cuántas honduras revelándose en el instante de un trueno, Mavi.
gracias por revelárnoslas !
aún en el estruendo y bajo el sonar de la lluvia que cae y corre sobre el brillo de las crines, el silencio de los caballos, que también, como la haijin, escuchan aquello, y además sienten la lluvia "a pelo".
Me animo a compartir estos ecos del Haiku :
Truena : no un trueno. Truena, casi como un gerundio : el tiempo del instante es el sonido de un trueno ?
El espacio entre truenos, es el intersticio en que aparece "el silencio de los caballos".
Entre los tres plurales sin número determinable, "truena" "lluvia" y "caballos" un solo singular : "el silencio".
Lo que se ofrece mensurable en tanto singular es "el silencio".
Pero qué determina ese silencio sino el instante entre truenos ?
El haiku tiende relaciones entre lo singular y lo indeterminado, en un espacio sonoro.
Al releer aparece la intuición del relámpago.
Si truena, hubo en un instante anterior el destello del relámpago ? Son vistos los caballos bajo la fugacidad del brillo de lluvia en el relámpago ?
El silencio es también el silencio entonces de la imagen al apagarse el destello y suceder el trueno ?
Apuntes de los ecos que deja un texto mágico que no deja de abrirse ante cada lectura.
Pura sensorialidad y registro de un instante que abre múltiples intuiciones de lo Sagrado.
Precioso, Mavi, impresiona ese silencio. L@s compañer@s lo han expresado muy bien, me uno a sus comentarios.
Gracias por compartirlo, me alegra leerte. _/\_
Un abrazo!
El asombro es "no dar el mundo por supuesto".
Catherine L'Ecuyer
Ariel: Impresionante la segunda revisión que haces del haiku. Te percatas del contexto amplio, sólo en apariencia periférico, del suceso. Muy interesante
Abracicos a tod@s.
La verdad es una tierra sin senderos. Jiddu Krishnamurti