Presentación de "DONDE NADIE ESPERA A NADIE". Haikus escogidos de Isabel Pose

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Presentación de "DONDE NADIE ESPERA A NADIE". Haikus escogidos de Isabel Pose

Mensaje por Equipo de administración »

El día 16 de diciembre a las 19:00 se presenta en la librería Enclave de Libros de Madrid esta antología de haikus propios de la compañera -y colaboradora este año de la Revista ERDH- Isabel Pose. Será acompañada y presentada al público asistente por Eva Chinchilla.

El libro contiene unos setenta haikus escogidos y ha sido prologado por el profesor Vicente Haya, que escribe al respecto:

" (...) a veces, excepcionalmente, soy yo el que pide al haijin escribirle un prólogo. Porque necesito decir algo a los que lean el libro. Este es el caso de esta antología de haikus de Isabel Pose; poco más de una setentena, pero tan hermosos que si se tradujeran al japonés no podrían distinguirse de los mejores haikus de Buson".

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Mavi
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Re: Presentación de "DONDE NADIE ESPERA A NADIE". Haikus escogidos de Isabel Pose

Mensaje por Mavi »

Dejo aquí algunos fragmentos de prólogo y epílogo, así como una docena de haikus del libro -Isabel me lo ha enviado muy amablemente- y creo que servirán para entender no sólo el cuidado trabajo de la autora sino también la línea u orientación que señala para los haikus que se escriben en castellano Vicente Haya como maestro de haiku. Que los disfrutéis.

Si sale la oportunidad de presentaciones o lecturas, Isabel nos lo comunicará por aquí, por si podemos acudir.



Del prólogo escrito por Vicente Haya:


Su intuición literaria siempre fue fina, pero el haiku es un arte, e igual que no se puede esperar que nadie nazca sabiendo manejar una katana, nadie debería esperar que un haiku que ha nacido sin Maestro sea un buen haiku. Porque el haiku no es una expresión natural, ni mucho menos. Es una expresión cuya complejidad reside, precisamente, en que tiene que acabar pareciendo natural, como si hubiera salido de la boca de un niño. Pero no lo ha escrito un niño, sino un adulto con mucha vida, sufrimiento y cultura a las espaldas. Le es difícil a un adulto escribir, por ejemplo:

Un niño dibuja,
en un campo donde llueve,
lluvia sobre una casa



Del epílogo escrito por Isabel:

O sea que todo haiku, que nace de algún suceso que nos ha impactado, nos muestra una mínima parte del cuadro al que pertenece. Veamos en el siguiente haiku de Otokuni:

¿Acontece en el campo o en la ciudad? ¿Durante un paseo o de ida o regreso de algún sitio? Infinidad de preguntas quedan sin contestar en un haiku, pero si el haiku es bueno eso no importará porque ni siquiera nos las haremos.
El haijin trata de ponernos frente a los elementos de la escena que le han producido el asombro, los demás los perderemos irremisiblemente. Y "el haiku", dice Vicente Haya, "sabe lo que deja pendiente, sabe de la imposibilidad de hacerse con todo lo que había allí mismo, en el momento haiku, porque la realidad no tiene fondo".

(...)
Y porque el haiku es arte es que puede transmitir lo infinto a través de lo finito, sirviéndose de ese silencio que es tan parte del poema como la sonoridad y el significado de las palabras que lo componen.
Pero, ¿cómo se puede sentir el silencio que habita un haiku? ¿de qué manera hablar de ese otro silencio que habita el haiku si es inasible?
Tan sólo podemos intentar aproximarnos y arriesgarnos a decir que, algunas veces, podrá sentirse en la atmósfera del poema, a partir del aura de las palabras seleccionadas y, siempre, en esa urdimbre de elementos y seres, que se da en el momento único y particular que representa el poema.


Algunos de los poemas:


Escucha noticias del frente
mientras descorazona
ciruelas amarillas



Un cielo azul-azul
en una estación
con olor a campo de nabos



Al fin sin niebla,
en la aldea
de los ciruelos blancos


Sobre la tierra por la que han pasado
echa un poco de agua
y olvida



Flores de nogal,
toda una vida
caminando por el mismo pueblo



Senda del monte,
el guardabosques silba
al irse la luna


En este punto del mapa,
de viaje,
sólo maíz robado para comer


Con su carga a la espalda
descansa
sobre el abedul derribado


Buscando una sombra,
en lo alto del pueblo
de las puertas azuladas



Viejos a los que nadie mira,
la lluvia
corriendo por las acequias



Último día del año en el pueblo.
La campana rota
golpeada por la lluvia


A la hora en que todo
carece de sombra,
recogiendo moras para hacer dulce
La verdad es una tierra sin senderos. Jiddu Krishnamurti
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