Nos pide Enrique Linares, de la revista HELA, que abramos un debate en el foro a partir de la siguiente pregunta:
¿Cuál o cuáles son esas características mínimas, esenciales, sin las que un haiku ya no puede ser llamado haiku?
Será más interesante con la opinión de tod@s. ¿Os animáis? _/\_
Características mínimas (Pregunta de HELA al foro de ERDH)
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- Hadaverde
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Estimad@s compañer@s:
De un tiempo a esta parte, y sobre con el auge de las nuevas tecnologías y las redes sociales, el haiku se ha convertido en una forma poética muy común. En Internet proliferan talleres en los que se publican diariamente multitud de poemas bajo el calificativo de haiku y personalmente compruebo que todavía nos queda mucho camino por recorrer.
La mayoría de esos “haiku” son tercetos, poemas de corte totalmente occidental (muchos ni siquiera poemas) basados en sentimientos y opiniones personales, adornados con todo tipo de figuras literarias (metáforas, símiles, personificaciones…) que sus autores consideran haiku, algo con lo que no estoy conforme en absoluto: escribir tres versos que sumen diecisiete sílabas no significa que esté escribiendo un haiku.
Para mí, existen unos elementos básicos que caracterizan al haiku, sin los cuales deja de serlo:
En el aspecto formal ha de estar escrito con un lenguaje lo más sencillo posible, como el que utilizamos normalmente al hablar en nuestra vida cotidiana, sin adornos ni palabras rebuscadas y que al leerlo sea fluido, con un ritmo suave.
En cuanto a la métrica, lo más cercana posible a las 17 sílabas, aunque si es un haiku, si tiene ese “no sé qué”, el número de sílabas para mí no tiene importancia (creo que es tan bueno un haiku con 12 sílabas como otro con 20)
En cuanto al contenido, la persona que escribe un haiku es un mero transmisor de lo que sucede, por tanto, su opinión, su parecer, su raciocinio, no debe estar presente en el haiku. Si queremos mostrar nuestros sentimientos, nuestra forma de pensar ante determinado suceso, etc… tenemos otras formas de expresión literaria que nos servirán.
La Naturaleza, en toda su amplitud, es la que nos proporciona esos momentos, esos instantes que transmitimos con palabras, por tanto, no considero haiku aquel poema que es fruto de la imaginación, de la mente del que escribe.
Y por último, y lo más importante: al escribir un haiku estoy compartiendo algo que me conmueve, tiene que haber “aware”, asombro, sin el cual para mí el haiku no existe.
Un abrazo.
De un tiempo a esta parte, y sobre con el auge de las nuevas tecnologías y las redes sociales, el haiku se ha convertido en una forma poética muy común. En Internet proliferan talleres en los que se publican diariamente multitud de poemas bajo el calificativo de haiku y personalmente compruebo que todavía nos queda mucho camino por recorrer.
La mayoría de esos “haiku” son tercetos, poemas de corte totalmente occidental (muchos ni siquiera poemas) basados en sentimientos y opiniones personales, adornados con todo tipo de figuras literarias (metáforas, símiles, personificaciones…) que sus autores consideran haiku, algo con lo que no estoy conforme en absoluto: escribir tres versos que sumen diecisiete sílabas no significa que esté escribiendo un haiku.
Para mí, existen unos elementos básicos que caracterizan al haiku, sin los cuales deja de serlo:
En el aspecto formal ha de estar escrito con un lenguaje lo más sencillo posible, como el que utilizamos normalmente al hablar en nuestra vida cotidiana, sin adornos ni palabras rebuscadas y que al leerlo sea fluido, con un ritmo suave.
En cuanto a la métrica, lo más cercana posible a las 17 sílabas, aunque si es un haiku, si tiene ese “no sé qué”, el número de sílabas para mí no tiene importancia (creo que es tan bueno un haiku con 12 sílabas como otro con 20)
En cuanto al contenido, la persona que escribe un haiku es un mero transmisor de lo que sucede, por tanto, su opinión, su parecer, su raciocinio, no debe estar presente en el haiku. Si queremos mostrar nuestros sentimientos, nuestra forma de pensar ante determinado suceso, etc… tenemos otras formas de expresión literaria que nos servirán.
La Naturaleza, en toda su amplitud, es la que nos proporciona esos momentos, esos instantes que transmitimos con palabras, por tanto, no considero haiku aquel poema que es fruto de la imaginación, de la mente del que escribe.
Y por último, y lo más importante: al escribir un haiku estoy compartiendo algo que me conmueve, tiene que haber “aware”, asombro, sin el cual para mí el haiku no existe.
Un abrazo.
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Estoy totalmente de acuerdo con Hada verde en cuanto a las características escencia les del Haiku a las que agregaría el ritmo interior ( nain inritsu ) del Haiku sin dejar de mencionar el kigo. He leído a muchos estudiosos japoneses que consideran que el,kigo también es muy importante si bien hay muy buenos haikus de mu- kigo.
Es mi humilde opinion
Cariños
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¿cómo dormir
si el mar no duerme?
Suzuki Masajo
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