizo en sus versos, para enviármela vía e-mail y caer en cuenta de que tal vez todo esto que he escrito no tiene sentido. Pues al final tal vez el haiku siempre ha estado allí y todo depende de cómo lo encuadre el autor y cómo lo quiera recibir el lector.

Saludos desde el DF…
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Luis Carril
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Mensaje por Luis Carril »

Hola de nuevo, Israel.

Compruebo con agrado que sí, que nuestra opinión fundamentalmente coincide. Compruebo, además, con sumo deleite, lo madurado y excelentemente bien estructurado que tienes el tema, lo bien meditado que está, las originales clasificaciones y expresiones con las que trabas tu relación con el mundo del haiku. Todo ello demuestra tu gran amor y profundo respeto por este mundo. Además, sinceramente, Israel, creo que tanto y tan buen material daría para un magnífico ensayo. Es mi sincera opinión. ¿Te animarías? Como lector francamente espero que así sea.

Y por último, no por tratar de rebatir ningún punto, sino por todo lo contrario, por sumar, me gustaría hacer hincapié en una cosa. Tal y como yo lo entiendo, la realización un haiku debe satisfacer a un mínimo de dos personas. Una de ellas -puede ser múltiple- es el lector, el receptor. Para ello, siempre en mi opinión, es indiferente que el haiku en cuestión venga de la experiencia directa o de la última versión del HaikuMaker 2.0 para Windows (perdona estas tonterías, no puedo evitarlas :lol: ). Si el lector queda satisfecho, basta. Una de las dos personas satisfecha, pues. Pero ¿y la otra, y el escritor, el emisor? Me atrevo a afirmar que por mucho éxito de público que tenga un haiku "impostado", ningún haijin sentirá la misma satisfacción íntima que si fuese un haiku extraido de un registro interior, da igual -eso sí- que sea de lo que tiene delante de los ojos o de un recuerdo suyo.

Y ya que me encuentro en posesión del teclado, permíteme una reflexión sobre la marcha. Podría decirse que, a diferencia de otros estilos literarios en los que uno se imagina perfectamente a una persona escribiendo para sí (¿cuánta extraordinaria literatura se hallará guardada en oscuros cajones?), en el haiku esto no tiene mucho sentido, ¿no? En tanto a que el haiku espera, o en la mayoría de las veces espera, o al menos en teoría espera, un lector activo que lo complete y que, de algún modo, establezca una conexión directa con el autor, de corazón a corazón, para lo cual no es necesario que ninguno de los dos comparta ni coordenadas geográficas ni coordenadas temporales. Cuando esto sucede, es maravilloso. Maravilloso.

Por último, Israel, esto sí, en donde pienso presentarte batalla es en el haiku de Busón, ja, ja. Buscaré a esa mariposa.

Venga, amigo, anímate con lo del ensayo. Mi yo lector lo está esperando.

Un abrazo.
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Luis Carril
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Mensaje por Luis Carril »

Se me quedó en el teclado (antes se decía en el tintero). Creo que, entre otras cosas, de este debate estamos extrayendo las posibilidades del haiku de lo que anhelamos, de lo que no ha sucedido, de tu nieve, de mi folio arrugado que no es bosque. Me parece este un punto de vista con el que un haijin puede abordar con total franqueza la exploración de infinitas posibilidades que al menos a mí, hasta ahora, me habían pasado en gran parte desapercibidas.

Chao.
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Maramín
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Sin saber...

Mensaje por Maramín »

Sin saber ezpresarme con tal fluidez y clara visión de lo que representa el haiku para vosotros, confieso que he disfrutado mucho leyéndoos y al mismo tiempo aprendiendo.
Por mi parte reconozco que intento colocar en mis haiku mis propias vivencias y experiencias, que, dada mi edad, son
innumerables. Al mismo tiempo incorporo todo aquello que se me presenta ocasionalmente y cada vez que puedo lo apoyo con una foto.

Imagen

Para otros temas o formas de sentir y ver utilizo simplemente tercetos, (senryû, zappai, o como quieran denominarse)

Espero, amigo Israel, que aceptes el reto de Luis y nos deleites con un ensayo para lo que creo que estás ya preparado.

Un cordial saludo...

Maramín
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Eva Comas
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Mensaje por Eva Comas »

¿Haikus imaginados?


No, no y mil veces no. Dejemos la imaginación para las obras de teatro, las novelas... para los guiones de cine, que falta les hace. Para mi, un haiku imaginado/ario es un fraude.

El haiku no necesita la imaginación para nada.

El haiku es Vida con mayúscula. Solo necesita ser escrito. Necesita de nosotros como transmisores, a través de las palabras. Que nuestra cabeza las localice de entre el montón de palabras que forman la memoria, las recoja cuidadosamente y que la mano las escriba, solo eso.

También necesita de una voz que las diga. El haiku es poner nombre a la Vida, "nombrar la Vida".

Haikus vividos, siembre. Dejémonos de fantasías.


P.S. Es de las pocas certezas que tengo.
Última edición por Eva Comas el 22/Jul/2007 18:13, editado 1 vez en total.
A mi solo me atrae la contemplación del mundo y de mi mismo, y de todos los seres, con amor, admiración y respeto.

Hermann Hesse, Siddhartha.
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il.balan
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Mensaje por il.balan »

Hola amigos Maramín, Luis Carril y Eva Comas,

Ciertamente creo que hemos llegado a buen puerto al coincidir todos que el haiku debe brotar de nuestras experiencias, y justo antes de iniciar este debate había pensado en algo similar a lo que me proponen, pero mi cautela estaba en no resultar demasiado dogmático, pues lo único que deseo es expresar mi simple punto de vista al respecto, y por eso opté por este medio. Aún así, ya veremos en qué puede resultar.

Mientras, por mi parte sólo concluir que estoy muy de acuerdo con las últimas palabras de Luis, en lo referente a que lo importante es que el haiku surja y sirva de puente entre el autor y el lector. Todo lo necesario para que ello ocurra puede ser de muy diversa índole, y según a cada quien le parezca. Lo cual, en última instancia lo único que hace es enriquecerlo y complementarlo. De la misma manera que nos tiene aquí intercambiando letras no importando la distancia que nos separa a uno del otro.

Enhorabuena por el haiku en nuestro idioma...
Haijin Negro
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Mensaje por Haijin Negro »

Sinceramente, yo tengo que recurrir muchas veces a la imaginación a la hora de componer, porque vivo en una ciudad donde es dificil encontrar momentos para hacer haikus, y no me gusta escribir sobre los coches echando humo o lo sucia que esta la calle. Si tuviera algo más de tiempo podría irme a un parque, al campo, a una plaza tranquila, etc, donde pudiera concentrarme en el haiku. Es por eso por lo que mi imaginación ha tenido que suplir a mis sentidos, o mis experiencias pasadas a las actuales:

Noches en vela
añorando la vida
cerca del río

Si me pongo a escribir sobre lo que veo o percibo, todos mis haikus acabarían asi!:

Oigo un rumor,
el humo de las motos
llega a mi puerta.

Entonces me veo obligado a alterar la realidad:

Oigo un rumor.
el caballo metálico
respira humo.

Todo lo que yo invento o imagino deriva de sensaciones ya vividas. ¿Es eso haiku, o voy por el mal camino 8) ?
Jorge Moreno Bulbarela
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sensaciones ya vividas

Mensaje por Jorge Moreno Bulbarela »

Hola Haijin Negro, pues yo diría que si lo que escribes deriva de experiencias y sensaciones ya vividas, pues estás en el camino; en cuanto a la presentación, ya es otra cosa, depende de qué clase de haiku quieras cultivar: el lírico occidental, que se ciñe al formato 5-7-5; o el haiku tradicional, que prescinde de la retórica actual; o un haiku intermedio.

El Haijin Negro
¿un afroamericano
o sólo un ninja?

Jorge
Si miro con cuidado la nazuna florece junto al seto Bashoo
Viento
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Mensaje por Viento »

hola, Haijin Negro: no sustituyas la vida que te ha tocado vivir por otra inexistente: normalmente nuestras percepciones y juiciios nos engañan y varían a medida que el tiempo va pasando y poseemos otras experiencias y conocimientos sobre nuestro entorno o los episodios que a la vida le da la gana que protagonicemos. Trabaja con el material que tienes a mano: no hacer discriminaciones, sentir la vida en cada ruido de la calle, aceptar una existencia en donde todo debe existir, sentir la armonía en cada una de nuestras desgracias, porque el mundo y la vida están hechos de momentos dulces y amargos. Somos nosotros los que catalogamos y definimos nuestras vivencias, pero la vida no es más que eso, vida.

Yo, como habrás podido comprobar, prefiero no inventar, lo considero más real. Al fin y al cabo, cuando muera prefiero haber vivido mi vida y ser consciente de que aquello que me ha estado ocurriendo -sea lo que sea- lo he estado protagonizando yo REALMENTE.

Un placer.
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Luis Corrales
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Mensaje por Luis Corrales »

Hola a todos.

Ante todo, Haijin Negro, bienvenido al foro. En cuanto a tus dudas, seré más breve que mis estimados compañeros: si estás escribiendo exclusivamente con tu imaginación, no estás escribiendo haiku. Si lo haces desde tu experiencia y desde tu "aquí y ahora", probablemente sí. No te obligues a escribir haiku si el cuerpo no te lo pide.

En cuanto a escribir haiku en la ciudad, sólo se trata de aguzar nuestros sentidos. Ese es el reto, ni más ni menos. Poetas de mucha solviencia tienes en este foro que lo consiguen prácticamente día a día.

Saludos.
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Mercedes Pérez
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Sobre la realidad y otras fantasías

Mensaje por Mercedes Pérez »

Hablando sobre la realidad y otras fantasías, me pregunto si es mas “real” lo vivido, que lo soñado o que lo imaginado… Es más ¿acaso es diferente? ¿es que lo que sueñas no lo vives, no es una experiencia? y lo que lees, lo que imaginas…¿dónde está la línea que separa lo que es “real” de lo que no lo es? ¿no será que estamos atrapados en conceptos temporales y espaciales que nos encasillan y no nos dejan movernos en libertad? ¿quién puede aseverar que lo que imaginamos y lo que soñamos no forma parte de nuestro ser esencial?
La realidad es una experiencia personal -interna y externa- y que no tiene una fórmula aplicable a todos por igual. El mismo paisaje puede despertar en diferentes observadores sentimientos diferentes e incluso contrapuestos y/o contradictorios… ¿cuál es más real?
Esto aplicado a la hora de escribir haiku, tampoco es garantía de nada, ya que dependerá de la capacidad de conexión del observador con la esencia del espíritu que todo lo anima, de su capacidad de expresar lo sentido en esa comunión y que además un lector cualquiera en alguna parte del mundo y en cualquier época-tiempo-que se emocione con ello…
A mí el haiku de Buson que hace referencia Israel, me parece “real”, me llega, me emociona, me habla y me sugiere muchas cosas importantes y difíciles de describir a no ser con el propio haiku

En la campana
Del templo está dormida
La mariposa

¿En verdad me importa o me quiero cuestionar si Buson lo vio “en realidad”? Para mi es real, regio, porque, surgiera de su experiencia física o de su experiencia mística, si lo vio, lo soñó, lo imagino o se lo contaron, me parece una hermosura… y con eso me conformo.
Otra cosa es que el haiku me resulte pretencioso o artificioso en el lenguaje, pero creo que eso es diferente.
Tampoco la experiencia directa de “solo el cuerpo físico”-cosa improbable a no ser que se trate de una animal, con todos mis respetos hacia ellos- tiene que ser garantía de realidad, ni de la creación de un haiku perfecto o de un buen haiku, porque -que yo sepa- no está separado del resto del ser y por lo tanto limitarnos a escribir solo de lo físico, es decir lo que percibimos por los cinco sentidos clásicos, es limitante y casi diría que imposible, por que una cosa es dejar a un lado el “ego” y otra es dejar al lado la experiencia del ser humano con todas sus connotaciones.
Otra cosa a tener en cuenta como seres experimentadores que somos, es el punto desde el que partimos en cuanto al contacto sensorial con lo que inmediatamente nos rodea. En algunas partes del planeta tenemos la característica de contar con una climatología tan variada que desde nuestra mas tierna experiencia contamos de forma “natural” con muchos estímulos diferentes, estaciones, temperaturas… etc. La experiencia de la nieve que apuntáis no es en principio, ni un aliciente, ni un impedimento para disfrutar de un haiku que me llegue, no digo ni bueno ni malo que conste…. De alguna manera podemos recurrir a referencias próximas para que del intelecto pasen al corazón.
Detesto las limitaciones en ambas direcciones es decir, que no haya visto con estos ojitos que Dios me ha dado en esta reencarnación una ballena en el océano, nada me impide saber de ellas, sentir su magnificencia, su poderío, soñar con ellas, dibujarlas, escribir, en fin, disfrutar de la posibilidad de CONOCER a todos los niveles. Si en algún momento las puedo tocar, o ver en el océano oliendo el mar, escuchando los pájaros y las olas, sintiendo el frío y la presión del agua en mi piel, fantástico. Puede que descubra algo más o que me decepcione, que también puede ocurrir…
Para mí, el contacto directo con el objeto del haiku sea de ida o de vuelta o en ambas direcciones, no es garantía de nada.
Este rollo es solo mi opinión y está sujeta a modificaciones posibles debido a mi naturaleza flexible…
Perdonad si me he extendido.

Con respeto y cariño

Mercedes
:wink:
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Jorge Moreno Bulbarela
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ficción

Mensaje por Jorge Moreno Bulbarela »

¡Guau!, Mercedes; con esta ontología perspectivista que considera la realidad como una experiencia personal, y esta epistemología que toma en cuenta la posibilidad de cambiar tu punto de vista, desfondas cualquier totalitarismo.

Y como ya decía Israel: "Tal vez un mejor título para este debate sea "Haiku y ficción ¿si o no?" ".

Jorge
Si miro con cuidado la nazuna florece junto al seto Bashoo
Haijin Negro
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Mensaje por Haijin Negro »

Coincido con la opinion de Mercedes, cualquier cosa que se te pase con la cabeza es tan real como el ordenador desde el que leeis estas lineas :P
Hablando de agudizar los sentidos, trataré de hacerlo más a menudo =). Sin ir más lejos, he tenido tiempo de escribir un haiku hoy en la biblioteca:

Pasan las horas.
El pequeño estudiante
no se levanta.

Era cuestión de observar mejor.
Jorge, ninja no tengo intencion de ser y afroamericano es imposible fisiologicamente :D .Me ha hecho gracia tu haiku.
Con viento de otoño
Recogo una piedra

Santoka
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