Selección de NOVIEMBRE 2022 por Ariel Bartolini "Ariel.b"

Haikus destacados por los participantes del foro
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Selección de NOVIEMBRE 2022 por Ariel Bartolini "Ariel.b"

Mensaje por Equipo de administración »

Selección de ariel.b. Gracias, compañero. "Rogando"



He ordenado estos haikus de noviembre en forma temporal, conforme fueron compartidos por su autor.
Sin embargo, disfruto descubrir que algo los recorre.
Algo por encima de los motivos que me acercaron a ellos algo más que a otros, dentro de la riqueza del Rincón.
Algo que en ellos traza una constelación. Un universo.
¿Puede un puñado de haikus escritos en alejados sitios del idioma componer un mundo?
Creo que sí. Y este es el encanto que para mi tienen las selecciones mensuales, no exponen el mérito, sino más bien un mundo.
En Gorka y en Ajenjo pasan nubes. En Mavi un nido no ha mutado. En JL se mueven estorninos. En Rodolfo el galope nocturno de caballos junto al flujo del mar.
En Roxana una fuga de gorriones. En karaboudjan un zapatero contraviento.
Un mundo fluyente, un mundo de materia en movimiento, un mundo inasible. Lo cambiante captado.
Por esos devenires va la red lanzada de estos haikus. En esas mutaciones indagan estos haijines.
En estas insignificancias hay un mundo. Estos haijines lo abren. Podemos intentar descubrirlo.
Celebro con gratitud estas cartografías.




Gorka
8/11

Chilla un mirlo -
Las nubes cerrándose
ante la luna


La noche se abre, con un chillido, pero a la vez se cierra su luminosidad lunar detrás de las nubes. Allí está el viento que las mueve. Las sombras cambiantes de la noche cuando la luna va quedando oculta.
Un haiku en el que lo auditivo lleva la vista a lo alto para quedarse ante los movimientos de las formas y el gradual atenuarse de la luz lunar, mientras el silencio de la noche profunda envuelve también y cubre, como una nube, en un eco concéntrico, al chillido de un mirlo.


Mavi
18/11

Olor a mar.
El nido de alfarera*
que no se abrió



*https://www.ecologiaverde.com/avispa-al ... -3002.html


El gran mar llega a este haiku por los pequeños orificios de la nariz mientras el ojo ve un pequeño orificio que no llegó a existir. El de un nido de alfarera. ¿Del gran mar a un nido cerrado de un insecto? En cuántas sílabas hemos sido llevado, en lo que dura este instante, ¿de lo gigante a lo ínfimo? De lo que existe (y es mar) a un nido cerrado, a un bello nido de alfarera sin ser. El olor del mar y su humedad salada nos maravilla y contrasta con la delicada piel terrestre de los cántaros minúsculos del nido.
El ojo ve esas curvas de barro, encimadas en sus curvaturas, como olas quietas de un mar.
Un haiku cuyos contrastes a su vez nos llevan por un sentido a otro, hilando lo lejano y lo próximo, lo sonoro y su olor a inmensidades con lo pequeño cuya inminencia no sucede. Un haiku inmersivo en las oposiciones de lo que pasa y es, con lo que perdura en su belleza quieta, sin haber llegado a ser.


JL.Vicent
19/11

en el erial...
van cambiando de sitio
los estorninos


Dos espacialidades componen la percepción de este haiku. El erial de la primera línea nos hace percibir la inmensa espacialidad del “el erial” amplificada por el “en “y los tres puntos suspensivos. Y allí en el despojado ámbito una serie de pequeños movimientos vinculados por la intuición del haijin: unos estorninos que van cambiando “de sitio”. Un haiku de concentricidades, que alambica la superficie extensa e indeterminada con los pequeños movimientos de los estorninos. Y es el movimiento de estos lo que parece dimensionar por contraste la extensión del erial, estas correspondencias, alambican los movimientos y la quietud.






Rodolfo Langer
20/11

Sopla el pampero.
Los tordos galopando
junto al mar



Tordo: caballo de pelaje gris con manchas blancas

Todo el sonido del pampero, su irrupción después del viento norte, la nube acigarrada que oscurece al cielo, pampero es una palabra inmensa, palpable, sonora, táctil. Y cuando nos envuelve, nos rodea, nos hace sentir la potencia del aire, el tronante galopar de los tordos, el sonido de la rompiente del mar. Un haiku en la extensión sonora. A esas capas yuxtapuestas que revelan la escucha del haijin, se integran las direcciones que tensan la espacialidad: la dirección de los tordos, la transversal del oleaje, el cruce del pampero. Un haiku que nos confronta con la extensión del espacio.


Roxana Dávila Peña
24/11

Gajos de mandarina.
Uno a uno se van
los gorriones.


Este haiku captura un movimiento cotejado con un elemento estático, en coincidencia con la estructura del haiku de JL Vicent (los estorninos en el erial). Sin embargo, aquí lo que nos atrapa es a la vez de lo que está (la mandarina) y lo que se va (los gorriones) un instante de sensorialidades: nos lleva dentro del perfume ácido, del color, del brillo radiante y el sabor anunciado de la mandarina abierta. Desde tal progresividad inmersiva, nos lanza afuera una serie de gorriones, una migración hacia el afuera del haiku (“se van”). Los dos impulsos, la inmanencia del fruto, el vuelo de unos pájaros, elongan los sentidos de quien lee.
Se extienden indefinidamente.


Ajenjo
26/11

Olivos maduros
Se acercan a la luna
nubes de relámpago


Un haiku de ciclos. Los olivos llegaron a su madurez. La luna está en su momento visible. Las nubes se muestran en el viento que pasa. La inminencia instantánea del relámpago. Distintas percepciones del tiempo se mueven como capas en esta percepción refinada de un instante nocturno. La perspectiva horizontal de los olivos. La luz vertical de la luna. La superposición en movimiento de las nubes. Una composición coral de movimientos del tiempo y el espacio. Y a la vez tiempo y espacio, destello que ya mismo es otra vez oscuridad, este haiku nos deja expectantes como niños.


Karaboudjan
28 nov

Álamos blancos.
Remonta la corriente
un zapatero*


Una correspondencia de esbeltez entre el insecto y la fronda de los álamos, entre la corriente que el zapatero remonta y la condición de “contraviento” de los álamos. Lo arraigado y lo fluyente, lo que se mueve y lo que es movido. La levedad de lo flotante. La firmeza dócil del álamo en el viento. Los movimientos inversos. Un haiku de alambicamientos y equilibrios inmersos en el mundo fluyente. Nos lo abren en la espesura de un instante.


Selección parcialmente publicada en el perfil de la comunidad en facebook: https://www.facebook.com/photo/?fbid=53 ... 6209531256
Un cordial saludo a todos los usuari@s y visitantes de ERDH.
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