El bochorno cede ante el frescor pero no lo suficiente como para cerrar la ventana, además, creo que el rumor de las ramas combinan bien con el tempo de la música, bajo un poco más el volumen para que esa mezcla alcance un mejor equilibrio; la suave voz y el acento anglosajón de esta cantante me recuerdan dos cosas: que ella era mi crush en la adolescencia y la canción de Tex-Mex Desvelado; repito más de una vez algunos de sus éxitos en honor a esos recuerdos. Basta de tantas distracciones -pienso-, tengo que hacer un buen avance para que mi asesor no se moleste si de pronto decido desaparecer un par de semanas para hacer otras cosas que también son importantes para mí.
Creo que ha pasado un buen rato de labor sin cesar, ni siquiera me dí cuenta que la playlist se estaba repitiendo. Los zumbidos cada vez más intensos me sacan de aquella concentración y me doy cuenta que ya sólo quedan los restos de una espiral que encendí a media tarde:
Madrugada
La brisa de la llovizna
en las cenizas del repelente
