Noviembre 2008

Haikus destacados por los participantes del foro
Responder
Avatar de Usuario
Luis Carril
--------------------
Mensajes: 1098
Registrado: 11/Ene/2007 15:37
Ubicación: Galicia

Noviembre 2008

Mensaje por Luis Carril »

Hola, queridos amigos. Antes que nada, quiero disculparme por la prisa que tal vez transpire este escrito mío. Lamentablemente, no tengo mucho tiempo libre hoy por hoy. Dicho esto, he aquí los haikus que más me han gustado de los que habéis enviado el mes de noviembre.

luna de otoño -
en total silencio
la torre en obras


de Israel, por ser un haiku contrario a mi apresurado estado de ánimo, en el que los elementos que incluye obligan a frenar: el frescor de la noche otoñal, la luna, la suspensión de las obras hasta el día siguiente… Continúo con un par de haikus del amigo G. Scarone:

las hojas muertas,
muertas! y encima
ese gusano


que es un haiku que tal vez no se ajuste a los parámetros ortodoxos a los que estamos acostumbrados, pero… no sé, ¡suena tan genuino!, las hojas muertas… ¡muertas! Y

hacia la casa
la mirada del perro
atropellado


que este sí, me parece un haiku maravilloso. En su último aliento, en su última mirada, el can deja entrever la característica que nos lleva fascinando a los humanos durante los últimos 10.000 años: su lealtad. “Me muero, ¿dónde está mi casa? Conmovedor.

viento de otoño -
la frialdad de la mano
al orinar


de Jorge Moreno Bulbarela. Un haiku con esa fuerte sensación de desapego a las convenciones humanas que se desprenden en algunos haikus japoneses clásicos. Orino al aire libre, hace frío, mi mano está fría, mis genitales calentitos. ¡Si señor! El haijin se subordina a las sensaciones que obtiene de la realidad. La sensación descrita es notable, y bien humana.

Un par de haikus de Mavi:

Por los caminos
perdieron su dibujo
Botas de invierno


Lo he escogido por la capacidad asombrosa que tiene el haiku de ser ventanuco, asomándonos al cual, podemos contemplar narraciones a veces insospechadamente extensas, dado el tamaño del marco. Y

Mariscadoras
El poco sol de invierno
en sus espaldas


De antología, en mi modesta opinión. No le falta nada. Formalmente, kire, kigo, métrica. Es también emocionante y conmovedor. La espalda de las mariscadoras, que antes o después se resentirá por la humedad, es la receptora de la bondad del sol, escasa en este haiku. Me encanta que mis compañeros haijines escriban y me señalen haikus que yo he visto muchas veces pasar por delante. Este es uno de ellos. Magnífico.

También podría destacar los haikus de Luis Emilio (“amaina el viento”), en donde con una corrección a la digamos que no nos tiene acostumbrados, el haijin registra las consecuencias de los fenómenos sobre los seres vivos ; Orzas (“Racha de viento” y “Pasada la aldea”), en los que este haijin mantiene ese poso de impenitente andador; y María (“La vieja fragua”), en donde la haijin consigue eso tan complicado de “decir la nada”, como señala Vicente Haya.

Y para el final, lo mejor, como debe ser. Sé que es de mal gusto comentar a fondo un haiku, pero bueno, para eso estamos. Además, con esta maravilla no me puedo resistir. Sólo añado lo de siempre: me sobra la escrita y me falta el habla (¡a ver si nos vemos en Albacete, leñe!).

De golpe se alzan
con la forma del fresno
los estorninos


Excelente. ¡Qué asombro! Cientos de seres de pronto deciden su actuación en su medio: volar, todos, gregarios detrás del líder, ¡vmonos! ¡Qué carga estética! Fijáos: una bandada, en sus primeros instantes de vuelo, conservando la forma del árbol. También la imaginación fácilmente nos brinda cómo se irá difuminando, ¿no? La expresión también es impecable, pero lo que me ha fascinado de este haiku, es el asombro experimentado por el ser que lo ha escrito. Enhorabuena, Mercedes, y gracias por compartir esto con nosotros.

Bueno, queridos, os dejo con otros dos haikus de la autora, hasta el mes que viene (o en su caso, hasta Albacete). Abrazos lanosos y plumíferos.

Cerca del caño
el olor de la menta
al ser pisada

Al oir voces
dejé de ser arroyo
y suave brisa
Responder