Haiku: ¿un hecho no poético?

Preguntas y discusiones sobre haikus concretos o sobre la teorí­a del haiku en general
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José Antonio
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Mensaje por José Antonio »

Entiendo perfectamente lo que comenta J.L.
Sí que creo que hay una diferencia importante entre lo que es un haiku de los que nos gusta leer por el Rincón, llamémosle al estilo japonés y un haiku, se puede y debe llamar así, al estilo occidental.
Ambos utilizan el mismo continente, pero el contenido es totalmente diferente. La chispa, la sensación, es diferente.
En un haiku occidental, algunos muy buenos, se utilizan técnicas muy conocidas en poesía, digamos normal, y cuando los leo me gustan aunque las sensaciones son parecidas a leer poesía, vuelvo a decir, normal.
Yo los vivo diferentes. A un haiku occidental le falta la exquisitez, la delicadeza, la inmediatez, la sencillez, digamos, el ZEN, que sí tiene un haiku japones y conseguir escribir así es realmente dificil.
Bueno, es mi opinión, más o menos.
José Antonio
"No se trata de hablar, ni tampoco de callar: se trata de abrir algo entre la palabra y el silencio." Roberto Juarroz
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Radoslav Ivelic
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Poesía lírica y poesía haiku.

Mensaje por Radoslav Ivelic »

Estimada Claudia, partamos con tu pregunta sobre el poema de Buson. Sin duda es un excelente haiku.

A propósito de la función estética, en un principio los teóricos que analizaron las funciones del lenguaje, hablaban de la función poética del lenguaje, puesto que se referían sólo a la poesía. Posteriormente se amplió el sentido de la expresión al de función estética, puesto que abarcó en su concepto a todas las artes, ya que cada una tiene su propio lenguaje.

En cuanto a si el haiku está al borde de la poesía, lo digo en el sentido de que, al contrario de poeta lírico, que expresa su subjetividad, el haijin se pone fuera de sí mismo, para hacerse árbol, nube, nieve, mar, pájaro, etc, etc. En cambio el poeta lírico pone de manifiesto sus sentimientos personales a través del árbol, nube, nieve, mar, pájaro…

En síntesis, el haiku es poesía, poesía haiku, no poesía lírica. Por supuesto que la subjetividad del haijin no puede enajenarse en forma absoluta. Cada haijin tiene una temática, un estilo propio. No es anularse a sí mismo sino ampliar su yo, desde ese “ponerse fuera de sí mismo”. Este equilibrio que debe guardar el haijin es difícil y no siempre se comprende en su verdadero sentido.

A propósito de este debate, debo manifestar mi gratitud a José Luis, quien ha sido un gran apoyo en mi camino de haijin Muchas de mis dudas me las ha aclarado, a partir de mi ingreso al Rincón del Haiku. Gracias a José Luis logré comprender la verdadera dimensión del yo en el haiku.
Claudia Bakún
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Mensaje por Claudia Bakún »

Ahora sí queda aclarada mi pregunta.Te agradezco enormemente Radoslav.
El primer aspecto de lo que intentaba preguntar ya está respondido.
Ahora carezco del tiempo, pero en estos días ampliaré, aquí mismo o como otro asunto, una extensión de mi pregunta sobre la subjetividad en el hk.
Sin más, saludo a todos cn mi más prifundo respeto.
el ruiseñor/ unos días no viene/ otros dos veces (Kito)
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JL.Vicent
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Mensaje por JL.Vicent »

José Antonio escribió:Entiendo perfectamente lo que comenta J.L.
Sí que creo que hay una diferencia importante entre lo que es un haiku de los que nos gusta leer por el Rincón, llamémosle al estilo japonés y un haiku, se puede y debe llamar así, al estilo occidental.
Ambos utilizan el mismo continente, pero el contenido es totalmente diferente. La chispa, la sensación, es diferente.
En un haiku occidental, algunos muy buenos, se utilizan técnicas muy conocidas en poesía, digamos normal, y cuando los leo me gustan aunque las sensaciones son parecidas a leer poesía, vuelvo a decir, normal.
Yo los vivo diferentes. A un haiku occidental le falta la exquisitez, la delicadeza, la inmediatez, la sencillez, digamos, el ZEN, que sí tiene un haiku japones y conseguir escribir así es realmente dificil.
Bueno, es mi opinión, más o menos.
Ambos utilizan el mismo continente, pero el contenido es totalmente diferente. La chispa, la sensación, es diferente.
En un haiku occidental, algunos muy buenos, se utilizan técnicas muy conocidas en poesía, digamos normal, y cuando los leo me gustan aunque las sensaciones son parecidas a leer poesía, vuelvo a decir, normal.

Muy de acuerdo, José Antonio; de hecho pienso a veces que un buen terceto-lírico-poético vertido en un envase de 17 centilitros (y no precisamente de cerveza jejejeje) es sumamente difícil; y ello por cuanto que se requiere de un gran dominio de la palabra y de las técnicas de las figuras poéticas convencionales, como bien dices. Muy difícil pero adecuado para quienes trabajan la palabra como herramienta meramente estética y por tanto, literariamente hablando, acentuando el tono en las connotaciones. Así, la belleza de la palabra y la expresión plenamente subjetiva, corre un riesgo añadido respecto de la comprensión de un poema por el lector, quien de un modo u otro busca significados así como cierto tipo de resonancias sentimentales más que percepciones sensitivas al modo como lo hace el haiku (haiku que indistintamente puede ser japonés o escrito en idiomas diversos, pero con el mismo espíritu y esencia que el de su cuna). La elaboración de un terceto o un poema convencional (vamos a llamarlo de ese modo) requiere de un trabajo interior muy esmerado y complejo para después verter en palabras muy literarias, repletas de metáforas que como bien dice Haya “disfrazan lo que está ocurriendo con toda su desnudez ante los ojos del autor.” Tal es así que “dejará de apuntar a la cosa misma que quiere mostrar y será por tanto el propio autor quien se constituirá en el objeto disimulado de su poema.”
En el haiku, lo difícil es justamente esto mismo de no ser quien escribe, el objeto mismo disimulado o no, de su poema; tan difícil que después de muchos años practicando la técnica adecuada, ensayando haikus y más haikus y tercetos y senryûs y zappais, se llegue a cierto dominio de la técnica, pero eso sólo será el comienzo de lo verdaderamente difícil en el haiku: abrir los sentidos y saber a qué lugar nos ha conducido ese entrenamiento de la sensibilidad por medio de nuestros sentidos corporales, y sólo entonces –si es que hemos alcanzado esa meseta- podremos comenzar a dar voz mediante nuestra palabra a este universo nuestro que nos envuelve porque somos inseparables del mismo.

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Radoslav Ivelic
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El yo oriental y el yo occidental

Mensaje por Radoslav Ivelic »

Es muy cierto lo que planteas José Antonio y tu respuesta, José Luis, en torno al yo y el haiku. El yo oriental no es el yo occidental. Esto es muy importante al momento de acallar nuestra subjetividad, de ponerla "entre paréntesis". Por eso el haiku japonés tiene otro "sabor". Pero creo que nuestro intento occidental de alguna manera enriquece el haiku, precisamente por el "sabor" occidental. Podemos poner entre paréntesis nuestro yo, desde nuestra visión del mundo, y eso permite hermanarnos con lo oriental, en ese acto de percibir "lo que está delante nuestro", ya sea la naturaleza, las acciones humanas o las cosas... Sin duda el idioma es distinto, la idiosincrasia es distinta, la visión de mundo es distinta...pero, por encima de todo, somos humanos, ya sea orientales u occidentales.
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JL.Vicent
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Re: El yo oriental y el yo occidental

Mensaje por JL.Vicent »

Radoslav Ivelic escribió:Es muy cierto lo que planteas José Antonio y tu respuesta, José Luis, en torno al yo y el haiku. El yo oriental no es el yo occidental. Esto es muy importante al momento de acallar nuestra subjetividad, de ponerla "entre paréntesis". Por eso el haiku japonés tiene otro "sabor". Pero creo que nuestro intento occidental de alguna manera enriquece el haiku, precisamente por el "sabor" occidental. Podemos poner entre paréntesis nuestro yo, desde nuestra visión del mundo, y eso permite hermanarnos con lo oriental, en ese acto de percibir "lo que está delante nuestro", ya sea la naturaleza, las acciones humanas o las cosas... Sin duda el idioma es distinto, la idiosincrasia es distinta, la visión de mundo es distinta...pero, por encima de todo, somos humanos, ya sea orientales u occidentales.
Te comprendo, Radoslav; así es, el yo de los asiáticos difiere en grado sumo del nuestro (a ese yo convencional); pero el corazón es el mismo y la sensibilidad propia de los asiáticos se puede adquirir con el valor que justamente nos proporciona la atención requerida para captar el haiku; por eso no comparto del todo esto que dices "Pero creo que nuestro intento occidental de alguna manera enriquece el haiku,..." Estoy convencido de que es justo al revés, amigo, que el haiku nos enriquece a tod@s siempre. Expresar lo que está ahí fuera y delante nuestro, no requiere mayor conocimiento que la de nombrar con sencillez y claridad lo que percibimos. No hay otro secreto en esto del haiku. Su extraordinaria sencillez. Por eso siempre me gusta re-citar (lo escribo así porque no es la primera vez que lo transcribo) estas frases de Abdennur Prado

El literato centra su habilidad en la palabra, y perpetúa así el dominio que la palabra ejerce sobre los objetos. Sin embargo, el haiku representa justo lo inverso a esta operación que llamamos "literatura". Arranca los objetos de las palabras y los devuelve al mundo. No es un arte hecho de palabras, sino de imágenes. Ni siquiera de imágenes, sino de cosas. En el haiku no hay nada más que cosas. AL ELIMINAR DEL TEXTO LA PALABRA, SE ELIMINA TODA POSIBILIDAD DE ENGAÑO. No hay lugar en el haiku para la mentira, para la idiosincrasia del poeta.

Y lo re-cito porque no quiero olvidarlo.

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Radoslav Ivelic
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Haiku y lenguaje.

Mensaje por Radoslav Ivelic »

José Luis, aquí volvemos a un debate muy jugoso que tuvo varios participantes, entre ellos, tú y yo. Creo, y en esta afirmación me apoyo en los lingüistas, que, como dice Ferdinand de Saussure:

“Psicológicamente el pensamiento no es más que una masa amorfa e indistinta y, sin la ayuda de los signos, no podríamos distinguir dos ideas con claridad y constancia. Nada es definido antes de la aparición de la lengua.”

Por otra parte, siempre siguiendo a la Lingüística, el lenguaje implica dos aspectos: lengua y habla. La lengua tiene una naturaleza colectiva, que nos permite comprender y darnos a comprender. Y el habla es el uso personal del lenguaje. Dice muy bien Vossler que el lenguaje es enérgeia o acto del espíritu y por lo tanto no se puede disociar lengua y habla.

Todo lo anterior implica que es imposible disociar nuestra captación de la realidad, del lenguaje. Pensamos, sentimos, contemplamos, categorizamos la realidad, en el lenguaje. Un ejemplo: para los esquimales, que tienen una realidad ambiente propia, el lenguaje les proporciona más de diez palabras distintas para aquello que nosotros llamamos simplemente “hielo”.

No es posible, por lo tanto, “eliminar el texto”. El haiku es lenguaje, es poesía-haiku. En el lenguaje poético todo es imagen, pero esa imagen es indisociable de la palabra. Y aquí entra de nuevo la pareja “lengua-habla” lo colectivo y lo individual, y por lo tanto la idiosincrasia, la cultura de un pueblo, el paisaje de un pueblo, las creencias de un pueblo…pero también la sensibilidad personal, el sello personal. Como dice Vicente Haya, en su libro Haiku-do (do con acento circunflejo, que mi teclado no posee): “Vemos nuestra alma en el haiku que tenemos delante” (p.12). Y en la página anterior, tras citar a distintos haijines japoneses, afirma: “Nuestras virtudes y defectos se evidenciarán en nuestros haikus y cualquiera podrá allí fácilmente verlos”. Con lo anterior, Vicente Haya no niega que el haiku es distinto a la poesía lírica. La gracia del haijin es que”cuando algo de lo que sucede fuera de ti te afecta, lo pones por escrito y luego lo sometes a la lectura de otros”. Recalco la frase “te afecta”. Es obvio, es el yo y su manifestación lingüística (lengua y habla) la que nos propone el haijin. Lo impresionante es que el lenguaje parece esconderse, desaparecer, para ir a aquello que está “fuera de ti”. Pero Lo que está fuera de ti, está también en el lenguaje.
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JL.Vicent
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Mensaje por JL.Vicent »

Es obvio, Radoslav, el hombre es un ser de lenguaje. El problema es la interposición del símbolo entre el hombre y la cosa. Cuando citas a Haya en esto: "Nuestras virtudes y defectos se evidenciarán en nuestros haikus y cualquiera podrá allí fácilmente verlos”, es justamente el problema, no de la palabra que nombra, sino el problema de que el hombre es víctima de lo simbólico; tenemos como una patológica necesidad de imponer al resto una determinada visión simbólica de la realidad. Por eso el haiku no quiere imponer nada simbólicamente, no quiere comunicarnos conceptos -porque para comunicar conceptos se emplea otro nivel de lenguaje mucho más elaborado y sofisticado que el meramente nominativo-,y ello a pesar de que el haiku mismo sea un símbolo de la visión intuitiva de la realidad. Es el tipo de conciencia con el que se utiliza el lenguaje, más allá de los límites del simbolismo. Es una paradoja, lo sé. Quizá por eso mismo el haiga, la pintura o la acuarela, requiera del texto (del haiku) para darle esa energeia o acto del espíritu que mencionabas y que posee la palabra. Ha de haber una presencia que se ofrece a la vista y una mirada que la capta y por tanto que la exprese (hablamos de poesía, naturalmente o de arte). El hombre es la parte más sensible y vital del universo y a él se dirige para que le de voz. Y si el hombre mira a la Naturaleza ésta le mira a él; si el hombre le habla ella también le habla y de ese modo la naturaleza ya no es una entidad inerte o pasiva. Como si el universo, al pensarse, esperara al hombre para ser dicho. Lo que importa es cómo se dice, como hacerlo desde la cercanía del origen; antes de que lo simbólico se interponga entre el hombre y la cosa como decía Pániker. Palabra que nombra las cosas no las ideas sobre las cosas; palabra que trasciende los símbolos e intenta la no dualidad. Un decir nacido de la percusión de los sentidos en la puerta de la conciencia, al decir de JM. Martín Portales.


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Radoslav Ivelic
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Haiku, lenguaje perceptualizante.

Mensaje por Radoslav Ivelic »

José Luis, me llegan muy adentro tus palabras. Sobre todo a partir de la posición del hombre frente a la naturaleza. Ese diálogo entre naturaleza-hombre es para mí la raíz de todo el tema que estamos analizando. Estoy absolutamente de acuerdo contigo. También estoy de acuerdo cuando dices que el haiku no comunica conceptos porque eso supone otro nivel de lenguaje. Lenguaje abstracto precisamente. Pero también el lenguaje perceptual es pensamiento (Rudolf Arnheim): La percepción difiere de la sensación porque ésta no es más que el estímulo de los sentidos. La percepción la organiza y le da sentido. En la percepción estamos frente a un universo sensible que, intuitivamente, se humaniza. Es el universo del haiku, también; universo de sentido expresado en lenguaje perceptualizante. Por eso no estoy de acuerdo con la afirmación de Abdennur Prado, de que el haiku ELIMINA DEL TEXTO LA PALABRA. Me parece que entonces habría cosas, pero cosas sin sentido, sólo cosas mondas y lirondas. Por otra parte estamos de acuerdo en que el haiku es poesía y la poesía es palabra. Palabra, en este caso, que difiere de la poesía lírica. Pero poesía es creación. Creación con palabras que hermanan, como tú lo dices, y estamos de acuerdo, al hombre con la naturaleza:”el hombre mira a la naturaleza, ésta lo mira a él.” Pero el hombre mira desde su universo cultural, que implica al lenguaje.
Claudia Bakún
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Mensaje por Claudia Bakún »

Vuelvo a inmiscuirme en la conversación que han dado ahora en sostener Radoslav y J.L Vicent...Sin duda interesante y enriquecedora.

Coincido plenamente contigo J.L Vicent cuando dices:

El hombre es la parte más sensible y vital del universo y a él se dirige para que le de voz. Y si el hombre mira a la Naturaleza ésta le mira a él; si el hombre le habla ella también le habla y de ese modo la naturaleza ya no es una entidad inerte o pasiva. Como si el universo, al pensarse, esperara al hombre para ser dicho.

Pero coincido plenamente contigo Radoslav cuando dices, -refiriéndote a la cita de Abdennur Prado, en cuanto a la eliminación de la palabra en el hk- que:

estamos de acuerdo en que el haiku es poesía y la poesía es palabra. Palabra, en este caso, que difiere de la poesía lírica. Pero poesía es creación. Creación con palabras que hermanan, como tú lo dices, y estamos de acuerdo, al hombre con la naturaleza:”el hombre mira a la naturaleza, ésta lo mira a él.” Pero el hombre mira desde su universo cultural, que implica al lenguaje.


A propósito de tales cuestiones me gustaría dejar aquí un recorte apenas de un pensador profundamente admirado por mí, - licenciado en Filosofía, ensayista, gran traductor de Pessoa, y poeta -, Santiago Kovadloff.El fragmento corresponde a su ensayo "El Silencio Primordial" , el cual consta de siete capítulos a saber: La palabra en el abismo: poesía y silencio/El silencio en la cura/El silencio musical/El silencio matemático/El silencio monástico/El silencio en la luz: la pintura/El silencio amoroso.

Es imposible plantear en dos líneas la riqueza del texto, pero voy a citar del primer capítulo, -dedicado al lenguaje poético, y tomando como base el cuadro de Rembrandt "El evangelista Mateo inspirado por el ángel"-, lo que sigue:


"El apóstol y el poeta son seres ganados, arrancados a su sitio usual de comprensión, por el impacto, ya no de un nuevo significado (puesto que éste sólo sobrevendrá más tarde bajo la forma de su obra) sino de una presencia numinosa e inesperada: LA DE LO REAL EXCEPTUADA A SU YUGO DE LO PREVISIBLE.El hechizo de esta instancia inédita se deja sentir sin que su contenido se llegue a cristalizar.ESTE IMPACTO DISLOCA AL HOMBRE QUE LO PROTAGONIZA.PERO EN LA MISMA MEDIDA EN QUE LO DISLOCA, LO VUELVE A SITUAR.LO REIMPLANTA, AUNQUE AHORA EN TIERRA INCÓGNITA.POETA ES, PRIMERAMENTE, NO QUIEN SABE INSTRUMENTAR EL IDIOMA, SINO AQUEL QUE SE MUESTRA APTO PARA DESEMBARAZARSE DEL USO CORRIENTE DEL IDIOMA.PORQUE SI ES INDISCUTIBLE QUE EL POETA DA PRUEBA DE SU IDONEIDAD A TRAVÉS DE SU ELOCUENCIA, NO MENOS LO ES EL HECHO DE QUE ÉSTA SÓLO PUEDE DESPLEGARSE SI SE NUTRE DONDE NO IMPERA EL ENTENDIMIENTO GENERALIZADO DE LAS COSAS.Y allí donde lo convencional ya no prevalece, el silencio hace oír los pasos que denuncian su cercanía, la contundencia del misterio, su vivacidad, el magnetismo de un sentido que, dejándose rozar como alusión, franquea el acceso a la vivencia de su enigma".

En otra parte dirá refiriéndose a Mateo: "No entiende; atiende." Y más adelante "...Mateo presta oídos, no a lo inteligible sino a lo ininteligible.En consecuencia, al escribir no transcribirá lo escuchado (...) Mateo se hará eco de él (del susurro del ángel); traducirá el impacto que sobre su corazón ha tenido ese encuentro excepcional".


Creo que lo que está planteando K. es que lo escrito es testimonio de un encuentro con lo inefable, intento destinado a repetirse una y otra vez para fortuna de nuestro género humano, que encuentra en lo simbólico ya no un obstáculo, sino una de las pocas herramientas de que dispone para enaltecer su tantas veces bastardeada condición, y hermanarse justamente con la naturaleza en su función creadora, dignificándose a través de la belleza, tanto expresada en la poesía (lírica o Haiku), como en la música , la pintura y todas las formas del Arte, liberador por esencia, y antídoto eficaz de eso tan molesto a lo que aludes, J.L Vicent, cuando dices

"tenemos como una patológica necesidad de imponer al resto una determinada visión simbólica de la realidad."

Lo simbólico entonces deja de ser "problema" para ser puente, o por lo menos un problema tan interesante que dejamos de eludirlo o rechazarlo para entregarnos plenamente a él, como el pianista que se inmiscuye en el tremendo problema de descifrar con sus dedos una fuga de Bach, y no quiere dejar de hacerlo ni siquiera cuando lo ha resuelto.

Así como Exupery dice en "El principito" que la palabra es fuente de malentendidos, también en "Ciudadela" nos dice" sólo te realizas en contacto con lo que te resiste".
Interesante la palabra si nos permite el intercambio en respeto y libertad.


Respetuosos y cordiales saludos a ambos.
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Mensaje por JL.Vicent »

Gracias a tod@s por compartir y aportar vuestras consideraciones al debate.

Cuando en un haiku el haiyin utiliza la palabra "rosa", alude a su forma, tacto, color y olor, porque con esa s¡mple palabra sólo quiere expresar todo eso y NADA MAS: porque el añadido, el símbolo, la palabrería (Abdennur), el interactuar con sentidos ajenos o procedentes de campos semánticos diversos, es lo que al parecer diferencia al haiku de la literatura. ¿No es eso el haiku? Me conformo con percatarme de que aunque pueda hacer cosas con palabras, la palabra no es la cosa (así como el mapa no es el territorio); que con la palabra "aroma" (o cualquier olor en particular) no puedo expresar lo que mi sentido del olfato está percibiendo de manera inconmensurable. Y como citaba el propio V. Haya "Nada puede decirse... Pero hay que decir la Nada."

¿O nos ponemos a filosofar sobre ontologías varias y concepciones del lenguaje a raíz del giro lingüístico operado en la filosofía postmetafísica y de cómo la no neutralidad del lenguaje opera en la gramática?


Otr@s dirán...

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JL.Vicent
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Mensaje por JL.Vicent »

Bien, Claudia Bakún, eso mismo que citas de ese tal Santiago Kovadloff, vendría a decir poco más o menos casi lo mismo que V. Haya en otro de sus libros, Haiku: la vía de los sentidos.

"El haiku -decía Blyth- es una mera nada inolvidablemente significativa". Esta referencia del haiku a la nada nos incomodó desde el principio y acabó alterando nuestras certezas. Ninguna palabra dice lo que dice. Nosotros siempre tratamos de poner en el lenguaje más de lo que el lenguaje puede soportar y por eso se rompe. Especialmente, cuando necesitamos contar eso único que merece ser comunicado, ese encuentro con lo inefable del que José Manuel Martín Portales escribía:

Nada puede decirse...
Pero hay que decir la Nada


"Decir la nada". efectivamente, eso es el haiku. Esa es la excepción a nuestro habitual parloteo de palabras. El haiku, eso que realmente significa que estamos vivos y que estamos atentos al mundo.


Pero "la belleza" para el haijin no tiene el carácter sustantivador que el artículo "la" al ponerlo delante de "belleza" parece concederle; pues de ese modo, lo que provoca esa falsa sustantivación es precisamente hacernos creer que existe algo así como algún patrón exclusivo o la matriz del sentido abstracto de "bello". De ahí que también diga Haya en ese mismo texto citado, que el haijin considera que el universo todo es un milagro, ya sea sol o excremento de pájaro, canto de cuco o sonido de una vasija que súbitamente se rompe en la noche porque el agua que contenía se congeló"


Salud y gracias por tus esfuerzos, Claudia Bakún, al presentarnos a S. Kovadloff del que no tengo el gusto de conocer.
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Radoslav Ivelic
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Mensaje por Radoslav Ivelic »

Cierto, José Luis, la belleza no existe de antemano, nace a partir de un acto nuestro que hermana simbólicamente el yo con el no yo. El problema está en cómo entender el concepto de símbolo. A mi juicio, la exposición que hizo Claudia, sobre Kovadloff, da luces sobre este tema. El símbolo es un puente, justamente entre el yo y el no yo, gracias a la imaginación simbólica (Gilbert Durand). Pero creo que no es necesario dar explicaciones teóricas, sino transcribir un poema de Juan Ramón Jiménez, que se inicia con la palabra "intelijencia" (así la escribe JRJ, con su particular grafía). "Intelijencia" es, justamente, la imaginación simbólica:

¡Intelijencia, dame
el nombre esacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que ya las olvidaban, a las cosas,
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre esacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!


("esacto" escribe JRJ)
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Haiku y símbolo

Mensaje por Radoslav Ivelic »

Agrego algunos comentarios. En esa "intelijencia" cabe tanto la poesía haiku, como la poesía lírica. La diferencia está en el trayecto: en la lírica, las cosas van hacia el yo del poeta, para expresar sus sentimientos. En el haiku, el yo va tras las cosas, ocultándose en ellas, para que "brillen" ellas mismas. Pero, en las dos vías, es la palabra la que realiza el puente de unión. La palabra no es sólo una etiqueta, como quería el nominalismo. Esto es aún más claro en la poesía, que traza vínculos nuevos entre las palabras, iluminando el yo (poesía lírica), iluminando las cosas (poesía haiku). Esa es la misión del haijin: acallar su yo para que hablen las cosas EN LA PALABRA - HAIKU. Qué mejor que un haiku de José Luis, que me evita seguir hablando y hablando:

Flores marchitas;
veloz entre las tumbas
la mariposa.
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Mensaje por Radoslav Ivelic »

Tanto en la palabra-haiku, como en la palabra lírica, se da, de todas maneras, una interrelación, pese a sus direcciones opuestas. Un puente, como es la palabra poética, une. Así, en el haiku, pese al ocultamiento del yo, está presente el yo del haijin. Volvemos a los conceptos de lengua y habla, planteados más arriba: en el haiku adverftimos la idiosincrasia, el estilo, la temática, etc, etc. del haijin. El símbolo, en su sentido etimológico es "lanzar junto con", es decir, reunir, unir lo sensible con lo espiritual en una sola representación. De allí la plenitud del símbolo, por lo que se puede decir que es la plenitud del signo. En el haiku de José Luis está lo sensible presente, pero también está la vida y la muerte, lo pasajero y lo permanente, lo móvil y lo inmóvil. Haiku de lo sagrado, como lo llamaría Vicente Haya. En fin...
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