Mavi, cautivante.
"pegada a un leño" por abandonada poniéndonos ante el desasimiento.
"muda" por la caducidad de algo en el tiempo, poniéndonos ante la finitud
"chamuscada" ya hecha olor pasajero y aunque perceptible y penetrante, transitorio, ido en el aire, humo, desvanecimiento.
Que tríptico nos has dejado, compañera !!!
Muchísimas gracias por vuestras palabras, Kaur, ariel.b...
Fue sorprendente porque la muda estaba pegada, literalmente pegada. Muchas veces he encontrado mudas entre ladrillos, piedras o leños pero esta era enorme para una culebra de escalera, las usuales por aquí. Seguramente, tras las lluvias caídas las semanas atrás, se había ablandado por efecto del agua para acabar adhiriéndose a los leños al secarse.
Mavi un haiku magnífico, admirable, que alcanza a tocar, de diferente modo, casi la totalidad de los sentidos. Sentimos el calor de la lumbre en nuestra piel, mientras el olfato se abre a los olores propios del fuego en su lenta combustión de la madera. De repente surge ese otro olor acre, tan distinto, y característico de los tejidos orgánicos cuando queman. Sabemos la inclinación de los ojos para dejarse cautivar por el incesante hechizo del fuego, pero al alcanzar las llamas ese viejo trozo de piel muerta no podemos dejar de abrir aún más los ojos para contemplar cómo se consume ese trozo de algo que fue vida. Al mismo tiempo el oído se presta con agudeza a captar esa rapidísima y leve crepitación de una piel fina y reseca. Todo a la vez y en un mismo momento. ¿A qué huele la piel mudada de una culebra cuando se quema? ¿Cómo se oye y cómo se ve ese rápido crepitar? Todas estas evocaciones me despierta tu haiku Mavi. Gracias por la joya y enhorabuena.
Un abrazo
Pegada a un leño,
se chamusca la muda
de una culebra