Siempre he pensado que el caballo posee inteligencia y dignidad especiales. Sobre las ancas de mi caballo me siento un hombre milenario, un hombre de cualquier época. Un atardecer de otoño olvidé llevar al mío al abrevadero y lo até al portón del cesped. Me olvidé de él. En la madrugada debía hacer un viaje a la montaña y me acosté temprano esa noche. El reloj me despertó a las cinco de la mañana y noté que había llovido torrencialmente mientras dormía. Una oquedad en el camino frente a mi portón se encharcó como siempre que llueve en abundancia. Antes de vestirme, salí a tomar el aire de la madrugada ¡entonces vi lo sublime!: en el charco del camino se reflejaba la luna y mi caballo la rozaba con sus belfos. No parecía que bebiera sino que besaba la luna. El agua estaba inmovil como un espejo y el caballo apenas alentaba, semejante a una estatua en su pulcritud y su misterio. Cuando me acerqué a acariciarlo me miró como un hombre.
Bebió el caballo
-no en el agua del charco-
en la honda luna
En la honda luna
-
- --------------------
- Mensajes: 7874
- Registrado: 29/Abr/2007 16:27
- Ubicación: Xalapa (Veracruz), México
Re: En la honda luna
Saludos, compañero Samuel.
Gracias, por compartir este haibun de prosa rítmica que, en vez de arrojarnos a la cara una figura literaria, nos va introduciendo en ella y la redondea con un poema.
Jor
Gracias, por compartir este haibun de prosa rítmica que, en vez de arrojarnos a la cara una figura literaria, nos va introduciendo en ella y la redondea con un poema.

Jor
Si miro con cuidado la nazuna florece junto al seto Bashoo