

A ver, cuéntanoslas que aquí nadie nos oye

A veces ocurre con esto del haiku que tanto árbol no nos deja ver el bosque... (o algo parecido, vaya). Toda propedéutica nos termina por confundir, y acabamos viendo pegas y errores en donde no hay más que un modo de expresarse en tres líneas. Todo cabe en un haiku. Y no todo nos resulta siempre, o a veces, un buen haiku o un buen terceto poético. Como todo en esta vida hay cosas buenas y menos buenas; aunque a veces también horripilantes

