Selección mensual enero 2018 por José Antonio González

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José Antonio González
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Selección mensual enero 2018 por José Antonio González

Mensaje por José Antonio González »

Selección de enero 2018



Año nuevo -
El silbo del pastor
entre la niebla

Piluca C.P.

Lo invisible, lo sagrado, no se esconde solamente entre la niebla; también se oculta en las palabras que la haijin no dice en este haiku. Se abre un tiempo nuevo, cargado de nuevas esperanzas; se intuye el frío, la cercanía del rebaño moviéndose, en respuesta al silbido, a esa llamada de su pastor que los animales tan bien conocen.
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senda de montaña-
entre los dedos del niño
arena

Luís Herrero

Inevitables las sugerencias y los contrastes que me transmiten este haiku: la enormidad de la montaña, ante la menudencia de la arena y del niño, a cuya vista se extiende todo un camino por recorrer, con sus bajadas y subidas…
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Brisa invernal.
En el hueco del pino
el sol de la tarde

Manglerojo



Medianoche –
Por un momento flotan
los copos de nieve

Gorka Arellano

Lo sagrado mostrándose plenamente en cada momento; la plasmación de un instante, de una gozosa conjunción en el espacio-tiempo, en que el haijin toma conciencia de la autenticidad de una puesta de sol o de la fragilidad de unos copos de nieve…, para decir la Nada.
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Ella acaricia
el retrato de la tumba-
Viento frío

J.L. Vicent

Un momento que nos lleva a sentir el frío en el cuerpo, y en el alma el dolor de una ausencia. Un haiku de compasión, de emoción contenida, que me transporta inevitablemente a la manera de escribir de Kobayashi Issa.
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hacia la tarde
el graznido de un cuervo -
humea el té

Javi Sánchez

En este caso, es un sonido exterior el que atrapa la atención del haijin, al tiempo en que un aroma hogareño presagia el disfrute de un placentero atardecer. Muy sugerente el contraste de los espacios (dentro-fuera) y de la confluencia sonora y olfativa, en un instante en que ese cuervo probablemente va de regreso a su refugio, en el declive de la tarde.
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Brevas de agosto. La ceniza, el viento que la levanta

Genaro Ortega

Lo que me atrae del aspecto formal de este haiku no es solamente su estructura lineal -al modo tradicional de los haijines japoneses-, sino el efecto conseguido por su autor. Aunque visualmente no está dividido en tres versos, sin embargo, al releerlo y verbalizarlo, se aprecia en su estructura melódica un ritmo que concuerda con la métrica 5-7-5. Su lectura, que fluye con naturalidad y ligereza, sugiere sensaciones ambientales y olfativas veraniegas, y lleva al lector a contemplar la escena en un vaivén de subidas y bajadas, haciendo que la vista se pose finalmente en la fragilidad de una simple ceniza, más que en unos frutos.
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Se detiene
la sombra del petirrojo.
Manzano silvestre

Hikari

Un haiku encantador, que nos presenta un contrapunto de colores; de la oscuridad de la sombra, al verdor del manzano, pasando por el rojo del pajarillo, y que nos sugiere una acción: el vuelo de un petirrojo que, de pronto, se posa sobre una rama, quién sabe si para cantar, para buscar la sombra o para ponerse a salvo de algún depredador…
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Relámpagos...
camino a la capilla
aúllan los perros

Panda

Me llega este haiku teñido de ese misterio que emana de la sacralidad de unos relámpagos y de los aullidos de unos perros. Dos sonoridades distintas que confluyen en ese camino a una capilla (otra clase de sacralidad), y que terminan provocando el asombro de la haijin.
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Cantío del gallo
Sobre el taburete
un sombreo de yarey*

*Tipo de palma cuyas hojas se usan para hacer sombreros, cestas y otros objetos.

Rubens Saró

Mientras que desde algún lugar nos llega el canto del gallo, la vista del haijin se detiene en un taburete sobre el que reposa ese sombrero envuelto en un halo de nostalgia y de añoranzas, que nos habla de la marcha de un ser querido… Un haiku con haimi, cargado de emoción y de un profundo sabor a ausencia.
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barro del cauce,
las raíces cubiertas
de mejillones

ariel.b

Un haiku desbordante de sabor y de asombro, de esos que gusta desgranar lentamente entre las entretelas de los sentidos, y dejar que suenen una y otra vez por los altos corredores de la imaginación.
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Marchita
brota la penca del cactus.
Brisa de mar

Mary Vidal

Con sencillez y con autenticidad, la haijin logra iluminar un momento que puede pasar inadvertido a la vista de cualquiera, haciendo que nos detengamos ante el brote de un cactus marchito (la vida renaciendo), a la vez que por la piel nos penetra la caricia de una brisa salada, y por la nariz el olor y el sabor inconfundible del mar: la belleza de lo sagrado.
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Any nou.
sobre els coixins del porxo
petjades de gat

Año nuevo.
en los cojines del porche
huellas de gato

mencs6

Un haiku con sabor a clásico japonés, cuya belleza radica en su capacidad de sugerencia, en la vibración que nos transmiten unas huellas que dan fe de la presencia de un animal que, tal vez, sólo iba de paso, y que halló un lugar confortable en donde pasar una dura noche de invierno…

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Nieve en las cimas.
Las plumas del cañar
giran al sur

Hikari

Este haiku tiene ese efecto zoom, de lejos a cerca, de arriba a abajo, que siempre es de agradecer a la hora de enfocar la mirada del lector@ en algo cercano y concreto. Además de la acción del viento y la sensación de frío, se percibe una elegante comparación interna en cuanto al color y a la levedad de los elementos nieve-plumas.
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Un cormorán
con las alas abiertas –
Remolinos del río

Gorka Arellano

Un haiku con un aware impactante y con una asociación sin jerarquías de dos realidades que apenas se dejan ver en el silencio de la pausa que se abre entre ambas (comparación interna), y que sugieren la tensión entre dos fuerzas: la de las alas abiertas del cormorán, preparándose para empujar hacia arriba, en busca de la libertad, y la de los remolinos del río, empujando hacia lo hondo, lo oscuro. Un momento que capta la atención de todos los sentidos, porque nos transporta a un lugar en donde se percibe la humedad, la tonalidad, el olor, el sabor y el sonido del agua en su estado puro, salvaje.
"Deja que llegue a ti lo que no tiene nombre…" (José Ángel Valente)
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