Quizás queda un poco filosófico: la misma senda que cada tarde recorro entre robles centenarios...y la inquieta y joven ardilla que anima el paisaje... Voy a probar:

Nubes de lluvia.
Por el viejo roble
trepa una ardilla.

Gracias, en todo caso, por tu comentario.

No hay lugar a dudas: en lo sagrado reside el alma del haiku, de tu haiku aquí. Gracias.

La misma senda.
Por el viejo roble
trepa una ardilla.

Gracias, Hikari y Jorge, por vuestros jugosos comentarios. A ver si lo logro... Los pétalos eran de cerezos, de sakuras con que ornamentan muchas calles en el distrito de Chingford-London donde resido eventualmente.

Posible alternativa:

En el viento
pétalos de sakura.
Vuelo de palomas.

Pensé lo de “caen” porque “lluvia” supone una implícita metaforización, pero es que no hallo en castellano un vocablo que aúne ambos términos de caída y lluvia. No es una simple caída de pétalos, sino que lo hacían en forma de lluvia... le daré alguna vuelta más. Gracias por el comentario.

Lluvia de pétalos.
De tejado en tejado,
las palomas.

A mí me gusta lo del velo, aunque es verdad que resulta algo metafórico. Pero el matiz del velo, del cendal que diría Bécquer, posee una sutil belleza... Quizás habría que darle alguna vuelta más para hallar el vocablo justo... Gracias, en todo caso, por la preciosa estampa.

Mucho mejor-en mi opinión- esta segunda versión. Gracias por el hermoso aware que compartes.

Gracias. Una maravilla de planta de infinitas y diminutas florecillas rosadas y fucsias. Cortadas ahora, en plena floración, duran más de un año (sin hipérbole) siemprevivas.

Me recuerda mucho al sempiterno poema machadiano del olmo hendido por el rayo. Qué belleza de imagen aunando -como ha de ser- la muerte del imponente árbol y la afanada vida minúscula de las hormigas... Gracias.

Hermosa instantánea de belleza tan simple como inmarcesible. Gracias por plasmarla.

Qué gozo: los pájaros, las yemas del álamo... Cándido blancor primaveral... y mucho más inefable que queda balbuciendo... Gracias por este hermoso instante.

Sol de primavera.
Entre matas salobres,
la sopaenvino. (*)

(*) La sopaenvino o siempreviva rosa florece de marzo a agosto en los áridos campos levantinos, especialmente en los secanos salinos.

Dos blancores en contrapunto: el aéreo de las gaviotas y el ahora terreno del granizo caído del cielo. Ambos coincidentemente volátiles. Gracias

Sí. La última versión para mí la mejor. Buen Haiku.