Octubre 2009

[Barbarroja]

Ligera brisa;
al alba, la luz fluye
en el fondo del estanque.


Orzas


Me parece muy acertada la forma en que Orzas nos ha hecho partícipes de ese eterno asombro que es la contemplación de la luz en el agua. Tanto los elementos, como la composición de tiempo y lugar están a mi parecer bien planteados. La emoción contenida en una escena en la que concurren la brisa, la luz y el agua no nos es ajena a ninguno de nosotros y por supuesto tampoco lo es la dificultad que entraña darle forma en el molde de la palabra. Mi enhorabuena y gracias por este haiku.



A la luz del relámpago,
sandías que nadie cosechó.


Mavi


Una impresión fugaz. Un haiku que se nos abre paso a través de esa grieta lumínica que es el fogonazo de un relámpago en la noche. Y el asombro ante lo real grabado en la retina: unas sandias que nadie cosechó. Mi enhorabuena por este impactante haiku.




Del espantapájaros
sólo aquellas cuatro cañas
Nubes de otoño.

J.L. Vicent


José Luis nos presenta de forma sencilla y magistral una imagen deshecha: el esqueleto de un espantapájaros. Y es ahí donde reside el asombro del haiku, en esas cuatro cañas apenas enlazadas que resuenan en nuestro corazón con la nostalgia de lo que fue. Mi enhorabuena por este maravilloso haiku.





cavando surcos,
las gotas de sudor
se hacen barro


Elías


El haijin en estado puro, atento al detalle más insignificante: unas gotas de sudor que se van haciendo barro. ¿Quién da más? Soberbio Elías. Enhorabuena.




La casa humilde
en el viejo florero
las flores blancas.

Radoslav Ivelic


Un haiku sencillo y natural, con un toque de elegancia y sensibilidad que le da un aire de belleza, para mi, irresistible. Mi enhorabuena Radoslav.




desde el zaguán
el olor de las manzanas
puestas a secar


Santiago Larreta


Un haiku sencillo, evocador y bien construido. Es un magnífico ejemplo de cómo el haijin se mueve en el terreno de lo olfativo. Enhorabuena Santiago.



Junto al viñedo
una cabaña de piedra
medio en ruinas


Maria



No puedo dejar de sentir cierta nostalgia con la evocación lejana que me trae este haiku. Pero no es en la nostalgia donde podremos encontrar el asombro. El aware se halla escondido en ese montón de piedras apiladas y que todavía tiene el poder de estremecernos. Mi enhorabuena María.