Una de las tantas virtudes que nos ofrece el haiku, es que, cuando éste de verdad nos cala hondo en lo que somos, es capaz de descubrirnos todo un mundo nuevo... toda una mirada nueva.
Por tal motivo, quiero agradecer públicamente a ese haijin que firma bajo el seudónimo de "Viento" por esa pequeña joya compartida hace poco, y sin la cual, no estuviese hoy compartiendo con todos ustedes el reciente haiku:
tocando la luna
en la ventana -
qué frío el cristal
Con sus respectivas versiones en inglés (no literales):
window pane -
at the end of my finger
the cold moon
touching the moon
at the window pane -
my cold finger
Reciban saludos desde México DF