Hubiera seleccionado muchos más haikus de los publicados en el foro durante el mes de enero, un mes, a tenor de lo escrito, fecundo donde los haya y rico en agudos comentarios algunos muy sutiles y profundos, todos ellos colaborativos y tendentes -ahí la maravilla de este foro- a pulir, matizar, proponer y redundar en la pureza original del haiku. Pero había que seleccionar y, aunque mi intención primera era reducir al simbólico 7 (los 7 días de la creación, los 7 chakras, las 7 moradas teresianas, los 7 días que dura cada fase lunar...) la selección, no he podido resistirme a la panoplia docenaria que aquí traigo y de manera sucinta voy a glosar.
SELECCIÓN DE ENERO 2021
Sol de invierno -
Una grulla posándose
en el maizal
Gorka Arellano
(Me maravilla en especial el proceso descendente cielo-tierra, sol-maizal, que lo vertebra de forma sustancial. Por no hablar de la luz nutricia del sol sobre el maíz, o de la suavidad y elegancia del gerundio “posándose”...)
Entre el bullicio,
el trinar de un gorrión.
Luz tibia de invierno
Juan Francisco
(El contraste del bullicio informe y caótico con el trino armónico del gorrión es magnífico. El barullo del primer verso se rinde ante la sonoridad sin par de la naturaleza y se arrulla y aquieta en el remanso del tercer verso).
Entre nubes rosadas
la luna creciente.
Brisa de mar
Mary Vidal
(Sublime placidez la que emana de este haiku. El triángulo nubes-luna-mar es perfecto, máxime en combinación con los colores y sensaciones que destaca in crescendo).
Toque de muertos.
El viento también trae
olor a leña
Mavi
(Cada palabra ocupa su lugar preciso. La urdimbre es impecable. El viento es el eje sobre el que pivotan la muerte y la vida en sincronía no dual. Todo converge en la leña, la palabra final, la propia muerte que se transforma en vida purificada por el fuego).
Brama un ciervo
Reverbera en el valle
la luz del alba
Hachi Dori
(La conjunción del bramido y la luz que reverbera es de una finura abrumadora. El sonido que amplifica y difunde la primera luz del día. El latido envolvente y totalizador de la naturaleza. El/la haijin es uno/a con lo que acontece. No hay más).
Se espanta un mirlo -
Las yemas en las ramas
de los almendros
Hikari
(Dispersión y concentración. Huida, espanto y el retorno al origen. El reino animal compulsivo, instintivo, y el reino vegetal de serena ataraxia. Todo inmerso, no obstante, en el flujo indiscriminado e impasible del ser).
La escarcha
sobre el tejado negro.
Cielo sin nubes
Benrû
(La frágil escarcha delicuescente, el frío meteoro sobre la negrura artificial del tejado. Bajo un cielo diáfano, la maravilla frágil y evanescente del instante).
Chicharras.
No tiene la campiña
aquel verdor.
Cecilia
(Todo es indicio, todo prefigura y sucede a lo que en esencia es y que no puede ser nombrado, sólo presentido, intuido, sólo contenido en el silencio. La impermanencia del verdor del ayer. En el aquí y el ahora, las chicharras).
Niebla en los chopos.
El ala de un gorrión
entre la nieve
Piluca C.P.
(También en la muerte anida la belleza. El ala tan vital para un pájaro yace inerte y aterida en la nieve. La belleza de lo que fue y ya no es sino huella en la memoria que también se irá inexorablemente difuminando en la niebla...)
Destella el pasto*
El vaho de unos niños
que arrean ocas
*césped
Ajenjo
(El destello del asombro. Fulgurante, raudo, fugaz. El vaho, de la misma materia -efímera y acuosa- del destello. Hálito de vida, de la misma vida que circula del pasto al aliento inaugural de la infancia, del pasto al arreo volátil de las ocas).
mariposas...
la niña entre las flores
tiende sus manos
ariel.b
(El anhelo virginal de los niños, de la niña que quiere atrapar el vuelo impredecible de las mariposas, su seductor tránsito inaudible, inaudito. Primavera ubicua y radiante de las flores, la niña, las mariposas. Las manos tendidas a lo eternamente inalcanzable. Primera frustración connatural del paraíso perdido. Primer encuentro con el misterio).
Nubes rosáceas
El vuelo en bandada
de los cormoranes
JL.Vicent
(Todo en él invita a volar con las nubes y los cormoranes; no en solitario, sino en grupo, en comunión, en bandada... Tan sólo un adjetivo basta para teñirlo todo de delicado color no rosa, rosáceo, que apunta al primero, que lo sugiere, como el haiku señala, sin contenerlo, a la misma cosa inefable que nombra sin nombrarla porque está, sin estar, más allá o más acá de lo que se presencia).
Selección parcialmente publicada en ERDH.facebook: https://www.facebook.com/ERDH.haiku/pho ... 687027499/