Muchas gracias, Gorka, Jorge, Piluca, Joan.
A este haiku hace un tiempo que le doy vueltas, he hecho unas veinticinco versiones

(para que luego digan que escribir haikus es coser y cantar), y nunca estoy satisfecha.
Las cañas rotas son de un encañado para emparrar tomates, que pusimos dos días antes de una noche terrible de tramontana. A la mañana siguiente fuimos a comprobar si había desperfectos y las cañas estaban derribadas y rotas. Los guisantes están justo al lado de donde estaba el encañado y algunas cañas cayeron sobre ellos. Estaban preciosos con sus zarcillos saliendo de las ramas y sus flores blancas.
Uno de los problemas fue el querer evitar el causa-efecto que apareció en mis primeras versiones. Luego surgieron algunos problemillas más. Esta es la versión que más se acerca al momento. Gracias por vuestra paciencia, compas.

El asombro es "no dar el mundo por supuesto".
Catherine L'Ecuyer