En haiku, un tercer verso como este, nos lleva a pique el haimi, el sabor a haiku; resaltamos la presencia de un yo que juega con la realidad y como resultado nos distanciamos de lo intuitivo y de lo real, del haiku en una palabra.isabel núñez jiménez escribió:toda la luna
ocupando la barca
¡y sin hundirse!
Otra cosa es que quisieras dejarlo como terceto, voluntariamente, claro.
Saludos