Gracias por traerlo, compañero, justo ando enredado en estas cuestiones relativas al agua. No sé si conoces "El agua y los sueños", de Gaston Bachelard (
https://archive.org/details/GastonBache ... ew=theater); lo poco que llevo leído me parece una maravilla:
"[...] creemos que es posible fijar, en el reino de la imaginación, una ley de los cuatro elementos que clasifique las diversas imaginaciones materiales según se vinculen al fuego, al aire, al agua o a la tierra. Y si es verdad, como pretendemos, que toda poética debe recibir componentes - por débiles que sean - de esencia material, es esta clasificación por los elementos materiales fundamentales la que deberá emparentar con más fuerza a las almas poéticas. Para que una meditación se prosiga con bastante constancia como para dar una obra escrita, como para que no sea tan sólo la fiesta de una hora fugitiva, debe hallar su materia, es necesario que un elemento material le dé su propia sustancia, su propia regla, su poética específica. No en balde las filosofías primitivas hacían a menudo en este sentido una elección decisiva, asociando a sus principios formales uno de los cuatro elementos fundamentales, que así se transformaron en marcas de temperamentos filosóficos.
En esos sistemas filosóficos, el pensamiento docto está ligado a una imaginación material primitiva, la sabiduría tranquila y permanente se arraiga en una constancia sustancial. Esas filosofías simples y poderosas guardan aún fuentes de convicción, porque al estudiarlas nos encontramos con fuerzas imaginantes del todo naturales. Siempre nos encontramos con que tratándose de filosofía, sólo se logra persuadir sugiriendo ensoñaciones fundamentales, dándole a los pensamientos su camino de sueños."
Me ha traído al recuerdo también un haiku de Konstantin Dimitrov que me impresionó mucho cuando lo leí y sobre el que no pensaba desde hacía tiempo:
En la orilla opuesta:
dos desconocidos
bajo un paraguas
Un fuerte abrazo.
