Me encanta El Rincón del Haiku por la hermosura y fragancia que cada día destila, como tú haiku. Gracias.

Qué detalle tan bello y cuánto sugiere!

Tiene haimi, me llega su sabor-olor-sonido. Gracias.

Fin del invierno. Se retuerce sin vida la palera. (*) (*) Planta de la familia de las cactáceas, de unos tres metros de altura, con tallos aplastados, carnosos, formados por una serie de palas ovales de 30 a 40 cm de longitud y 20 de anchura, erizadas de espinas que representan las hojas, flores gra...

Me gusta la estampa. Todos los elementos armonizados: agua, sol, pájaros... Gracias.

Sí. Pero se trata de una sombra desnuda, sin pinos alrededor. La sombra de los montículos al caer la tarde. Pero también es verdad que sugerir la sombra me tienta mucho. Le daré alguna vuelta. Gracias por la sugerencia.

En el collejón, (*)
de flor en flor, la abeja.
Sol en el cenit.

(*) mata silvestre de flores lilas muy propia del secano murciano

Allí estuve hace años de intercambio cultural con mi Instituto. Una maravilla (excepto el turismo invasivo que rompe el silencio). Tu haiku me refresca y resucita la memoria. Gracias.

Cuántas momentos como éste he visto sin contemplar como tú lo haces y conviertes en un hermoso haiku. Gracias.

Madre mía, cuánto sugiere. Impresionante. Es que hasta podría ser el inicio de una novela... Gracias, Mavi.

Me viene a la mente aquella frase bíblica de "la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular". Y no deja de sorprenderme: de lo más humilde, insignificante y fútil brota el manantial puro del haiku. Gracias, Mary.

Expresar lo contemplado es muchas veces (o siempre) una meta inalcanzable. Las palabras se acercan tímidas, balbucientes, al misterio inefable. El haiku, en este sentido, es la puerta que lo abre y despierta en el haijin, en el lector, las sensaciones, las visiones, las emociones de lo vivido en aqu...

Camino en sombra.
La luz de la tarde
en las siemprevivas.

Siendo fiel a mi primer aware (luego fueron los campesinos), quedaría así el haiku:

Sierra entre nubes.
El humo de las podas
en los olivares.

Gracias, compañer@s. Me animáis a seguir ahondando en el haiku-do. Me alegra que os llegue. Este almez además es muy particular, pues fue plantado hace varios años por la familia Ayala a la que pertenezco.