Las dunas del asfalto
El recorrido fue extenso y rectilíneo. Descendimos por una pendiente en el transcurso de la ensoñación acuática. Los días pasaban sin levantar el polvo de las horas muertas. Alguien vislumbró, entre los raíles de una derivada, la bifurcación de un cruce más allá de las afueras de un paso a nivel. Nadie, ni tan siquiera al amanecer, dijo alguno reconocer la ecuación de aquel silencio. Solo vimos estaciones en completo abandono barridas por el viento de la misericordia y el espejismo de los escaparates que se alzaban sobre el horizonte de las dunas.
en apariencia
ajenas a la gente...
unas gaviotas
Las dunas del asfalto
Las dunas del asfalto
Solo la mano que borra puede escribir lo verdadero. Meister Eckart