Diciembre 2008

Haikus destacados por los participantes del foro
Responder
Avatar de Usuario
Luis Carril
--------------------
Mensajes: 1098
Registrado: 11/Ene/2007 15:37
Ubicación: Galicia

Diciembre 2008

Mensaje por Luis Carril »

Queridos amigos, antes de nada quiero felicitaros a todos el año nuevo y desear que sea este 2009 un año que os colme de paz y bien, y de entereza para soportar las previsibles dificultades que nos esperan. Bueno, no serán para tanto. Esperemos.

De momento a lo nuestro, a comentar vuestros últimos envíos del 2008. Se me ocurre que los estudiosos del haiku hispano que sin duda nos investigarán dentro de 100 años, calificarán la del 2008 como una excelente cosecha. Ahí va esto.

cañada oscura –
otro hilo de araña
sobre la frente

se acerca el solsticio –
el frío en el arañazo
del cardo santo


de Jorge Moreno. El amigo Jorge posee una rara cualidad en un creador: una especie de voz propia, pero natural, sin esas irritantes imposturas para parecer innovador a toda costa tan frecuentes hoy en día. No, uno se cree que el haijin que nos escribe es así. El haiku que nos llega desde Latinoamérica resulta destacable en este aspecto en particular. Me viene a la cabeza, por ejemplo, el caso parecido de Israel López. ¡Qué bueno ser así! Creo que con estos dos haiku voy a hacer uso de la máxima “no comentar”. Son excelentes. Paladeadlos.

Y por hilvanar la narración de este comentario, se me ocurre situar

Con su abrazo
le desprende de la ropa
polvo del camino


en uno de los cuentos del también mexicano Rulfo y su insuperable “El llano en llamas”. Pues sí, lo que tiene el arte. A Raijo, el autor de este haiku, lo tengo por un ser amante de la tierra. Accidentalmente es murciano, pero apuesto a que de ser trasplantado al sur del río Bravo, su actitud hacia el haiku y la tierra no cambiaría. El polvo del camino es relevante en este haiku, es la evidencia de lo que sucede, la bengala que pone al lector sobre la pista de un hecho bien humano, un abrazo. Lo demás, como excelente haiku que es, no se cuenta, corre a cargo del lector, que debe completar así el círculo, mínimo, pero perfectísimo, de un haiku.

Rodolfo Langer. Corro el riesgo de asumir maneras de odiosa radio-fórmula con mi siguiente comentario, pero Rodolfo Langer asciende del puesto tal al puesto cual mes a mes.

rayo de sol
atravesando el vino,
pienso en mi padre


Un neófito podría decir que si no está de más en un haiku el mencionar sentimientos propios del autor, como en este caso. La respuesta debería ser “sí, pero”. Me explico. Un haiku es algo que resulta o no resulta. La verdad es que si exponemos nuestros sentimientos tendremos muchas más probabilidades de que no resulte. No es el caso, ¿no os parece? Se diría que la exposición de esa evocación paterna, de ese recuerdo, encaja naturalmente en la escena, como una consecuencia lógica de beberse un o unos vinos al solete. ¿Quién sabe qué vínculos unen al sol y el vino con el haijin y con su padre? Rara práctica ésta en el haiku, pero en este caso, irreprochable y bella.

En el brillo de la aguja
se apaga otra tarde de invierno


de Mavi. 17 sílabas dispuestas en este caso en dos versos. Bueno, no sería fácil encajarlas en una serie 5-7-5. Además, no soy un gran experto, pero creo haber visto, sobre todo acompañándose de haiga, haikus japoneses dispuestos en una única línea. Otros más versados podrán confirmarme o desmentirme. De este haiku en sí, ¿realmente puede decirse más? Sólo puedo manifestar su efecto en mí: me he enroscado más en la mantita. Conmovedor y hermoso.

Como último haiku

entre dos sombras
un espacio de luz
sobre la rama


de Bisbisán. Lo he elegido por ser una muestra de sensibilidad, de atención, tan necesarias para el haijin. Delicado, frágil, qué poco cuenta y cuánto; en realidad, nada queda por contar. Entre dos sombras, un espacio de luz sobre la rama. Ser viviente en este planeta durante unas docenas de años puede ser algo maravilloso. Si ajustamos nuestra capacidad de maravilla tanto, tanto, ¿cómo no habría de serlo? He aquí uno de los provechos de escribir haiku, queridos amigos.

Bueno, y no es peloteo para dejar contento al personal, es que hay haijines que no he podido decidirme por un haiku suyo, y los menciono en conjunto. Me ha encantado la colección de Konstantin Dimitrov, otro haijin intrépido y enormemente personal, sobre todo el del niño cazando copos con la lengua, que es una imagen cándida y enormemente humana. Y el de las cada vez más conocidas estrellas de Navidad. Contiene una gran cantidad de exposición personal este haiku, pero con sobriedad y elegancia, ¿no os parece?

Me han gustado también los haikus del señor Ivelic, en especial el de las chispas que ya no estarán cuando las mencione, por la gracia que tiene el haiku. Ese tipo de “obras” pintar sobre la pintura, poemas sobre la poesía, etc… habitualmente lo que esconden es una vacuidad creativa. No es el caso, de ahí su elección.

Me ha parecido una excelente postal vespertina el barco en la bocana al viento mistral, de María. Me ha impactado el haiku de las ropas del difunto fuera del armario, de Santiago. Y me han parecido colecciones bien interesantes la de Antonio, que se nota que está haciéndose estupendamente con la ortodoxia (un paso fundamental en todo proceso de aprendizaje, incluso en los avanzados), y la de Elías, tal vez un paso más intrépida, pero con indudable acierto, como atestiguan los ejemplos del Tajo y el junco, y el de la tos seca, por ejemplo. ¡Bravo por las plumas nuevas!

Pues eso es todo. La próxima palabra la tenéis vosotros. Yo os espero encantado.

¡Para todos un fuerte abrazo con borreguillo!
Responder