Mi compañera de trabajo se despide antes de las cuatro. Ella iba camino a la presentación de su hija en el festival de invierno. Cuando llega la hora de salida, camino despacio, mientras observo la calle y a las pocas personas que corren presurosas a tomar el metro. A lo lejos, se oye el murmullo de los niños y los adultos. Aunque sea una rutina habitual, siempre me pregunto ¿qué historias ocultarán esas prisas?
¡oh, luna de invierno!
Otra vez en la cama
sin hijos
Agradezco sus comentarios
