Agosto 2008

Haikus destacados por los participantes del foro
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Luis Carril
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Agosto 2008

Mensaje por Luis Carril »

Hola a todos. Heme aquí, de vuelta de los Picos de Europa, con unas dioptrías menos de tan espectacular que fue todo lo que por allí he visto, dispuesto a comentar los también bellísimos haikus que habéis tenido a bien compartir. Un apunte. Disculpad si yerro en cuanto a las mayúsculas y minúsculas en vuestros trabajos. Al descargármelos me han salido todos en mayúsculas, con lo cual no he podido saber (salvo alguno de memoria) cuál es vuestro gusto al escribir haiku. Los he reproducido todos más o menos igual: mayúsculas al principio y sé que eso pueda chirriarle a alguno, pero eso, perdonad y a ver si el mes que viene no pasa, ¿vale? Dicho esto, ¿comenzamos?

Me gustaría destacar, en primer lugar, todo el envío de Radoslav Ivelic, pero especialmente tres haikus bellísimos, de los que uno podría hablar y hablar y hablar... Sin embargo, trataré de que mis comentarios sean breves, porque no creo que con unas frasecitas escritas por aquí y por allá se pueda hacer justicia a estas tres perlas. Helos aquí, ya veréis:

Las hojas muertas-
de pronto el vendaval
las sube al cielo.


Bajan los copos
sobre el bosque calcinado-
ahora blanco.

Naciente aurora
va bañando de luz
al terso lago.


Me encantan. Especialmente los dos primeros. Especialmente el primero. ¡Qué maravilla lo que cuenta, lo que propone! Unas hojas muertas que vuelven a ser actores por obra y gracia del viento. Nada. Me callo. No puedo decir nada de este haiku. Me deja fascinado. Muchas gracias por compartir esta joya con nosotros, señor Ivelic. El segundo haiku nos sugiere una imagen preciosa: un bosque calcinado que recibe la gracia de la nieve. ¡Qué gran contraste! Y, cambiando junto al color, cambia también el ánimo del lector, ¿no? Parece que, con respecto al bosque ceniciento, el bosque nevado tiene una posibilidad de belleza, de vida... Y el último es otro tesorito visual, un lento y cadencioso ejercicio de belleza: el de la luz primera sobre un lago de superficie calma. En fin, uno tras otro, hermosos alientos vitales. Para quien suscribe, encantadores.

Si me lo permitís, me gustaría continuar destacando una más que grata irrupción en el Foro: me refiero a Bisbisán. ¡Vaya sorpresa! He seguido sus envíos con atención y me parecían magníficos. Estaba esperando a ver qué mandaba a la selección de agosto y no me ha defraudado en absoluto. Podría escoger cualquiera de sus haikus, pero me quedaré con

En el crepúsculo
la gaviota despliega
sus alas blancas


Por sencillo, por intenso, ¡qué maravilla! Parece que es el mismo color blanco el que se despliega en la noche. Excelentes comienzos, Bisbisán, sí señor. Espero que sigas compartiendo con nosotros tu interesante obra. Interesantes me han parecido, como a menudo en los últimos meses, los haiku enviados por Gustavo Scarone. En el que comienza con noche triste es inevitable encontrar reminiscencias de Issa, pero cualquiera de los demás está a su altura y me atrevo a decir que este autor está refinando, sin duda, su estilo personal. Todo un logro. ¡Bien, Gustavo!
Ya no nos sorprende que Palmira nos sorprenda. Siempre lo consigue. En este caso, es capaz de irnos sumergiendo en un denso ambiente doméstico, para encontrar allí una sensación... ¿agridulce? Bueno, en cualquier caso difícil de definir, lo cual no es que importe demasiado. He aquí otro haiku de magisterio:

Llega empañada
la claridad del sol.
Ventana sucia.


También, explorando otra de sus vetas típicas, nos ofrece un haiku de bella plasticidad:

Rama nevada,
a medias sobresalen
las bayas rojas.

Me ha gustado mucho el tratamiento de la expresión de Alejandro Pintado en

Orilla del lago-
un cisne, un ratón
un trozo de pan


así como su haiku que comienza con Fin del verano.
José Luis Vicent comparte con nosotros haikus con sabor a monte, a tierra, a naturaleza... El que quisiera destacar es un haiku que esconde una propuesta visual:

Tierra calcárea
El rebaño de ovejas
entre los brezos


algo blanco en donde hay algo lila en donde hay algo blanco. Lo que nos presta esos colores José Luis lo hace hermoso y digno de mención: el monte, el brezo, el rebaño. Un retrato naturalista, un haiku para enmarcar. Por lo menos tan buenos me parecen Montura y todo, en donde como decía me parece que Carlos Fleitas, el autor consigue danzar en el mínimo espacio, en una brizna de hierba, la que se come la yegua al parar con montura y todo, y nada más. Conseguir esto es muy difícil. Y Brumas del monte, una exposición cruda de sentimientos: cuánta soledad, qué desamparo el de la bruma, el graznido habitualmente desagradable del cuervo significaría consuelo, pero ni eso se oye. Esta es una interpretación muy personal, pero es lo que me ha sugerido, no sé si me he desviado. Tres haikus, a mi modo de ver, excelentes.

Me ha parecido muy interesante el envío de Anyon, con el excelente haiku Arroyo seco-, en donde el autor consigue cocinar con ingredientes a priori bien alejados, como un gorrión y una lata oxidada, a través de la clave: el agua o la ausencia del agua. También destacables, aunque no tan intrépidos Al sol de agosto... y Noche de insomnio-

Y por último señalaría el tierno Arcilla blanca, de Marymontaña, y Día de verano-, de Israel, por destripar, una vez más, una situación, una sensación familiar pero que estaba ahí hasta que él la hizo haiku.

Pues hasta el próximo mes esto es todo. Recibid un abrazo enorme.

Luis.
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